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Paritarias sin referencia

Ivana Fux

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La decisión del gobierno de Mauricio Macri de no convocar a las paritarias del sector docente a nivel nacional dibujó un escenario inédito para la discusión salarial en Santa Fe, al menos, de los últimos años. “La Nación dejó sola en esto a las provincias”, se quejó la ministra de Educación santafesina, Claudia Balagué. Y graficó así la complicación en términos prácticos que implica no contar con una referencia a seguir, pero también, la discrepancia conceptual y más de fondo a la hora de establecer criterios y, ni más ni menos, de respetar la ley. Porque fue la propia ministra Balagué quien recordó que “por primera vez”, desde que está vigente la Ley Nacional de Educación, la mesa de paritaria nacional no se constituye. “Nosotros creemos en la negociación colectiva”, sentenció el gobernador Miguel Lifschitz, en la misma línea. El mandatario se diferenció así del método nacional, y tomó distancia de su par bonaerense, María Eugenia Vidal, quien inició esta semana la discusión en su distrito, intentando establecer un aumento tope del 18 por ciento. “Nosotros convocamos a paritarias sin piso ni techo”, planteó el líder socialista despegándose de la estrategia de Vidal, que busca acercar la eventual recomposición a la pauta inflacionaria medida por Nación.

El posicionamiento de Lifschitz prefiguró un dato positivo para los gremios en la previa de la discusión local. Los sindicados, docentes y estatales lo evaluaron como un elemento que ayuda a generar “un clima de negociación mucho más favorable”. Ello no implica que la conversación esté exenta de idas y venidas espinosas. De hecho, también el gobernador anticipó que uno de los parámetros a tener en cuenta en la negociación es el registro de inflación que midió en Santa Fe el Instituto Provincial de Estadística y Censos, que se ubicó para 2016 en el 32,9 por ciento. Y ello presenta dos inconvenientes. El primero, la anacronía del dato. La misma ministra Balagué advirtió que ese registro corresponde al año pasado, en tanto que el aumento a negociar deberá ser sobre la base de una inflación que debe estimarse porque corresponde al año 2017. “Ése será el aspecto más conflictivo de la negociación”, vaticinó. En segunda instancia, porque estos números generan controversia en el ámbito sindical. Ya el año pasado, cuando después de tres años de silencio estadístico la provincia volvió a difundir el índice de inflación, los gremios reaccionaron con fuertes críticas y lo tildaron de poco creíble. Lo propio sucedió cuando se divulgó el índice anual de 2016 (32,9%); otra vez, los sindicatos dijeron que estaban “alejados de la realidad”, y que la inflación verdadera estaba cercana al 40 por ciento.

Sin querer anticipar cifras y evitando adelantar la polémica, el ministro de Gobierno, Pablo Farías, que recibirá a los gremios estatales ATE y UPCN el próximo martes, planteó que ante la ausencia de referencias nacionales, Santa Fe estará con la mirada atenta a lo que suceda en otras provincias, aunque ello no implique tomar como propia ninguna negociación en particular. Operarán como elementos de contexto, dijo, que no serán determinantes pero tampoco se soslayarán a la hora de definir las negociaciones paritarias que acaban de empezar en Santa Fe.

La posición de Lifschitz prefiguró un dato positivo para los gremios en la previa de la discusión local.