EN MARZO SE INICIA UNA EXPERIENCIA PILOTO EN ROSARIO

Eficiencia energética: menos costo ecológico y más valor al inmueble

  • Aislamiento adecuado, uso eficiente de los métodos de calefacción y refrigeración, y mayor desarrollo de recursos renovables entre las claves para ahorrar energía y cotizar mejor a una vivienda. Argumentos ecológicos y económicos para replicar la experiencia de Alemania en Santa Fe.
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El experto alemán Richard Franken junto a Florencia Donnet y Roque Stagnitta, de la Secretaría de Estado de Energía.

Foto: Flavio Raina

 

Nancy Balza

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La ciudad de Rosario fue la elegida para hacer una prueba piloto de certificación de eficiencia energética de inmuebles destinados a vivienda. Y Alemania es uno de los países más avanzados en esta materia. Por esa razón, estuvo en Santa Fe el arquitecto alemán Richard Franken, experto en Certificación de Inmuebles en Europa.

Franken vino por varias semanas, primero para exponer ante el Ministerio de Energía y Minería sobre la experiencia de etiquetado energético en su país, y luego para asesorar a la Secretaría de Estado de Energía de Santa Fe en la planificación de la prueba que se desarrollará, desde marzo, en la ciudad del sur.

En una pausa de la agenda bien completa que lo mantuvo en la Argentina hasta el sábado, dialogó con El Litoral.

“Tenemos certificación de eficiencia energética en Alemania desde hace muchos años y en nuestra experiencia, cuando baja el consumo de energía, las casas tienen un valor más alto. Es un objetivo del gobierno ahorrar energía en los edificios”, sostuvo.

—¿Cómo se logra la eficiencia energética en una vivienda?

—Existe el envolvente y hay que calificarlo para que no transmita energía en forma de calor hacia afuera; es lo más importante. El envolvente es la cobertura de un edificio y si adentro hay 20 grados y tenemos afuera cero grado, el calor se transmite hacia afuera. Entonces, tenemos que hacer un aislamiento, quiere decir que preparamos el techo, las ventanas y el muro, y además tenemos que buscar otro sistema de calefacción. A la vez, cuando mejoramos el envolvente, el rendimiento de la calefacción aumenta mucho. Tenemos una tecnología que es muy avanzada y que permite que una casa necesite muy poca energía (casa pasiva). Es la tecnología de casas nuevas y es en lo que queremos transformar a las casas antiguas. Alemania está construida; cada año hay solamente un porcentaje pequeño de casas nuevas; en su mayoría, son construcciones antiguas con una alta cantidad de (demanda) de energía. Nuestro trabajo es desarrollar una estrategia para mejorar esas casas antiguas.

—¿Es más costoso adaptar una casa antigua a estos requerimientos o construir una vivienda nueva que ya los incorpore?

—Una casa antigua siempre tiene un ciclo de reparaciones y ese ciclo se puede aprovechar para modernizarla. En comparación con una casa nueva, es más difícil pero se puede mejorar la eficiencia hasta en un 50 ó 60 %. Pero es un proceso muy lento, tenemos casas de tres generaciones, de 150 años. Pero no se trabaja solamente con las viviendas, sino con todo, con el tránsito y todas las actividades que usen energía. Estamos remodelando todas las ciudades, pero las casas son importantes porque gastan mucha energía.

“LEER” UNA CASA

“En Alemania, la principal fuente de energía es el petróleo, en segundo lugar el gas y cada año hay más desarrollo de energías renovables”, explicó Franken. “Hay leyes que fomentan las energías renovables en forma fotovoltaica y de calor, y está esta ley para ahorrar energía en los edificios, que baja las limitaciones cada tres años”. De esta manera, “para controlar o dar a las personas la posibilidad de leer una casa, es necesario tener una etiqueta energética que tiene cuatro o cinco hojas. Si un propietario quiere vender o alquilar, es necesario que haya un anuncio en los periódicos, para que la persona interesada pueda leer que esa casa cuesta una suma de dinero y la cantidad de energía que usa”.

—¿Cuántas viviendas tienen esa etiqueta en su país?

—Para las casas nuevas es una obligación. Para casas viejas hay una regla: si cambia el propietario necesita esa etiqueta; si se alquila un departamento también. Quiere decir que la gran cantidad, el 90%, tiene una etiqueta y si no pasa nada no se necesita. Es decir, si el propietario no quiere alquilar ni vender, no pasa nada. Pero es una minoría. Ahora, hay una etapa de examinar, de probar un desarrollo y se está elaborando una etiqueta. Pero aquí es un poco diferente. El clima en Alemania es más frío y acá es más cálido. En mi país, 250 días al año se usa la calefacción.

—Es decir que este modelo de certificación no se puede copiar y aplicar de igual manera en otro país.

—Pienso que aquí hay que considerar el envolvente de diferente forma. Hace mucho calor aquí y los sistemas de refrigeración necesitan mucha energía eléctrica. En mi opinión, se pueden usar energías renovables.

—¿Cómo se contempla el envolvente de la vivienda?

—En Alemania, consideramos un sistema de balance. Un edificio necesita energía por el sistema de calefacción y por otro lado pierde energía por el envolvente. A ese balance, tenemos que disminuirlo cada vez más. Si cualificamos el envolvente cada vez mejor, casi no usamos energía en el sistema de calefacción. Ese dato es importante porque la cantidad de energía para calefacción en Alemania es muy grande; es casi la mitad de la energía en relación con la que se utiliza para coches y la electricidad. Tenemos que importar toda la energía y la economía es muy inestable si no tenemos energía en forma de importación. En el año 1973, hubo una crisis porque los países árabes bloquearon la energía y las carreteras en Alemania estaban sin coches. Algo que, para la economía alemana, es muy grave. Por eso, queremos ahorrar energía en todos los sectores: coches y casas.

—¿Para el tránsito vehicular, hay otra ley que impulsa el ahorro de energía?

—Se están desarrollando coches que usan poca energía, son cada vez más pequeños. Hay autos grandes también, pero la tecnología está avanzando y en las grandes ciudades hay una participación de bicicletas del 30%: tienen sus propias pistas y una ventaja porque son tan rápidas como un coche. Es un tema de las grandes ciudades de todo el mundo.

Viviendas y tránsito

—¿Cómo se logra que las casas nuevas sean eficientes? ¿Se construyen con otros materiales?

—El aislamiento es diferente porque tiene hasta 20 centímetros, hay ventanas con triple vidrio y sistemas de calefacción con tecnología cada vez más avanzada. También hay una ley que dice que si un propietario en una casa antigua tiene que cambiar su calefacción, puede comprar un sistema moderno, pero el 10% de la energía de calor tiene que ser producida por energías renovables. Quiere decir que en el techo hay paneles solares para calentar el agua, sobre todo en verano.

—Tiene dos aspectos este tema, el factor ecológico y el económico.

—El aspecto ecológico es que con el uso de la energía hacemos mucho daño al medio ambiente. Hay ciudades como Stuttgart que tienen muchos coches y hay una limitación para su circulación. En París, se quieren limitar los coches en forma de impar y par; cada día cambia y la cantidad de coches disminuye. Otras limitaciones en edificios tienen que ver con los sistemas de calefacción para que no arrojen polvo al ambiente. Es nuestro trabajo en Alemania y es posible.

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PERFIL

Richard Franken es Lic. en Arquitectura por la Universidad Técnica de Berlín, con amplia trayectoria en mediciones energéticas de inmuebles. Forma parte de la sociedad de utilidad pública alemana Senior ExpertenService (SES), iniciativa de cooperación internacional que brinda servicios de asesoramiento, por parte de expertos jubilados, a empresas de la pequeña industria, centros de capacitación, comunas, y administraciones públicas de distintas partes del mundo.

EN LA WEB

www.santafe.gob.ar/etiquetadoviviendas.

El dato

CAFÉ CIENTÍFICO

  • Richard Franken participó de la primera edición del año del Café Científico y disertó sobre “Etiquetado Energético de Viviendas. La experiencia de Alemania, el proyecto de Santa Fe”, organizado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, y la Secretaría de Estado de la Energía de la provincia. En ese marco, expuso en la ciudad de Rosario y luego en esta capital.

EN ROSARIO

  • La prueba piloto será implementada por el gobierno de Santa Fe en colaboración con el Ministerio de Energía y Minería de la Nación, colegios de profesionales, Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti), Instituto Argentino de Normalización de Certificación (Iram) y la Comisión Nacional de Energía Atómica (Cnea). En marzo, se capacitará en certificación a 20 profesionales y a mediados de año se espera lograr el etiquetado en 500 viviendas ubicadas en distintos puntos de la ciudad, de manera de contar con la mayor variedad de tipologías para evaluar. Roque Stagnitta y Florencia Donnet, de la Secretaría de Estado de la Energía de la provincia, explicaron que la situación en Santa Fe es bien distinta de la que describía Franken para Alemania: “Si se piensa en energía eléctrica, para nosotros el problema es en verano, pero en invierno consumimos gas natural o en garrafa: tenemos 120 días de calefacción, y 120 días de refrigeración”. El modelo se piensa con una temperatura de 20º durante el período de invierno y 26º en el período del verano. “Son modelos estandarizados, es una medida del confort en toda la vivienda”. De alguna manera, es un valor teórico, no va a representar el consumo “porque a lo mejor una familia se va de vacaciones todo el verano y el consumo fue cero. Pero evaluamos viviendas, no cómo la gente las utiliza”. El objetivo entonces es que, quien vaya a alquilar o a comprar un inmueble tenga una idea de qué es lo que está alquilando o comprando en términos energéticos.

Más allá de esta experiencia puntual, que se inició en Rosario porque cuenta con la ordenanza 8.757 que establece valores de eficiencia energética para viviendas, la provincia trabaja en un proyecto de ley para instituir este concepto de manera que se presente en las escrituras traslativas de dominio. A la vez se plantea como objetivo que esta condición se tenga en cuenta, de manera progresiva, en la construcción de viviendas sociales.