El viernes, en el CCP

Walter Hilgers empuña la batuta

La Sinfónica provincial arranca su temporada de la mano de su nuevo director titular. En exclusiva, El Litoral se contactó con él para conocer sus ideas y proyectos.

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Nacido en 1959 en Stolberg (Renania del Norte), Hilgers recibió su educación instrumental en tuba, contrabajo y piano en la Escuela Superior de Música de Renania (Grenzland Institut Aachen). Es su primera vez como director titular.

Foto: Gentileza producción

 

Ignacio Andrés Amarillo

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La Orquesta Sinfónica Provincial de Santa Fe se presentará en su primer concierto de temporada del año, con el maestro alemán Walter Hilgers estrenando podio como titular. El encuentro será en el Centro Cultural Provincial Francisco Paco Urondo (Junín 2457), este viernes a las 21, con entrada libre y gratuita. Se interpretará una obra estrenada en 1892 por la Filarmónica de Viena, conocida como la “Sinfonía de las sinfonías”: la Sinfonía Nº 8 en Do menor (Edición Robert Haas), de Anton Bruckner.

Esperando el debut, El Litoral tomó contacto con el flamante titular, para adentrarse en su formación, ideario y propuestas.

Maestros

—Como instrumentista trabajó con directores de la talla de Herbert von Karajan, Daniel Barenboim, Zubin Mehta, Claudio Abbado, André Previn, Pierre Boulez y Georg Solti, entre muchos otros. ¿Con qué figura de la dirección se identifica más, y por qué motivos?

—Ésta es una pregunta difícil de responder, todos ellos son grandes directores, músicos excepcionales y poseen personalidades únicas; de cada uno he aprendido diferentes aspectos que he vinculado a mi carrera musical.

Herbert von Karajan fue para mí el “mago de sonido”, quien durante sus primeros años frente a la Filarmónica de Berlín trabajó en este aspecto especialmente, llevando a que la orquesta adquiriera esa sonoridad única que la caracteriza. Me gustaría dar un pequeño ejemplo; en una de las sinfonías de Robert Schumann, hay un pasaje en el cual los primeros violines y la primera flauta deben tocar al unísono. Karajan trabajó en esta frase, hasta que el sonido de los violines y la flauta se unieran de una manera perfecta, logrando así una nueva sonoridad donde no se puede distinguir la flauta o los violines por separado, sino el color de un “nuevo instrumento”. Con los años, los músicos de la Filarmónica de Berlín desarrollaron una comprensión de lo que Karajan quería lograr, con lo cual, pequeños gestos del director eran suficientes para que la orquesta reaccionara inmediatamente para lograr el resultado que él buscaba.

Con respecto a la técnica de dirección, no existió para mí un mejor director que Lorin Maazel. Bernhard Haitink y Zubin Mehta son directores que tienen un lenguaje corporal muy agradable y que brindan a la orquesta una gran energía positiva y calidez a la hora de trabajar.

Me gustaría mencionar a un director que tuvo una gran influencia sobre mi vida musical: Günter Wand, quien es conocido internacionalmente por sus interpretaciones de Bruckner. Lo aprecio especialmente: dedicó su vida entera a sus partituras y a sus interpretaciones, especialmente a las sinfonías de Bruckner. Éstas, a mi criterio, son musicalmente perfectas, pensadas y completamente decisivas. Wand no fue una “estrella en el podio”, como suele verse hoy: él puso su vida y su trabajo completamente al servicio de la música y los músicos. Habló con sus músicos siempre en una relación de “colegas” y no de “director a músico”, este detalle me fascinó personalmente, pues no es algo muy común. Su sinceridad y seriedad me impresionaron profundamente, aptitudes que he tomado como ejemplo para mi carrera como director.

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Vocación

—Teniendo una reconocida trayectoria en la Hamburg Philharmonic State Orchestra, la NDR Symphony Orchestra, la Bayreuth Festival Orchestra y la Vienna Philharmonic Orchestra, sumado a su trabajo con el German Brass Ensemble, ¿qué lo llevó a abrazar la dirección?

—Durante mis estudios universitarios ya tomaba clases de dirección, pues fue algo que me fascinó desde el comienzo de mi carrera musical. Mi primer concierto como director con una sinfónica profesional fue en 1995; después de esta primera experiencia, la dirección tomó día a día más importancia en mi vida, por lo cual decidí orientar toda mi carrera hacia la dirección orquestal.

Mis actividades como músico de orquesta fueron para mí la mejor escuela de dirección: por un lado, fui capaz de aprender de los directores durante cada ensayo sobre la técnica de dirección y la personalidad correcta para tener una gran calidad de liderazgo y habilidad en el trato con músicos; por otro lado, desde el atril aprendí lo que los músicos aprecian y esperan de un buen director, como también de lo que a ellos no les gusta.

—¿Qué características debe tener a su criterio un director para hacer funcionar la maquinaria de la orquesta?

—Para ser un buen director de orquesta es necesario contar con un talento musical excepcional, poseer la personalidad correcta, una gran cualidad de liderazgo y habilidad en el trato correcto con los músicos. Un director que es ineficiente en su liderazgo y en la dirección musical, no puede crear excelentes interpretaciones musicales. Liderazgo y musicalidad van de la mano.

Hacia adelante

—Tanto en carácter de director invitado como en sus viajes para participar de Trombonanza, ha tenido la oportunidad de escuchar y conducir a la Sinfónica de Santa Fe. ¿Cuáles cree que son las fortalezas del organismo, y qué aspectos le gustaría trabajar más?

—He estado dos veces dirigiendo la OSPSF, la primera vez en el marco del Festival Trombonanza y otra como director invitado. En primer lugar, me gustaría destacar que es estupendo que un festival internacional de estas características se lleve a cabo cada año en Santa Fe.

Una de las fortalezas es que la Orquesta ofrezca conciertos didácticos para que los niños y jóvenes tengan la oportunidad de vivir su primera experiencia en la música clásica.

Por otra parte, nuestro organismo cuenta con un personal administrativo, de archivo, prensa y producción escenotécnica con una gran capacidad humana y de producción. Pude ver reflejado esto durante la planificación de la temporada 2017, nuestro staff es de gran calidad y eficiencia, además de sus dones humanos. Todos ellos cuentan con una visión clara de las necesidades de la orquesta; actualmente estamos trabajando duro y pensando siempre a futuro, en mejorar cada detalle para que nuestros músicos tengan las condiciones de trabajo que un artista merece.

Uno de los puntos principales a mejorar es el tema de las relaciones públicas; por ejemplo, en términos de prensa y “trabajo publicitario”, la Orquesta necesita con urgencia un sitio web profesional dedicado exclusivamente al organismo. Hoy en día es una herramienta que cualquier orquesta profesional en el mundo posee.

Por otro lado, debemos trabajar en mejorar las condiciones de trabajo de nuestros músicos: una orquesta del nivel de la OSPSF debe tener necesariamente una sede exclusiva, donde los músicos puedan disponer de ella las 24 horas del día para poder estudiar. Además debemos contar con una sala de ensayos con camarines aptos para dejar sus instrumentos, realizar el calentamiento previo por secciones antes de ensayos y conciertos y además cambiar su ropa antes y después de cada espectáculo. La directora de Organismos Provinciales, Irene Chaina, me comentó que hay un proyecto en curso, espero que se pueda llevar a cabo lo antes posible. Pienso que una ciudad como Santa Fe merece y necesita una sala de conciertos a la altura del público y su comunidad.

La Orquesta tiene un gran potencial musical, cuenta con grandes intérpretes y una calidad humana excepcional; he sido recibido con gran calidez de parte de todos los integrantes, lo cual me pone muy feliz para comenzar un gran trabajo con este organismo. En la temporada 2017 el público tendrá acceso a un repertorio de conciertos único, con una gran variedad de compositores y épocas.

Allá y acá

—Como trombonista y tubista, ¿cuánto más exigente se vuelve sobre la sección de bronces de las orquestas con las que trabaja?

—Soy un director musical y administrativamente muy exigente; la sección de trombones y tubas es una parte muy importante de la orquesta, pero les exijo a ellos como a todas las partes de la orquesta. Exijo responsabilidad y calidad musical por igual a cada persona, grupo y a la orquesta en su totalidad. La orquesta es una gran familia donde cada parte debe funcionar perfectamente para que el todo marche bien.

—¿Qué diferencias encuentra entre la formación musical en Europa y países jóvenes como los americanos?

—Europa cuenta con una gran tradición y experiencia en la música clásica; además, su sistema educativo ha ido avanzando y mejorando a través de los años. Muchos músicos latinoamericanos han viajado a estudiar a Europa y han regresado a sus países para volcar todo el conocimiento y experiencia adquiridos allí.

Estoy convencido de que es posible acercar los estándares educativos de Europa en Latinoamérica si los Ministerios de Educación y Cultura invierten en ello; es una tarea ardua que se está realizando, por lo que puedo darme cuenta. Hay mucho por hacer en este aspecto, pero sin duda los avances se empiezan a notar.

—Todos los directores tienen uno o dos compositores de cabecera. ¿Cuáles son los suyos?

—Las tres grandes y famosas “B” de la música académica: Johannes Brahms, Anton Bruckner y L.V. Beethoven.

—¿Qué obras le gustaría interpretar durante su gestión?

—Una gama completa y diversa del gran repertorio clásico, desde esta primera temporada ya se ve reflejado el lineamiento musical que quiero brindar al público y a la