Paros, paritarias y propuestas

Ivana Fux

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El gobierno de Miguel Lifschitz tratará de empezar a destrabar en las reuniones de mañana, la situación de conflicto que ha provocado en la provincia la discusión salarial para 2017. El escenario es heterogéneo. La paritaria formal fue convocada para la administración central, con los gremios ATE y UCPN. Allí, el Poder Ejecutivo tiene la pretensión de “avanzar con una propuesta”, tal como lo adelantó el propio ministro Pablo Farías a este diario. Los representantes de los trabajadores estatales también habían rechazado la propuesta inicial del 19,5 por ciento por considerarla insuficiente, pero pasaron a cuarto intermedio con el compromiso de no realizar medidas de fuerza.

En el caso de los docentes, sólo fueron convocados para mañana los equipos técnicos, que analizarán la estructura salarial y los pormenores de la propuesta, en el Ministerio de Educación. La comisión paritaria recién sería convocada formalmente la próxima semana. La explicación de lo que podría aparecer como un trato diferencial radica en el plan de lucha votado por los docentes, que ya consumió tres días de clases y sumará otros dos, miércoles y jueves. Porque ya advirtieron los propios sindicatos al gobierno que no hay tiempo material para convocar a una asamblea que analice una eventual nueva propuesta. En ese escenario, el gobierno de la provincia apuesta a no desgastar una negociación que aun cuando pueda implicar un supuesto acuerdo por la pauta salarial local, tiene paros garantizados. Es que, a diferencia de lo que sucedía años anteriores, este 2017 apareció atravesado por un conflicto de raíz nacional, que encuentra su origen en la decisión de Mauricio Macri de no convocar a paritarias. Los gremios docentes fueron categóricos con su rechazo a la propuesta provincial del 19,5 pero en rigor, ratificaron a la luz de esa oferta que consideraron exigua, un plan de lucha que ya había sido planteado desde las centrales sindicales a nivel nacional.

La falta de referencias por la ausencia de una paritaria a nivel país es un verdadero escollo para las provincias que se quedaron sin parámetros. Por eso, todas las miradas se centraron en la discusión bonaerense. También lo es la medición de la inflación. El Indec reveló que fue del 2,5% en enero, por lo que el acumulado en el primer bimestre del año llegó al 3,8. Si sobre esa base se realiza una proyección, la inflación anual treparía al 24%, cuando las estimaciones oficiales la ubican en el 19.

“Confiamos en que los primeros meses serán de inflación alta y después se irán acomodando”, dijo Farías a El Litoral. “Tenemos expectativa de que ése sea el comportamiento durante el año. Tenemos los indicadores del Ipec, y sobre esos datos es que también planteamos la incorporación de una cláusula gatillo”, acotó.

El mismo Ipec fue el que en enero, mientras el Indec medía en el país una inflación del 1,3 por ciento, en la provincia registraba un aumento de precios del 2,1; casi el doble de lo que había estimado la estadística nacional.

El gobierno de la provincia apuesta a no desgastar una negociación que aun cuando pueda implicar un supuesto acuerdo por la pauta salarial local, tiene paros garantizados.