La política en foco

Matemática ¿estás ahí?

La oferta salarial que logró destrabar el conflicto en la administración pública es del 25 o del 21 %, según quién lo cuente y cómo. Y también por qué.

Emerio Agretti

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Finalmente, el gobierno santafesino arribó esta semana a un acuerdo salarial con los dos gremios que agrupan al personal de la administración pública, e inició una secuencia que espera se complete exitosamente a partir de mañana con médicos, municipales y, sobre todo, docentes.

En un ámbito jurisdiccional donde las relaciones tienden a ser buenas -y el eventual endurecimiento de posturas y discursos no se traduce en los rostros relajados y sonrientes de las fotografías que ilustran las reuniones paritarias-, el desarrollo de las negociaciones se ve ineludiblemente condicionado por el factor nacional.

Por caso, la sustancial mejora producida en la oferta salarial -indiscutible como tal, más allá de que se la considere o no suficiente- y el entusiasta recibimiento que tuvo de parte de UPCN y ATE, hace pensar a las autoridades que mejoran las chances de solucionar el conflicto con los maestros. El problema es la confrontación entre los gremios y el gobierno central, cuya dimensión quedó clara con la multitudinaria marcha del miércoles y la virulencia de los discursos, abarcativos de un menú de cuestiones que exceden con mucho la dinámica corriente de las cíclicas negociaciones. A la par que aumentan las posibilidades de encauzar la discusión hacia un acuerdo en la provincia, también lo hacen de que continúen las medidas de fuerza de Ctera, y que por adhesión sigan los paros en Santa Fe; configurando una situación sin salida desde el ámbito territorial.

En tanto, el nunca reconocido “techo” a los aumentos salariales a los que aspira el gobierno nacional, obligó a los funcionarios de Lifschitz a difundir la propuesta hecha a los estatales -y mañana a los docentes- en términos que desafían el razonamiento matemático elemental (y justamente en la semana en que esa cuestión también ocupó titulares, con la difusión de los resultados de la evaluación Aprender). La situación fue producto de una serie de arduas e intensas conversaciones, en una suerte de minuto a minuto que fue corriendo el momento de la nueva convocatoria hasta que existiese cierto grado de certeza de que el resultado iba a ser favorable, y evitar así el desgaste de un nuevo rechazo. El gobernador monitoreaba el curso de las tratativas desde Europa casi en tiempo real, aunque en algún momento las consultas se superpusieron con un traslado en avión que lo mantuvo desconectado durante un rato interminable, que incrementó la expectación de la vigilia.

A la postre, la Provincia consiguió destrabar el conflicto, entre otras cosas, añadiendo al 21 % que había sido rechazado otro 4 %, resultante de convertir en un incremento definitivo lo que había sido una suma especial a fin del año pasado. El 25 % que arroja la sencilla operación aritmética fue convincente para los negociadores, pero proyecta al escenario nacional un número que complica las discusiones -sobre todo en la estratégica provincia de Buenos Aires- y podría generar recriminaciones contantes y sonantes. Por eso la información oficial hablaba de que “se mantenía” el 21 %, mientras añadía discretamente esos cuatro puntos, cubriéndolos con subterfugios verbales, como el hecho de que en realidad correspondían a 2016 y no a la presente paritaria. Si pasa, pasa.

Así, mientras algunos frentes se cierran y otros encierran, otros más amenazan con convertirse en tormentas. Durante esta semana, habrá nuevos y reforzados embates contra la manera en que se desenvolvió y se clausuró la concesión de la autopista. Aquí también, por lo menos para algunos dirigentes de la oposición, los números no terminan de cuadrar.

A la par que aumentan las posibilidades de encauzar la discusión hacia un acuerdo en la provincia, también lo hacen de que continúen las medidas de fuerza de Ctera.