La vida después del estudio

Secretos de la construcción, de la clase en el aula a la obra

En el auditorio de la UTN tuvo lugar “El puente de estudiar a construir”, jornada impulsada por la Cámara Argentina de la Construcción para vincular a estudiantes universitarios de carreras afines con dicha industria.

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Público especial. La intención de los organizadores es crear un ámbito donde puedan conjugarse la voz de la experiencia con la energía de los estudiantes. Unos 300 jóvenes se sumaron a esta propuesta .

Foto: Gentileza Cámara Argentina de la Construcción

 

Sergio Ferrer

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La ciudad de Santa Fe fue sede días atrás de la duodécima jornada “El puente de estudiar a construir”. Se trata de una iniciativa de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC), destinada a estudiantes de los últimos años de las carreras de Arquitectura, Ingeniería y Agrimensura (así como disciplinas relacionadas), con el objetivo de comunicar ideas y propuestas vinculadas a su futura inserción laboral, el desarrollo profesional de los jóvenes graduados y la realidad general de la industria. El evento se realizó en la sala auditorio de la UTN Facultad Regional Santa Fe y fue coordinado por Sebastián Orrego, director de la Escuela de Gestión de la CAC, entidad que tiene epicentro en Buenos Aires y es presidida por el arquitecto Renato Franzoni.

Las charlas desarrolladas durante la jornada fueron las siguientes: “Primeros pasos en la construcción”, a cargo de Adrián Dip y Fabián Pagnoni; “La inserción profesional ¿Una asignatura pendiente?”, por Juan José Tramezzani; “La actitud de los recursos humanos ante la innovación y el cambio”, con Marcelo Bonzón; “Empleabilidad y competitividad profesional”, Mario Puskovic; “Formación de equipos”, Nery Alberto Pumpido.

“En la universidad, como deben dos, tres, cinco, ocho materias, nunca se sabe en qué año está el alumno, pero nosotros tomamos como público base a los chicos de los dos últimos años de carrera, que tienen de 23 a 26 años de edad y están a un paso de egresar”, expresó Orrego sobre esta propuesta, a la vez que confirmó que unos 300 jóvenes colmaron el auditorio durante las ponencias (el doble del cálculo previo hecho por los organizadores).

Un “mundo” nuevo

“Hay quienes ya están trabajando, pero es muy distinto hacerlo durante la etapa de formación, mientras estudian, que hacerlo teniendo el título bajo el brazo, como profesional”, añadió el coordinador. “Con el tiempo, a los encuentros empezaron a sumarse contadores, licenciados en administración de empresas, abogados y representantes de carreras afines a la industria de la construcción, que de por sí se nutre de muchas disciplinas... no nos olvidemos que una obra es una sinfonía de oficios y profesiones, con cientos de posiciones laborales que atender”, agregó Orrego.

“Muchas veces, los chicos pasan por un momento de crisis cuando se aproximan al final de la carrera; en verdad, para cualquiera, todo proyecto que termina genera un problema y cierta criticidad, porque deja de hacer lo que estaba haciendo y enfrenta algo nuevo, usualmente desconocido”, aclaró después. “Pensando en ello surgieron estas jornadas, en especial porque el desconcierto ante el futuro es una de las principales inquietudes de los jóvenes que participan. Preguntan... ¿qué hago con el título? ¿voy a poder vivir de esto? Allí es donde debemos darles una respuesta”, completó.

Un trabajo en equipo

Uno de los disertantes fue el ex futbolista y director técnico Nery Pumpido, quien fue convocado para desarrollar el tema “Formación de equipos”. Sebastián Orrego comentó que “siempre es interesante sumar alguien irruptivo, que no venga del ‘palo’ de la construcción”. “Un ingeniero o un arquitecto también te puede decir que es importante trabajar en equipo, pero lo van hacer desde la perspectiva de un profesional del medio”, siguió explicando Orrego, para quien el hecho de contar con Nery significa traspolar la experiencia del fútbol, que es fundamentalmente un juego de equipo, para ver qué aprendizaje se puede obtener. “La idea es poder llevar lo aprendido a la obra o la empresa, que también implican un trabajo de conjunto, donde cada uno tiene su rol,... y donde el gol, si bien lo mete uno, es del equipo, como en el fútbol”, ejemplificó.

“El gol en arquitectura o en ingeniería se da al terminar la obra respondiendo a la necesidad original, o a la del cliente”, resaltó Orrego. Luego enfatizó: “Esta es la diferencia entre el valor agregado que te da un arquitecto o alguien que solamente te va a construir. Hay muchos que pueden construir cuatro paredes pero hacer de esas cuatro paredes un espacio habitable es incumbencia de un arquitecto, quien se va a encargar de encontrarle la vuelta a la luz, al aire, al diseño, para que lo sientas tu hogar... ése es el gol en arquitectura”. “En infraestructura mayor después podemos tener otros goles, otros desafíos: un aeropuerto, un túnel, un hospital, una escuela; solucionar un problema de cloacas, o que una ciudad no se inunde cuando llueve”, redondeó.