En La Tablada, Yapeyú y San Agustín
Un crimen desató una guerra
- Anoche balearon dos viviendas e hirieron a una nena de 2 años. Hubo amenazas de quemar más casas.
Los destrozos en una de las casas atacadas.
Danilo Chiapello
Fue un domingo sangriento. Tres crímenes en menos de 15 horas marcaron una jornada signada por la furia.
Pero uno de esos asesinatos (el ocurrido al mediodía en barrio La Tablada) provocó una seguidilla de “vendetas”, que se focalizó en el ataque a viviendas, algunas de las cuales fueron incendiadas, otras saqueadas y otras atacadas a tiros.
Los primeros “coletazos” se dieron en Tte. Loza al 6900 donde varias viviendas fueron incendiadas y saqueadas.
Fotos: Danilo Chiapello
Víctima inocente
El último de estos “coletazos” se produjo anoche en barrio San Agustín II.
Seis individuos, que se conducían a bordo de tres motos, detuvieron su marcha a mitad de cuadra en calle Formosa al 7200.
Varios de ellos descendieron de los rodados y acribillaron a tiros el frente de dos viviendas. En uno de los inmuebles estaba la pequeña Mía, de apenas 2 años, mirando televisión. Uno de los proyectiles pasó a centímetros de su cabeza y le rozó el hombro. Nació de nuevo.
“Yo me había ido a jugar a la pelota y en casa había quedado mi esposa con los dos chicos. Y en un momento dado comenzaron a escuchar las explosiones. Parecía una guerra”, dijo hoy Maxi Monzón, el padre de Mía, en diálogo con El Litoral.
En su accionar los agresores utilizaron armas de grueso calibre. Prueba de ello es que los proyectiles perforaron el portón del garaje y provocaron daños en el Renault Logan de Monzón.
Lucía muestra la huella del balazo que ingresó a su dormitorio.
“No era para mí”
“Por suerte que estaba el auto guardado en el garaje, porque varios balazos pegaron en el coche y eso les quitó velocidad. Uno de esos tiros fue el que pegó en el brazo de mi hija”, agregó Monzón.
“Yo llegué unos minutos después del incidente y me encontré con todo el desastre. Encima no podía mover el coche porque los tiros le habían reventado los neumáticos. Por suerte llegó un patrullero y ellos trasladaron a mi nena hasta el hospital”.
Más adelante Monzón explicó que “esto no era para mí. Yo soy un hombre de familia. Trabajo hace años en el Mercado de Abasto y no tengo problemas con nadie. Para mí que los que hicieron esto se confundieron”, cerró.
Seis malvivientes, a bordo de tres motos, acribillaron a tiros dos casas en San Agustín II. Allí resultó herida la pequeña Mía, de apenas 2 años.
La vecina
Otra que no la pasó nada bien fue Lucía (78) la vecina que tiene su casa al lado de la vivienda de Monzón.
Uno de los balazos ingresó por la ventana de una cocina; siguió “viaje” y terminó impactando en la pared del dormitorio.
“Yo estaba durmiendo y me desperté por las detonaciones. Luego me di cuenta del tiro que pegó en la pared. Esto así no puede seguir. A mí me amenazaron y me dijeron que me iban a quemar la casa. No sé qué es lo que busca esta gente”, reveló.
Los rufianes utilizaron armas de grueso calibre. Los proyectiles perforaron un portón y destruyeron los neumáticos de Renault Logan.
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