Reclaman shock de competitividad

La Cámara de Industriales Arroceros Argentina expresó su preocupación por la “cruda realidad” que está viviendo el sector ante la pérdida de rentabilidad en la producción del cultivo y “la falta de políticas económicas”. Anticipan jornada de capacitación contra el arroz colorado en San Javier.

Campolitoral

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Esta semana, la entidad que nuclea a los productores arroceros a nivel nacional emitió un comunicado alertando sobre la gravedad de la crisis por la que atraviesan. “La industria atraviesa esta difícil coyuntura mientras espera un shock de competitividad” asegura. Para devolver la competitividad al sector de manera inmediata “es imperativo trabajar en conjunto con el Gobierno en la reducción de costos que impactan en la cadena, sobre todos los relacionados con la distribución, el transporte y la logística, bajar la carga tributaria que lo agobia y facilitar el reintegro de impuestos en las exportaciones”, detallan.

Según los arroceros, el punto pasa por poder amortizar la expansión de la inversión que viene realizando la industria y aumentar así la producción primaria (dadas las proyecciones de crecimiento del “Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial - PEA 2020”).

Además, denuncian un irreversible proceso de concentración en detrimento de los pequeños productores.“En el año 2008 el 70 % de la cosecha era producida por pequeños y medianos productores y el 30% era originado por empresas agroindustriales. Esta pirámide se ha ido invirtiendo a lo largo de estos años debido a la falta de rentabilidad de los pequeños productores. La industria incrementó su originación para poder abastecer sus molinos, y en la actualidad se puede estimar que el 70 % de la cosecha está en manos de la industria y el 30% en manos de productores pequeños y medianos”, aseguran.

Cuestión de renta

Según los productores, la pérdida de rentabilidad en la producción de arroz obedece tanto a “las malas políticas económicas implementadas por el gobierno anterior” (de las cuales el cepo cambiario y las trabas al comercio exterior fueron su principal expresión), como a la baja progresiva de los precios internacionales.

Según el sector, el dólar “vuelve a estar retrasado”. También manifestaron que el “fuerte incremento de los costos en dólares (entre 2011 y 2015) no logró ser revertido con la salida del cepo cambiario del año pasado; y desde entonces, la inflación superó a la apreciación del dólar, deteriorando nuevamente la ecuación de rentabilidad, con fuerte impacto negativo en la competitividad del sector”.

A futuro, aconsejan ajustarse el cinturón: “la industria deberá adecuarse indefectiblemente a la dura realidad: elevada capacidad ociosa; sueldos en dólares altos (y crecientes por paritarias del orden del 25 %); costo laboral no salarial excesivo; costos energéticos más elevados; precios internacionales estables o tendientes a la baja; y dólar cepado por altas tasas de interés, lo que eleva, a su vez, el costo de financiamiento”.

Y reiteran que si no hay un “shock de competitividad”, no se podrá subsistir, dado que está trabajando a pérdida de agregado de valor en lugar de generar valor agregado al arroz.

En Santa Fe

Según le informe SEA, el proceso de la cosecha de arroz en la provincia finalizó a principios de mayo, con números e información agronómica que avalan estos datos. “Los últimos lotes trillados disminuyeron la productividad por problemas de desgrane, vuelco de plantas y ataque de aves. Los rendimientos finales se mantuvieron en 55 qq/ha para el arroz largo fino y 40 qq/ha para el arroz largo ancho, cerrando una campaña de 10 qq/ha por encima de la campaña 2015/2016. Los valores obtenidos para el arroz cáscara oscilaron en $ 3.200 - 3500 tn, por debajo de las expectativas del sector productivo, con una superficie cosechada de 30.000 hectáreas.

La Ing. Agr. Noel Dopazo de San Javier, afirma que si bien la campaña cerró con un promedio de 5.500 kg aproximadamente, los costos de producción están por encima de los $ 6.000 a 7.000, y eso afectó claramente la campaña. “La producción en Santa Fe ha mermado mucho por el arroz colorado. Si bien este año fue mejor el rinde, el problema es que hubo muchos productores que dejaron la actividad y quienes sembraron este año abandonaron muchos lotes. Por eso los rindes no decayeron, sino la producción total en hectáreas”. Y agrega que de las 45.000 hectáreas en la provincia de 3 años atrás, pasamos este año a 35.000 hectáreas. En el caso de su empresa, se achicaron de 2.000 a 1.000 has. por este problema.

“Hay resistencia y no hay un control a corto plazo para implementar. Sabemos que hay dos productos que saldrán al mercado en un par de años, pero hasta tanto eso ocurra, se dejan muchos lotes, y el que puede rota con ganadería”.

En materia de costos, la logística se lleva el mayor porcentaje, seguida por el riego y la preparación de suelos. “Hoy se está implementando la siembra con pendiente controlada, que requiere sistematizar el lote con pendiente para mejorar el riego, eso tiene un costo elevado, por lo que algunos no lo pueden hacer”, agregó.

Metas a corto plazo

Ante las proyecciones del “Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial 2010-2020 (PEA)”, en el que se proyectaba una producción de arroz de 2 millones de toneladas para el 2020, muchas industrias agrandaron la capacidad de elaboración e invirtieron en tecnología. Como resultado, hoy la industria arrocera argentina cuenta con una capacidad instalada de procesamiento que supera los 2 millones de tn. Sin embargo, las previsiones no se cumplieron. “De las 1,6 millones de tn. de la cosecha 2007/2008, hemos asistido a una progresiva reducción de la producción, hasta llegar a este año a un volumen estimado de 1,2 millones de tn. La disponibilidad de arroz resultaría algo superior producto del carry in, unas 1.3 millones de tn. en total, de las cuales 500 mil se destinarían al mercado doméstico y 780 mil quedarían de saldo exportable”, advierten.