Fue uno de los precursores del barrio

Alto Verde recibió con una fiesta los restos de Büntig

  • Las reliquias del sacerdote descansan, desde hoy, en la parroquia Jesús Resucitado que él mismo fundó en 1969. Los vecinos lo recibieron con caravana y procesión como inicio de los festejos que se extenderán durante todo el día.
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En auto y a pie. La caravana y procesión fue el inicio de una celebración organizada por los vecinos, que se extendió a un almuerzo comunitario y mateada con recuerdos y anécdotas de quienes lo conocieron. Foto: Guillermo Di Salvatore

 

Florencia Arri

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“Es un reencuentro, no sólo con el padre Büntig sino también con quienes compartimos años con él y con las Hermanas Auxiliares que volvieron para el homenaje. La palabra alegría queda chica, estamos todos emocionados”. Así definió Leticia López, vecina de Alto Verde, la celebración que hoy despertó a todo el barrio. Desde las 9.30, las reliquias del Pbro. Aldo J. Büntig llegaron a su destino final: una urna en el frente de la parroquia Jesús Resucitado que fundó en 1969 frente al río, en lo que es hoy la Manzana 2.

Fueron los vecinos quienes pidieron al Arzobispado “repatriar” al barrio sus restos, que descansaban en el Panteón del Clero del cementerio municipal desde su muerte, en 1978. El traslado de las reliquias llevó casi nueve meses de gestiones y fue celebrado desde su primer contacto con el barrio, en el puente de acceso Héroes de Malvinas.

Desde allí partió una caravana que llegó hasta el Paraje La Boca y se detuvo a su paso en los espacios e instituciones que hoy construyen Alto Verde. “Paramos para que Büntig los bendiga porque son quienes continúan el trabajo que comenzó el padre en el barrio”, explicó el Pbro. Héctor Ignacio Bossié SJ, hoy a cargo de la parroquia Jesús Resucitado.

La caravana superó la veintena de vehículos y fue liderada por un coche fúnebre ataviado con grullas de colores papales que llevaba dentro un féretro con la reducción de los restos del cura. Lo secundó una camioneta desde la cual, por parlantes, una voz iba rezando y recordando el paso del sacerdote por los diferentes espacios en una mezcla de procesión con segundas honras fúnebres.

Volver al barrio

“Esto es una celebración de la vida que convocó a muchos, a pie y en auto”, destacó el padre Héctor, quien reconoció que la convocatoria superó lo previsto por quienes organizaron los festejos.

Al llegar a la vecinal Pro Mejoras Alto Verde, las reliquias fueron acompañadas en procesión por alumnos y docentes de las escuelas Papa Francisco y Jesús Resucitado, con sus abanderados y autoridades. También se sumaron las comunidades de las capillas Los Milagros, San Alonso de La Boca y Santos Mártires de la Vuelta del Paraguayo, “quienes a pesar de ser afectados por la crecida del río no quisieron faltar”, reconoció Bossié. Entre ellos, los vecinos y quienes conocieron distintas facetas del Padre Büntig.

Debajo de una boina y con evidente emoción, Taher Elías Bude hizo que lo llevaran a Alto Verde para honrar al sacerdote. “Fue un hombre fuera de serie. Era mi amigo. Fui el único que lo despidió en la terminal de ómnibus, de noche, cuando se tuvo que ir de Santa Fe” remarcó, para dimensionar su amistad, la pérdida y el honor.

Su memoria evoca a Büntig en tardes de mate cosido entre árboles frutales, en su Progreso natal, cuando Aldo vivía en casa de sus tíos. “Era un chico feliz que ya daba indicios de convertirse en lo que fue: un ser excepcional, de ésos que ya no se encuentran —dijo entre lágrimas. Él se merecía esto, volver al barrio que quería tanto”.

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Recuerdo. Desde la parroquia, en la década del 70, Büntig realizó una labor social fundamental para el desarrollo de Alto Verde. Foto: Archivo El Litoral

Quién fue

La historia santafesina destaca a Aldo Büntig como el sacerdote nacido en la localidad de Progreso que fue sociólogo, escritor y referente en Santa Fe del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. El sacerdote llegó a esta barriada costera de la mano de Universidad Católica de Santa Fe y permaneció allí varias décadas.

En 2013, los vecinos decidieron ponerle su nombre a la segunda calle en importancia del barrio, perpendicular a la central, Demetrio Gómez. Los motivos esgrimidos aludían al “Padre Aldo Büntig” como “precursor en la acción social del Distrito Alto Verde e iniciador de la obra cristiana más destacada del Distrito” y trabajador incansable de la comunidad de Alto Verde.

Büntig se fue del barrio en 1976, cuando Monseñor Zazpe le pidió que dejara la parroquia para resguardar su vida. El sacerdote viajó a San Juan de Puerto Rico, donde falleció en 1978.

Sus restos descansaron en el Panteón del Clero del cementerio municipal hasta el pasado 19 de junio, en que fueron reducidos y alojados en la cripta de los sacerdotes jesuitas en el Santuario de Ntra. Sra. de los Milagros. A pedido de los vecinos, hoy llegaron a su destino final: una urna y un monumento ubicado en el frente de la Parroquia y escuela Jesús Resucitado que Büntig fundó en 1969 en Alto Verde.