Gerónimo Poblete dejó de pertenecer a Colón...

... Y llegó el día en que el capitán quedó libre

El último paso que dio ayer el club fue el envío de una carta con el ofrecimiento formal de renovación. Se dice que el esfuerzo económico para el hipotético nuevo contrato es formidable. Pero la negativa del jugador (o de su representante) se reiteró incansablemente en todo este año.

D3-A-IMG_2127.jpg
 

Enrique Cruz (h)

Pasó el 30 de junio y la realidad es que, técnicamente, Gerónimo Poblete ya es jugador libre. El volante rojinegro llegó de Mendoza hace 9 años a la institución (en 2008), en pleno inicio de un proceso de inferiores que le dio muy buenos réditos futbolísticos y económicos al club (Mugni, Alario, Meli, Graciani, Poblete, Conti, Luque, etcétera), y en junio de 2011 fue promovido al plantel profesional con sólo 18 años por Mario Sciacqua, pero recién tuvo la posibilidad de debutar un par de años más tarde, no sin antes haber bajado al plantel de reserva, coronándose campeón en la temporada 2012-2013 con Ricardo Johansen como conductor. Aquel equipo tenía como integrantes a Lovera, Sandrigo, Valdéz, Bellone, Leys, Rossini, Poblete, Jourdan, Pariani, Somaglia, Callejo, Fasano, Díaz, Prieto, Rothar, Filippi, Mayenfisch y Villarruel, entre otros. Como podrá apreciarse, la mayoría de ellos —por no decir casi todos— ya no están en el club, fueron dejados libres, prestados y apenas Leys (que casi seguro se va) y Villarruel (que ahora debería volver luego de haber sido prestado a San Martín de San Juan) permanecen en el plantel.

Poblete se convirtió en el recambio natural ante la ida de Marcelo Meli, que se había ganado un lugar como titular indiscutido en el equipo que perdió la categoría, formando una recordada dupla de volantes centrales con Videla. Se cargó la responsabilidad de la vuelta a Primera y fue una pieza clave en el equipo que armaron Osella y Toresani para madurar un ascenso que fue conseguido por Mostaza Merlo en aquella tarde lluviosa y no apta para cardíacos ante Boca Unidos, cuando Colón logró contar con una delantera con un potencial y un futuro extraordinario: Pavón-Alario (32 millones de euros de valor actual, entre ambos).

De a poco, la consideración de Poblete fue creciendo en cada uno de los entrenadores que dirigieron a Colón en estos últimos tiempos. Algunos creyeron que debía jugar de “5” de contención; otros creyeron que era ideal para jugar por el medio pero más adelantado, de doble “5”, por su explosión, manejo y capacidad para “romper líneas” y aparecer a espaldas de los volantes centrales rivales. Así, Poblete se terminó transformando en un buen asistidor, pese a que tuvo momentos en los que —sobre todo con Montero— fue colocado equivocadamente en los laterales, mucho más cuando el uruguayo lo tiraba sobre el sector izquierdo y replegaba a Iván Torres para jugar de “3” porque no tenía en cuenta a Clemente Rodríguez y no lo conformaban los rendimientos de Iberbia.

Poblete fue capitán, no sólo porque era un jugador que marcaba una referencia bien propia del club, sino porque se lo ganaba por temperamento y condiciones. Titular indiscutido, su presencia era gravitante y no fueron pocos los partidos en los cuales se convirtió en figura.

El contrato de Poblete tenía fecha de finalización: 30 de junio de 2017. Con un sueldo bajo, mejorado posteriormente, se ingresó al último año de contrato, lo cual evidentemente es un riesgo que no se debería asumir, salvo que el jugador no interese. No es el caso de Poblete, patrimonio del club, quien creció futbolísticamente en la institución más allá de haber sido reclutado de Mendoza cuando tenía 15 años.

Sin dudas que la relación de su representante con Vignatti se empezó a resquebrajar cuando apareció aquella “famosa” pretensión de cobrar una comisión. Todos se negaron en Colón. El presidente y también aquéllos que controlan al club (órgano fiduciario y jueza). Razones habrán tenido, desde ya. Pero la realidad es que el tiempo fue pasando y la respuesta a los esfuerzos económicos, resultaron negativas.

Hay que empezar a entender que en el fútbol argentino (mundial) de hoy, lo que realmente valen son los contratos de los jugadores. Ya no es como antes, cuando al final del vínculo formal, la relación continuaba dos años más por el “famoso 20 por ciento”. Ahora se acuerdan contratos y una vez que éste finalice, el jugador queda libre. Y otra realidad: el representante se comprometió a darle a Colón una indemnización, pero la pregunta es: ¿qué club pagará para “comprar” el pase de un jugador libre, si lo único que tiene que hacer es arreglarle un contrato?

No llegar al último año de contrato sin arreglar una renovación o una ampliación del mismo y acordar cláusulas de rescisión, son elementos que se deberían empezar a evaluar en la relación club-jugador. Colón, por lo que se pudo averiguar, le hizo inclusive un excelente ofrecimiento para renovarle, pero siempre se encontró con la negativa (¿del jugador o de su representante Pablo Caro?). ¿Conseguirá alguna oferta similar en otro club o en otro mercado?. Por lo pronto, el Metz de Francia no aceptó la pretensión de cobrar 600.000 euros anuales —según se informó en Francia— y ahora empieza a sonar con firmeza Racing, cosa extraña si se tiene en cuenta que lo tiene al “Pulpito” González y ya llevó a Arévalo Ríos y a Rinaudo.

El último manotazo se pegó ayer: carta formal a Poblete y su representante con un ofrecimiento claro y concreto para renovar. Llevó a los papeles lo que se había hablado y ofrecido sin tener respuesta positiva de la otra parte. Sólo queda esperar. ¿Esperar qué? se preguntarán muchos. Esperar que cualquier cosa que puedan ofrecerle al jugador, no iguale siquiera a lo que le da Colón. Hoy, la realidad es que Poblete es jugador libre. ¿Jugará en Racing?, ¿en Central?, ¿en Independiente?, ¿afuera?, ¿o volverá para aceptar lo que le ofreció Colón? El tiempo y su representante lo dirán.