llegan cartas

“La guerra del cerdo”

MIGUEL ÁNGEL REGUERA

DNI 16.831.396 / [email protected]

“La guerra del cerdo” que anunciara Bioy Casares sumó un nuevo capítulo. El comando enemigo de “nuestros queridos viejos” se oculta bajo las siglas Anses, como antes fue INSSJP o tal vez Kaos (el inefable adversario de los buenos Cippol). Las estadísticas demuestran que las mujeres viven más que los hombres y que en consecuencia su sustentabilidad económica es más peligrosa para las arcas de los jóvenes Ceos. Fueron entonces por las viudas y sus míseras pensiones. No les alcanzó en su momento con la humillación de obligarlas a “certificar supervivencia” para poder cobrar. No basta con exponerlas a la bronquitis o la neumonía en el invierno o a desmayos y subas de presión en el verano, por hacer filas en las puertas de los Bancos, ya que no pueden por sí solas resolver los “intríngulis” de las nuevas tecnologías y deben cobrar a la vieja usanza. Ahora tienen que revivir los peores momentos de su vida, buscar en papeles amarillos o someterse a nuevos trámites en los Registros de la Personas para obtener certificados de matrimonio, de convivencia o de defunción, pues en caso de no presentarlos dejarán de cobrar la pensión por viudez, resueltas en trámites que son cosa juzgada administrativa y que determinaron “derechos adquiridos”. Piensan que con este último golpe comando “el ejército de los jóvenes” logrará mermar en gran número el poderío físico de los millones de jubilados que aún quedan por exterminar. Pero por las dudas, para no sufrir sorpresas electorales frente a sus acciones, la ley ya tiene eximido de votar más allá de los 70 años (la inteligencia militar de estos muchachos y los que los precedieron, no tiene límites). Frente al recrudecimiento de las acciones enemigas, el Comando Central de los Viejos Piolas está programando la contraofensiva y rezar por la transformación de los corazones insensibles, misa que tal vez puedan presidir, por la gracia de Dios, los 80 jóvenes años del Papa Francisco.