Pablo Farías, ministro de Gobierno

“Querer derogar las primarias por su costo es un argumento peligroso”

Ivana Fux

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“Me da mucha bronca dilapidar 2.500 millones de pesos en las Paso”, dijo en las últimas horas el presidente de la Nación Mauricio Macri. El jefe de Estado redujo a una cuestión monetaria la fundamentación de una de las ideas que se están promoviendo desde su gestión: derogar el sistema de primarias abiertas, obligatorias y simultáneas.

En la provincia de Santa Fe, que adopta el mismo mecanismo para sus elecciones locales, el gobierno ha salido públicamente a resistir tal posibilidad. Ya lo había hecho el propio gobernador Miguel Lifschitz, y ahora complementó el ministro de Gobierno, Pablo Farías, quien en diálogo con El Litoral, consideró “peligroso” fundamentar la estrategia sólo en una cuestión pecuniaria.

—¿Cuál es la postura del gobierno provincial sobre la posibilidad de derogar el sistema de primarias a nivel nacional?

—Nosotros no nos oponemos a discutir la legislación electoral vigente para mejorarla. Nos parece que la instancia de las primarias es superadora de legislaciones anteriores; por ejemplo en Santa Fe está fuera de discusión que es muy superior a la Ley de Lemas que era el sistema previo. A nivel nacional, el reemplazo por las primarias de lo que eran las internas cerradas de los partidos creemos que también fue un avance en la democracia porque ese sistema ya estaba agotado. Pero también es necesario hacer una consideración en cuanto a la coyuntura porque no es bueno introducir la discusión de la ley en pleno proceso electoral porque parece que se quiere adecuar la ley a su conveniencia. Me parece que el presidente está preocupado porque no le gusta cómo le va en las primarias y ya está pensando en cómo reformar la ley.

—¿Aun cuando se explicite que la reforma sería a fin de año, después de las elecciones?

—Está bien, pero instalar el tema ahora no corresponde. La discusión en términos objetivos hay que darla por fuera del período electoral y siempre buscando mejorar la legislación vigente. Porque también me parece negativo introducir como prioridad la cuestión del costo de las elecciones, porque eso nos puede llevar a directamente no votar. Es un argumento peligroso; obviamente, hay que cuidar los recursos, pero por ejemplo el voto electrónico que se proponía en algún momento y que el propio Macri implementó en Buenos Aires, no es barato e incrementa muchísimo el costo de las elecciones. Es un argumento peligroso porque si privilegiamos sólo lo económico, podemos llegar a la conclusión de que no hay que hacer elecciones, llevado esto a un extremo. Entonces, no es momento de discutir esto cuando estamos en pleno proceso electoral porque se mezcla con la coyuntura, y es controvertido plantear como principal argumento el tema del ahorro económico.

—¿Las eventuales reformas para mejorar el sistema no pasarían en ninguno de los casos por eliminar las primarias, o sí?

—Eliminar las primarias para volver a los sistemas anteriores es un retroceso. A mí, no se me ocurre un sistema que sea superador hacia adelante. Se pueden discutir algunas características de la elección primaria pero no el sistema como tal. El sistema nos parece positivo. Y en lo que sí creemos que hay que avanzar y que no se pudo hacer a nivel nacional es con la boleta única. Este año, la gente va a tener otra vez la boleta única en la elección provincial y la vieja boleta de lista sábana en la elección nacional. En eso sí hay que avanzar y estamos de acuerdo.

—¿Consideran que hubo proscripción en Cambiemos con la lista de Jorge Boasso?

—Lo que decimos es que dentro del Frente Progresista tuvimos una actitud diferente. Ayudamos a todas las listas a que pudieran cumplir los requisitos formales aun cuando al vencerse el plazo de presentación no lo habían hecho. Y lo hacemos porque estamos convencidos de que debemos favorecer la participación y hay que tener cuidado de que las limitaciones y requisitos que se establecen al interior de las juntas electorales de los partidos no terminen siendo proscriptivas. Hay que tener cuidado con que a veces la excesiva exigencia de requisitos formales no terminen generando casos de proscripción política. Ser excesivos en esa requisitoria es lo más cercano a la proscripción política, sobre todo cuando hay una construcción de la doctrina de la jurisprudencia en temas electorales donde el principio es siempre interpretar las normas y procesos a favor de la participación democrática y no en contra, porque la idea es que los electorales puedan elegir y ser elegidos; ésa es la esencia de la democracia. Si siempre se está buscando hasta el último aval, lo que en realidad se quiere es que el otro no participe.