Se ahonda la crisis

Corea del Norte amenaza con emplear la “fuerza absoluta”

El jefe del Ejército ratificó que el régimen de Kin Joung-un sigue adelante con el plan para atacar la isla estadounidense. Acusó a Trump de decir “muchas tonterías.

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Kin Joung-in, líder de Corea del Norte.

Foto: El Litoral

 

De la Redacción de El Litoral

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DPA

Corea del Norte reiteró este jueves que está diseñando un plan para disparar misiles cerca de la isla de Guam en el Pacífico, donde Estados Unidos tiene una base militar, como forma de advertencia en vista de que sólo “la fuerza absoluta puede funcionar” con el presidente Donald Trump.

Trump “salió a decir muchas tonterías sobre ‘fuego y furia’, sin comprender la grave situación”, dijo el general Kim Rak Gyom, comandante de la Fuerza Estratégica del Ejército Popular de Corea (EPC), en un comunicado reproducido por la agencia de noticias estatal KCNA.

“Parece que el diálogo no es posible con un hombre desprovisto de razón y sólo la fuerza absoluta puede funcionar con él”, agregó.

El general añadió que Pyongyang está dispuesto a lanzar misiles tipo Hwasong-12 con capacidad para sobrevolar Japón y alcanzar el mar a 30 o 40 kilómetros del territorio estadounidense de Guam, en el Pacífico occidental.

“La acción que el ECP está a punto de iniciar será un remedio efectivo para frenar los movimientos frenéticos de Estados Unidos en el sur de la península coreana y sus proximidades”, añadió Kim.

El militar agregó que el plan estará terminado hacia mediados de agosto y que el ECP esperará entonces órdenes del “comandante en jefe de la fuerza nuclear de la República Popular Democrática de Corea”, Kim Jong-un.

Estos comentarios constituyen la última escalada entre Washington y Pyongyang en torno al programa nuclear de Corea del Norte y las sanciones de la ONU contra el país asiático.

El aumento de las tensiones hizo que Corea del Sur convocara hoy a su gabinete de seguridad e instara a las partes a la contención. También Japón calificó las provocaciones de Corea del Norte como “inaceptables”. “Pedimos urgentemente a Corea del Norte tomar en serio las duras advertencias de la comunidad internacional”, dijo el portavoz gubernamental Yoshihide Suga.

El martes, Trump dijo que si Corea del Norte seguía con sus amenazas respondería con “fuego y furia”, a lo que Pyongyang respondió que estaba considerando un ataque preventivo contra Guam, donde además de la base militar estadounidense residen unas 160.000 personas.

Poco después de la última amenaza norcoreana, Trump retuiteó un mensaje de “The Five”, un programa del canal de televisión Fox News, que decía: “Ser impredecible es una gran ventaja, Corea del Norte sabía exactamente lo que el presidente Obama iba a hacer”.

El Ejército surcoreano también amenazó a Pyongyang. El portavoz del Estado Mayor Conjunto, Roh Jae Cheon, dijo que si atacaba a Estados Unidos o a su país, “se enfrentará a una represalia fuerte y decidida de los aliados”.

Los funcionarios estadounidenses pasaron gran parte del miércoles tratando de tranquilizar a los nerviosos ciudadanos y pidiendo al líder norcoreano, Kim Jong-un, que rebaje el ruido de sables.

El secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, que hizo una escala en Guam tras volver de un viaje al sudeste asiático, subrayó que la guerra entre los dos rivales nucleares “no es inminente” y que “los estadounidenses deberían dormir tranquilos por la noche”

Por el contrario, el secretario de Defensa estadounidense, James Mattis, fue más duro y alertó a Corea del Norte de que “ponga fin a toda consideración de acciones que llevarían a un fin de su régimen y a la destrucción de su gente”.

Las declaraciones de “fuego y furia” de Trump no estaban planeadas y sorprendieron a los asesores del presidente, asegura el “New York Times”, pese a que la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, insistió en que “el tono y la fuerza del mensaje fue debatido previamente”.

Trump también tuiteó el miércoles por la mañana: “Mi primera orden como presidente fue renovar y modernizar nuestro arsenal nuclear. Es ahora mucho más fuerte y poderoso que nunca antes”.

Sin embargo, la afirmación fue cuestionada por numerosos expertos militares, que destacaron que una modernización de este tipo no es posible en un periodo tan corto y que Estados Unidos ha reducido sensiblemente su arsenal desde el final de la Guerra Fría.