En la Sala del Tiro Federal

El Grupo de los Diez estrena nueva obra en Humboldt

Se trata de “Babilonia nuestra de cada día”, una versión libre de María Rosa Pfeiffer sobre el clásico de Armando Discépolo.

El Grupo de los Diez estrena nueva obra en Humboldt

ESTRENO. Este viernes 11 y sábado 12 a las 21.30 y el 17 de este mes en la Sala del Tiro Federal darán a conocer “Babilonia nuestra de cada día”.

Foto: GENTILEZA PRODUCCIÓN

 

Roberto Schneider

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Son incansables. Todos los integrantes del Grupo de los Diez de Humboldt no cesan en su afán de construir teatralidad en el territorio provincial. Este año conquistaron al público con el Primer Festival de Teatro en la localidad del mismo nombre: tres días a puro teatro para dar cuenta de un panorama de la actividad santafesina que, además, sumó un éxito precioso en los anales de este grupo emblemático del interior del interior.

Ahora, estrenan un nuevo montaje que los tiene como protagonistas. Este viernes 11 y sábado 12 a las 21.30 y el 17 de este mes en la Sala del Tiro Federal darán a conocer “Babilonia nuestra de cada día”, una versión libre de una de las obras cumbre de Armando Discépolo, el clásico “Babilonia (una hora entre criados)”, firmada por la dramaturga y directora María Rosa Pfeiffer. Recuerdan los integrantes del elenco que en 2016 Edgardo Dib dictó un seminario sobre grotesco criollo en la localidad gracias a una asistencia técnica solicitada al Instituto Nacional del Teatro. Fue inevitable para el grupo enamorarse de la obra discepoliana.

Pfeiffer relata que este autor utiliza el escenario para describir problemas sociales y debilidades humanas. La lucha por sobrevivir muestra un mundo en constante cambio y las obras del grotesco criollo son como un documento histórico. Como ha señalado Griselda Gambaro, “Discépolo nos habla de lo que conocemos y de lo que somos en nuestra particularidad geográfica, histórica y social”. Estas historias “nos sacuden el alma, nos sacuden la vida -reflexiona la directora-. Nos hacen llorar, pero también nos hacen reír. Ya lo había dejado escrito este autor: “Reír es la más asombrosa conquista del hombre, pero si reír es comprender, que se ría sólo para aliviar el dolor”.

El teatro del grotesco nos muestra el rostro obsceno de la realidad, descubre las máscaras. Nos refleja en un espejo de lo patético. El mismo Discépolo decía que el grotesco es el arte de llegar a lo cómico a través de lo dramático. Desde sus comienzos, el género no ha perdido actualidad. Aquí cabe recordar que el Grupo de los Diez ha obtenido magníficos resultados con el sainete y la comedia dramática y esos lenguajes son los más cercanos a su idiosincrasia. Dicen ahora que acercar un grotesco criollo es indudablemente un aporte a la cultura de la propia comunidad humbolense y la de la región.

La historia

Con precisa claridad ponen de relieve los hacedores de esta nueva propuesta que en el sótano de una casa de “nuevos ricos”, un grupo de inmigrantes desesperados lucha por salir de ese “abajo” buscando el “arriba”. Paradójicamente, los dueños de esa casa, en el “arriba”, son personas que fueron pobres como esos criados, pero que adquirieron fortuna y poder. Con su descarnada mirada, el autor nos mete en ese oscuro submundo, cocina de la gran mezcolanza, como cambalache, donde todo se junta, se mezcla y se apila. Una visión despiadada de la realidad de entonces, que no es diferente a la que periódicamente nos vemos forzados a padecer. “Esta obra es nuestra no sólo por su tema, sino por su forma articulada, por sus lenguas distintas y grotescas que hablan crudamente sobre nuestra identidad”.

La adaptación dramatúrgica se basa en la síntesis de algunos personajes y situaciones. Y en un aggiornamiento del cocoliche para poder acercar más al público, volviendo menos críptico el idioma. También se quitan referencias concretas a localismos, para poder abarcar espectros más amplios. Podría ser cualquier sótano, en cualquier casa “bien” de cualquier lugar del país. “Una adaptación donde se explota y explora algo sugerido por Discépolo pero que está un tanto en las sombras y en un segundo plano debido al protagonismo que tomó la crítica social y que es precisamente el corazón de los vínculos, las emociones puestas en juego, la funcionalidad que surge en las relaciones... Al fin y al cabo, víctimas y victimarios recrean el escenario donde reconocerse”.

Los hacedores

Integran el elenco de “Babilonia nuestra de cada día” los actores Gerardo Meyer, Guillermina Volken, Mauro Bartizagui, Fabiana Beccaría, Pablo Arossio, Marcela Girolimetto, Roberto Weidmann, Pablo Yennerich, Ricardo Merke, Emiliano Bonfanti, Marisa Infantino, Antonela Sánchez y Rubén Fladung. El diseño de vestuario es de Antonela Sánchez y la realización de Marisa Infantino y Elsa Villalba de Weidmann; el espacio escénico es de Gerardo Meyer y María R. Pfeiffer; la realización escenográfica es de Roberto Weidmann; el diseño gráfico es de Romina Bonfanti; la fotografía es de Manuel Dutruel; la compaginación musical es de Walter Walker; la iluminación es de Rubén Fladung; la asistencia de dirección es de Ana Mulé; la dirección general es de María Rosa Pfeiffer; la supervisión de puesta en escena y dirección actoral es de Edgardo Dib. La producción del espectáculo es de Grupo de los Diez, con el apoyo del INT.