Logró escapar ileso

Once balazos contra Piquín

Télam

El bailarín Hernán Piquín resultó ileso tras ser atacado ayer de once disparos cuando llegó al country del partido bonaerense de Pilar donde vive y descubrió al menos a cinco ladrones en la guardia que mantenían amenazado a uno de los empleados de portería. Fuentes policiales y judiciales aseguraron que el hecho ocurrió durante la madrugada, cerca de las 2.30, en el barrio cerrado ‘El Hábitat‘, de las calles José Verdi y Carlos Calvo, del barrio La Lonja de Pilar, y el propio Piquín reveló ante la prensa que pensó que lo mataban y que está vivo “de milagro”.

Según las fuentes policiales y el testimonio del bailarín de 43 años a la prensa, todo comenzó cuando pasadas las 2 de la madrugada del miércoles regresaba a bordo de su automóvil Smart de color gris metalizado de la Capital Federal tras participar del programa Showmatch, que conduce Marcelo Tinelli. “Cuando llego, me abren el portón y veo un personaje que yo no conocía en la guardia con chaleco antibala de la policía y dije “qué raro, qué raro”. Cuando entro veo a tres a cuatro personas más y confirmé que algo pasaba”, dijo Piquín a la prensa en la puerta del country.

“Di vuelta el auto, se me vinieron encima, aceleré y empecé a tocar bocina a gritar: ‘Hay chorros en el barrio!’”, recordó. Piquín contó que en ese momento le hicieron “el primer disparo”, por lo que aceleró, dobló en una calle y cayó en una zanja. “Después de eso fueron como diez disparos más. Gracias a Dios estoy vivo. Bajé del auto y corrí porque no sabía si me seguían. Pensé que me mataban”, afirmó. Comentó que si bien “hubo impactos” en su auto, ninguno de los balazos entró al habitáculo, ni lo lesionó, aunque sí explicó que le duele “el coxis”, por lo que irá a una clínica a hacerse chequeos porque teme estar fracturado.

El artista relató que luego de caer en la zanja, bajó del auto, corrió y, tras saltar dos alambrados, se metió “en la casa de un vecino” que le abrió la puerta y lo refugió en la vivienda hasta que por el chat interno de los vecinos advirtieron que los delincuentes ya se habían ido. Los investigadores policiales determinaron que los delincuentes habían llegado con sus rostros cubiertos al lugar pocos minutos antes y habían sorprendido a un empleado de la portería, a quien amenazaron con armas y lo mantuvieron cautivo, junto a un compañero suyo que llegó luego.

Piquín indicó que, de acuerdo a lo que después contaron esos dos empleados, “entraron por el frente a punta de pistola”, los redujeron y “los esposaron”. “Los guardias nos dijeron que les preguntaban ‘dónde está la plata’ y ‘quién tiene más plata acá adentro’”, dijo Piquín. El lugar tiene alambrado perimetral, más de 20 cámaras de seguridad y alarma en todo el perímetro, pero el propio bailarín contó que los delincuentes “cortaron todos los cables” para evitar quedar filmados por el circuito de video del country.