Una historia futbolera y policial...

“¿Me hiciste 5?, pues ahora te los clavo yo”

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José Artemio Luñiz, aquel implacable delantero salteño que Colón trajo en la década del 70 y que se destacaba por sus goles de cabeza.

Foto: Archivo El Litoral

 

Enrique Cruz (h)

Los partidos de referencia son de 1977. Pero un año antes, se produjo un hecho que muchos recuerdan en Santa Fe y que se cobró dos víctimas cordobesas. Por eso, cuando se escribe la historia negra del fútbol argentino, el duelo Talleres-Colón tiene un capítulo especial y es el que se escenificó en Santa Fe el 12 de diciembre de 1976. Talleres peleaba el campeonato y Colón lo recibió y le empató en Santa Fe 1 a 1. Era el equipo de Juan José Pizzuti contra el de Rubén Bravo, que contaba en sus filas con figuras de la talla de Luis Galván, Oviedo, el Hacha Ludueña, Daniel Valencia y Humberto Bravo, entre otros. El siempre recordado Edgardo Di Meola abrió la cuenta para Colón, mientras que Cherini fue el encargado de igualar el partido. Las crónicas cordobesas de la época indicaron que vinieron 10.000 hinchas al Brigadier López, cosa que desde ya hay que descartar de plano, pero el desborde que hubo en las tribunas hizo que interviniera la policía con el lamentable saldo de dos hinchas de Talleres muertos y la ruptura de relaciones de Talleres con Colón.

Un año después, poco había cambiado desde lo futbolístico al punto tal que Talleres era un gran animador del Nacional y llegó a aquella inolvidable final frente a Independiente. Le tocó venir a Santa Fe el 20 de noviembre de 1977 y Colón le propinó una gran paliza: 5 a 1 en un Centenario que estuvo lleno de gente, fútbol y goles. Andrada; Araoz, Di Plácido, Zimmermann y Fernández; Villarruel, Roldán y Di Meola; Jorge López, Luñiz y Aricó. Talleres, por su parte, tuvo a Quiroga; Arrieta, Galván, Bordón y Ocaño; Ludueña, Oviedo y Valencia; Reinaldi, Bravo y Cherini. Dos goles de la “Chiva”, dos de Luñiz y el restante de Jorge López le dieron los tantos a los sabaleros, mientras que Daniel José Valencia, el jujeño campeón del mundo con la selección de Menotti, convirtió el único de los cordobeses. Fue un 5 a 1 lapidario y hasta sorpresivo en parte, ya que en esos tiempos nadie discutía la capacidad de juego y goles que tenía Colón.

Pero se “enojaron” los cordobeses y los esperaron unos días después en la revancha de un torneo maratónico. Se vendieron 18.000 entradas para ese partido en el barrio Jardín que congregó a una multitud. La formación de la T fue con Guibaudo; Astudillo, Galván, Binello y Ocaño; Ludueña, Syeyyguil y Valencia; Bocanelli, Bravo y Cherini. ¡Cómo habrá sido de fuerte ese equipo, que se daba el gusto de tener a la Pepona Reinaldi y a Alderete en el banco! Por su parte, Colón lo hizo con Andrada; Fertonani, Mariano, Zimmermann y Fernández; Villarruel, Roldán y Aricó; Vega, Luñiz y Solís, ingresando luego Battú por Solís. El partido también terminó 5 a 1 como el de ida, pero fue a favor de Talleres con una producción fantástica: dos de Bravo, dos de Bocanelli y el restante de Alderete marcaron los goles locales, en tanto que Daniel Vicente Aricó lo hizo para los sabaleros.

Fueron dos partidos y un hecho policial inolvidables para una historia de enfrentamientos jerarquizados entre cordobeses y santafesinos. Si para muestra vale un botón, vayamos al primer partido en el Centenario: fue en el Nacional de 1974 y ganó Colón por 3 a 0. Dos de Carlitos López y el restante de Coscia, fueron los goles que sellaron la gran victoria sabalera, que tenía aquella famosa defensa con Aráoz, Villaverde, Trossero y Fernández, más Daniel Borgna, Carlos Ángel López y “el Mono” Olivares, entre otros, dándole calidad y prestancia a un equipo que se identificaba por el buen juego. ¿Y enfrente?, anoten: Galván, Artico, Daniel Willington, Comelles, Rivadero, Muggione, el Hacha Ludueña y Fachetti entre otros. Grandes e inolvidables equipos.