Crimen en barrio San Lorenzo

El triste final de Maxi

Tenía 14 años. Recibió un disparo de arma de fuego en la nuca. Ocurrió en Amenábar al 4600.

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Maximiliano (el que está parado junto a la moto) durante un festejo al aire libre con familiares y amigos.

Foto: El Litoral

 

Danilo Chiapello

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La vida de Maximiliano Rodríguez terminó anoche de manera abrupta y violenta. Un disparo de arma de fuego lo alcanzó de lleno en la nuca.

El sangriento hecho se consumó en un oscuro rincón de barrio San Lorenzo, allí donde el mundo parece haberse detenido. Ese rincón olvidado, de calles maltrechas y olores nauseabundos, fue el lugar donde nació y creció Maximiliano.

Desde muy chico aprendió que debía “pelearle” a la vida. Este último tiempo vendía bolsones de verdura junto a su padre, Diego, quien comenzó esta actividad tras abandonar el carro con el que realizaba tareas de cirujeo.

Festejo frustrado

Anoche eran cerca de las 22.30 cuando el nombrado se encontraba en la puerta de una humilde finca ubicada en Arenales al 4600.

En rigor, Maximiliano se aprestaba a tomar parte en el festejo de cumpleaños de la madre de un amigo. Pero en cuestión de segundos todo se volvió una tragedia.

Fue cuando de entre las sombras aparecieron dos sujetos, quienes comenzaron a increpar al grupo que estaba frente a la casa.

De los atacantes se supo que fueron dos hombres, a quienes en la zona se los conoce por el mote de “Tito” y “Bebo”.

La secuencia tomó un giro dramático cuando uno de éstos últimos apuntó con un arma de fuego hacia el grupo y disparó sin piedad.

Uno de los proyectiles impactó en la parte de atrás de su cabeza a Maximiliano que cayó desplomado al suelo.

Cometido el demencial acto, sus autores se alejaron con paso presuroso y se adentraron en un pasillo ubicado a no menos de 30 metros del lugar del hecho.

Varias armas

Las primeras versiones dan cuenta de que los agresores estaban armados con una escopeta. Esto puede ser así. No obstante, ya con los investigadores trabajando en la escena, se incautaron de algunas vainas calibre 9 mm.

En medio de la desesperación por lo ocurrido, los amigos y familiares de Maximiliano comenzaron a reclamar una ambulancia. Los minutos pasaban y al no producirse el arribo de la asistencia, el menor fue cargado en una camioneta policial.

Los uniformados salieron raudos hacia el hospital Cullen, aunque luego debieron trasladarse hasta el Hospital de Niños, donde el adolescente ingresó en condición crítica.

Al cabo de 40 minutos de suma angustia, los médicos fueron al encuentro de Diego (el padre del menor) y le comunicaron su deceso.

* “Lo único que quiero es justicia, porque mi hijo no merecía terminar así”, dijo hoy el padre, en diálogo con El Litoral.

Incendio

Poco después del trágico episodio que culminó con la muerte de Maximiliano, un nuevo incidente se produjo en la zona.

Del hecho se supo cuando en plena madrugada, una mujer llegó hasta la subcomisaría 10a. y dio cuenta que autores desconocidos perpetraron un atentado incendiario en su vivienda, ubicada en Arenales al 1400.

La mujer relató que se encontraba en el interior de la finca cuando escuchó las voces de algunos hombres. Al asomarse por la ventana observó que uno de los individuos arrojó una botella con nafta, tras lo cual se inició un proceso ígneo contra una pared.

Según trascendió no serían ajenos a este episodio los integrantes de la banda denominada Los Cronos, de conocida mala fama por sus tropelías en distintas barriadas.

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Diego, el padre de la víctima, señala el lugar exacto donde cayó su hijo. Foto: Flavio Raina