Mariano Lisanti, clave en el cuerpo técnico de Madelón...

El hombre que hace correr a Unión

• El profe es querido y respetado en el plantel porque los jugadores se dieron cuenta de que la parte física ha sido clave para el rendimiento futbolístico. Habló de Droopy Gómez, de Aquino y de Leo Sánchez. Y dijo que “mi prioridad es meter rápidamente a los jugadores en competitividad”.

Mariano Lisanti ya terminó el calentamiento precompetitivo de los jugadores y se dirige al campo de juego. Bromea mucho con su estado físico, pero se lo ve bien. Incluso, en varias ocasiones pidió que el micro lo dejara en la ruta y él llegaba corriendo al hotel, luego del entrenamiento vespertino.

Foto: El Litoral

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Mar del Plata)

Lucas Marcogiuseppe por Adrián Czornomaz fue el único cambio en el cuerpo técnico de Madelón. El resto permanece inalterable. El “Moncho” Ruiz —de perfil bajo del plantel para afuera pero muy importante y diferente del plantel para adentro— y el profesor Mariano Lisanti (con la colaboración del profesor Hugo Díaz) siguen firmes junto al técnico. En el caso del profesor Lisanti, conocedor a fondo —como debe ser por otra parte— de las características y las pretensiones tácticas del entrenador tatengue.

Esta es una de las claves del éxito que ha tenido Madelón en Unión. No sólo formó un equipo compacto en lo táctico y estratégico, sino que lo ayudó muchísimo la parte física. Y basta con recordar lo que fueron aquellos equipos del ascenso y el primer año en Primera, cuando esa “presión alta” que se ha convertido en latiguillo de muchos en el fútbol moderno, se ejercía con mucha eficacia.

No tengo dudas que uno de los grandes aspectos de ese éxito está basado en la parte física. Es muy difícil en este fútbol moderno, que un equipo consiga sacar grandes ventajas físicas sobre un rival. Y Unión lo hizo. Sin ir tan lejos, basta con recordar por ejemplo lo que fue el partido con Olimpo. O también ante Godoy Cruz, sólo por mencionar algunos de estos doce encuentros que se jugaron hasta ahora en la Superliga y que podría ampliarse si nos remontamos al largo proceso anterior, en el que no hubo grietas desde lo físico.

Claro que no todas son rosas, porque Leonardo Sánchez y Claudio Aquino han sido esos pulgares para abajo que no se pudieron remontar. Con distintos diagnósticos y situaciones, estos dos jugadores que son considerados importantes en el funcionamiento del equipo (por más que lo de Leo Sánchez no se haya sentido por el buen rendimiento de Gómez Andrade-Bottinelli, y Fragapane se haya esforzado por suplir a Aquino), no pudieron recuperarse y acumulan bastante tiempo de ausencia, sobre todo Leo Sánchez, quien ni siquiera viajó a Mar del Plata. Pero en este caso hay una clara dificultad que tiene que ver con una lesión que ha puesto en jaque su carrera. A Leo Sánchez lo trajo Madelón apenas llegado a Unión, así que tanto él como el profesor Lisanti lo conocen sobradamente y nadie mejor que ellos para lograr lo que tanto se demora: su vuelta a las canchas.

—Profe, se va terminando la estadía en Mar del Plata. ¿Conclusiones?

—Muy positivas, lo más importante es la predisposición altísima de los chicos. Y nosotros regulando las cargas de mayor a menor cuando se van acercando los partidos. El respeto que nos tiene este plantel es lo mejor que tenemos nosotros, como profesionales, para trabajar como queremos.

—¿Qué fue lo que le pediste a los jugadores cuando se fueron de vacaciones?

—Lo único que les recomendamos es que mantengan el peso. La verdad es que vinieron más que bien diría yo. Hay algunos que no tienen problemas y sabemos que no aumentan ni un gramo. Pero hay otros que son un poco más remolones en ese aspecto, pero no vinieron mal. Eso nos permitió meter trabajos con pelota desde el arranque mismo y con todos a disposición.

—¿Complica el poco tiempo que hay hasta el comienzo del torneo?

—El otro día lo charlaba con el profe de San Martín de San Juan y le decía que no sabía si hacer mucho o hacer poquito teniendo en cuenta el tiempo. Quizás tengamos un poco menos de tiempo que lo normal, pero te puedo asegurar que con todos los doble turno que hicimos, casi estamos a la par de la pretemporada de invierno en cantidad de entrenamientos, o bastante cerca.

—¿Y cuál es el objetivo primordial?

—Meterlo al equipo rápidamente en competitividad.

—El otro día, Zabala admitió que no estuvo en las mejores condiciones físicas en la primera parte del torneo...

—Diego vino bien de las vacaciones, se nota que se cuidó y eso fue importante. Estuvo entrenando en el descanso y cuando los nutricionistas le tomaron el peso, vimos que había hecho bien los deberes. Eso lo puso contento a él y a nosotros. Va por el buen camino.

—¿De 1 a 10, cómo está el plantel?

—Fíjense que en los dos partidos amistosos que jugamos acá terminamos mejor que el rival. Acá lo que importa es que el equipo agarre ritmo. Los jugadores son los primeros en decirte si están duros o cansados y no tengo quejas. En líneas generales estamos bien.

—¿Cuál es tu estilo de trabajo?

—Siempre buscando un entrenamiento integral, que el jugador arranque, frene y acelere con pelota. Después, la parte de correr propiamente dicha, lo hacemos en los últimos 15 o 20 minutos del entrenamiento, con las pasadas. Ahora el objetivo es sumar minutos de fútbol, esa es la realidad. Esta semana es una semana de partido. Hicimos el lunes un circuito aeróbico, iremos aumentando la parte futbolística y terminaremos el viernes con Defensa y Justicia. La única diferencia es que aumentaremos los doble turno que, en competencia, los evitaríamos.

—¿Por qué se sale de la ciudad para hacer este tipo de trabajos?

—Nosotros tenemos un predio hermoso para trabajar, pero estamos todo el año ahí. Entonces, salir ocho o diez días tiene mucha influencia en el grupo, es salir de lo cotidiano y evitar también la dureza de Santa Fe en lo climático. Acá hacemos doble turno y el jugador está predispuesto igual para trabajar. No es sencillo hacer este tipo de trabajos, con tanta intensidad, en una ciudad con tanto calor en estos días como Santa Fe.

 

Junto al “nuevo”. El profesor Lisanti junto a Lucas Marcogiuseppe, el hombre que se incorporó al cuerpo técnico de Leo Madelón.

Foto: El Litoral