Lyricson

“Santa Fe tiene un fuego”

En su primera visita al país, el cantante africano dialogó con El Litoral. Además de destacar la propuesta cultural local con elogios a Sig Ragga, el artista profundizó sobre el lugar que ocupa el reggae en su vida, la experiencia junto a Manu Chao y la fecha con Sonen Raíz.

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En 2002, Lyricson compartió escenarios del mundo con Manu Chao en el marco de la gira Radio Bemba Sound System. “Descubrí que el reggae era mi camino porque hacía referencia a África en los temas”. Fotos: Guillermo Di Salvatore

 

Leonardo Pez

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“Esta es mi primera vez en Argentina. Estoy muy feliz porque lo deseaba hace mucho tiempo”, contó Lyricson a El Litoral en un hotel céntrico previo a la noche de su presentación en Tribus. El cantante de reggae oriundo de República de Guinea dio en Santa Fe su primer show en el país, en una noche compartida con los anfitriones Sonen Raíz, encabezados por el inclaudicable gestor de la movida, Lucio Venturini. Justamente, el baterista ex Carneviva anticipó días atrás al diario que para la banda santafesina el encuentro serviría para “reafirmar la pretensión de ser una banda internacional que pueda ser backing band de cualquier músico extranjero que llegue a la Argentina”.

Conexiones

—¿De qué forma nace el vínculo con Sonen Raíz?

—Estoy en Santa Fe por su intermedio y voluntad. Fue una conexión natural a través de la música.

—¿Cómo prepararon el recital a distancia?

—Lo hice antes y, claro, no es tan fácil tener la coordinación total. Pero lo hicimos con tranquilidad: traje los temas con tiempo para que la banda pudiera ensayar. Desde que llegué a Santa Fe, hicimos ensayos. La música no es para estresarse. Es un trabajo, pero tiene que transmitir felicidad y serenidad.

—¿Con qué formato tocás generalmente? ¿Preferís alguno en particular?

—Varío dependiendo del contexto. A veces, hay promotores que quieren un concierto con banda, otras veces son sólo para fechas menos grandes, con soundsystem o con DJ. Tenemos que adaptarnos a esos dos formatos. El viernes tocamos con banda y con soundsystem, y el sábado junto a Alika en Buenos Aires con un DJ. Le doy mucha importancia al directo.

—¿Pudiste escuchar música santafesina?

—Argentina tiene una gran cultura musical. Desde que llegué, me he encontrado con músicos de aquí, de grandes bandas: por ejemplo, el bajista de Sig Ragga (NdeR: Juanjo Casals). Sig Ragga es muy bueno, me sorprendió mucho. También con músicos de rock de un tiempo pasado.

Veo que en Santa Fe hay una muy buena movida, y a nivel cultural, siento que hay un fuego. Estoy muy feliz de estar aquí. Espero volver con mucho más tiempo para seguir descubriendo este país. La música es una muy buena visa para viajar a lugares lejanos. Es un privilegio.

Hitos

Souleymane Boukaka nació un 26 de marzo de 1979 en República de Guinea, lugar donde comenzó a desandar el camino de la música. “Lo primero que hice fue escribir poesía e historias, que después se convirtieron en música”. El arte siempre estuvo presente, a pesar de las bifurcaciones que lo llevaron a Liberia (junto a su madre), a los Estados Unidos (junto a su padre, impelido por las guerras en África), Martinica y Francia. En Carolina del Norte conoció a través de un amigo el movimiento rastafari -al cual adhiere al día de hoy- y en la isla del Caribe se forjó el germen de Lyricson, asistido por su amigo Philippe Bonzy, quien le enseñó a tocar la guitarra.

—¿Cómo entró el reggae en tu vida?

—Encontré la cultura rastafari en los Estados Unidos. Es sorprendente. En África, cuando crecí, no había rastas; pero escuchábamos mucha música jamaiquina. En particular, los Wailers, Burning Spear, Dennis Brown, Garnett (Silk). El reggae me llamó porque ellos hacían referencia a África en los temas. Yo escuchaba muchos estilos: rock, rap, disco, funky, pero el reggae era el único que siempre hablaba de África, de repatriation, de la Tierra Madre. Sabía que ese era mi camino.

—Manejás un español fluido.

—Aprendí un poco de la escuela, y en la gira con Manu Chao (2002). Su repertorio eran solo temas en español; además, en la banda había un gran porcentaje de gente de Sudamérica y de España. Era un grupo muy “hispanofónico”.

—La época junto a Manu Chao fue un hito en tu trayectoria.

—Aprendí mucho a nivel de experiencia de escenario, de trabajo, y a nivel de gestión de carrera o de gira, por la amplitud de los conciertos que hicimos. Fue mi primer gira tan grande, viajamos por muchos países, a encontrar otra gente y otras culturas. Fue muy iniciático.

Revolución

—¿Cómo definirías tu propuesta musical?

—En mi camino he probado algunas cosas, pero he seguido siempre a mi estructura principal. Reggae con felicidad y serenidad.

—Tu último álbum, Revolution Time Again (2017), tiene además un contenido social.

—El título lo dice todo. Se aplica a nivel general como en lo personal, cuando das un nuevo paso, hacés otra cosa. Como un pintor que pasa de un color a otro. Yo quería hacer un disco con músicos, del primero al último tema, sin un toque de ordenadores. Está todo en directo.

Además, quería que tuviera una dimensión social. Se llama “revolución terrestre” al momento en que la tierra gira, y cuando lo hace te pasás de la noche al día. Es hacer algo de nuevo. Las cosas cambian, como el día y la noche. Nosotros también tenemos que cambiar y ser conscientes que somos parte de un todo, y que hay consecuencias de lo que estamos haciendo aquí en Argentina; aunque sea una pequeña acción tendrá consecuencias en mi país, en Francia. Se ve, por ejemplo, con Trump, un presidente muy poderoso y lo que dice tiene influencia sobre muchos países. A un nivel super pequeño, sé que hay cosas que puedo hacer y puedo influir. Por eso hay que hacer cosas buenas.