Distracciones estériles

En el marco de la política para frenar el nepotismo en el Estado, el ministro del campo decidió actuar, aunque un poco tarde. ¿Vale igual?

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Finalmente, el ministro de Agroindustria Luis Miguel Etchevehere, decidió devolver a la Sociedad Rural Argentina los $ 500.000 que la entidad le había pagado. “Tomé la decisión de reintegrar el reconocimiento extraordinario que me fuera otorgado por mi cargo ejercido como presidente de la entidad”, para dejar de lado las “distracciones estériles”, expresó a través de su cuenta personal de Twitter. La decisión fue tomada en el marco de un plan de recorte de los costos políticos impulsada por el presidente Macri, que no le dejó alternativa alguna. Vale aclarar que en nombre de la misma ética que el ministro cita, nunca debería haber aceptado ese pago estando en funciones oficiales, y la tardanza en adoptar la decisión lo expone doblemente.

El presidente, por su parte, la debería haber impuesto el día 1 de su mandato, no dos años después de asumir, ni una semana después de uno de los escándalos más groseros de uno de sus ministros; en este caso, el de trabajo.

Sin embargo, por más que esta nueva política de recorte del nepotismo no implique seriamente en los números globales del déficit, implica una firme decisión de dejar de hacer crecer una imparable pelota de nieve traducida en una histórica práctica adoptada por quien ostentara el poder. Y también una interesante propuesta para extender a los demás poderes del Estado a todo nivel.

Sin dudas es un cambio frente al pasado, aunque con sabor a poco: cuando las metas de la reducción de la inflación se desdibujan detrás del eterno gradualismo y de una preocupante incertidumbre en materia de políticas para el sector lechero, la agricultura familiar o el futuro del Senasa, por citar algunos casos. En este último, en la creación de cargos se privilegió el “timbreo” por sobre la trayectoria profesional de varios funcionarios de carrera.