Lo encontraron muerto en el departamento...

Daniel Silguero, un hombre que se propuso no pasar desapercibido

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Daniel Juan Tomás Silguero, cuando en el 2005 dirigía a Unión. Tenía 67 años y todo Unión lo recuerda.

Foto: Mercedes Pardo

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Rosario)

La noticia sorprendió y conmocionó al mundo tatengue. Si bien es cierto Daniel Juan Tomás Silguero había jugado también en Colón (fue en 1971, luego de hacerlo en River y compartiendo el plantel del Vasco Urriolabeitia con el Flaco Zuccarelli, entre otros), nadie puede discutir su tremenda ligazón con Unión, club en el que fue gran protagonista del ascenso de 1974, titular en el gran equipo del Toto Lorenzo en 1975 (sobre todo cuando Suñé pasó a jugar en la mitad de la cancha) y luego entrenador en la década del 90, no sin antes haberse desempeñado en las divisiones inferiores.

La noticia que dejó helados a todos en la tarde canicular vivida en Rosario, contó que Daniel Silguero fue hallado muerto en su departamento ubicado en la bellísima Cartagena (se desempeñaba como comentarista en una cadena colombiana), con tan sólo 67 años de edad. Los olores nauseabundos alertaron a sus vecinos y la policía descubrió el cuerpo sin vida de Silguero, que por lo visto llevaba ya algunos días de fallecido por causas naturales.

En Unión, Silguero fue el marcador de punta titular de aquél equipo que ascendió en el 74 de la mano de Carmelo Faraone y formando parte de la defensa con Rojas, Batocletti, el “Patón” Rossi y Elio Omar Barro, entre otros. Después, cuando parecía que el Toto Lorenzo no lo iba a tener en cuenta, se ganó un lugar en el gran equipo del 75. Y enseguida se fue a Boca, donde alcanzó a jugar varios partidos en el 77, también con el Toto como entrenador.

Antes de Colón, Unión y Boca, Silguero había jugado en River, seguramente compartiendo el plantel con algunos “pibes” que recién se iniciaban como el caso de Jota Jota López, Merlo y Alonso. Junto al Huevo Toresani, se dio el lujo inmenso de vestir las cuatro camisetas: las de los dos grandes del país y las de los dos de Santa Fe.

Su retorno a Santa Fe después de haberse radicado en Colombia, fue controversial. En momentos difíciles, trajo a Santa Fe a varios jugadores que él había dirigido en el fútbol colombiano, como la “Araña” Maciel, Areco, el uruguayo Noé, Frutos y Asprilla, entre otros. También lo dirigió a Madelón, cuando Leo retornó a Unión a jugar en la B en la década del 90. Fue responsable del crecimiento futbolístico de algunos jugadores que luego llegaron a Primera y tuvieron una buena actuación. No sólo dirigió en la década del 90 sino que luego retornó cuando René Citroni era presidente, allá por el 2004 y el 2005, cuando Unión se debatía en el ascenso, tratando de retornar a la máxima categoría. Y también se destacó por algunos enfrentamientos en el club, como por ejemplo algunas decisiones que fueron muy discutidas, como cuando dejó afuera de un clásico a Cabrol, en un momento en el que Darío se había convertido en lo que fue: un jugador de gran desequilibrio.

Era padrino de Rubén Rossi, el campeón mundial en Japón con Maradona, que también trabajó —y muy bien— en la formación de futbolistas en los dos clubes de Santa Fe. Más allá de todo, fue un hombre que no pasó desapercibido de ninguna forma, ni como jugador ni como entrenador. Fue dueño de una personalidad dura que fue gestando con el paso del tiempo y con un anecdotario, en Unión, que se fue haciendo famoso. Como, por ejemplo, el día que les dio a los jugadores una charla de 3 horas y media en el vestuario sin parar de hablar...