Tribuna de opinión

El aborto y la participación de los papás en la vida del bebé por nacer

Carolina Gómez Dall Armellina

Es bueno y necesario para una sociedad que las cosas se debatan.

Sin ánimo de molestar a nadie en un tema tan sensible como el del aborto y sin intención de juzgar, porque siempre es bueno ponerse en los zapatos del otro, me llevó a escribir sobre este tema la pregunta de mi hijo varón de 6 años que en otro contexto indagó: “Mamá, nosotros los varones podemos tener bebés”.

Confieso que en el momento no supe cómo contestarle, tenía en mi mente la discusión sobre el aborto donde en ninguna parte, tanto en el proyecto legislativo como en los innumerables artículos y debates televisivos, se menciona al padre de ese bebé por nacer. Como si lo que la madre llevara en su vientre no fuera persona humana y, por ende, el varón, biológicamente hablando, no tuviera nada que ver en esa concepción.

Tanto en nuestra Constitución Nacional, con la incorporación de los Tratados (Convención de los Derechos del Niño), como en el Código Civil y Comercial la existencia de la vida humana comienza desde la concepción, esto no merece discusión. Tal es así que en nuestro nuevo Código Civil y Comercial se otorga la posibilidad del reconocimiento del hijo por nacer e incluso obliga al padre al pago de una prestación alimentaria durante la gestación. Como contrapartida, en el proyecto legislativo del aborto, no se menciona ni una sola vez al padre del bebé, éste no tiene ningún derecho sobre la vida de su hijo, claro está, sí obligaciones en tanto y en cuanto la madre quiera llevar adelante el embarazo.

¿Por qué se eliminó del debate al padre? ¿Por qué se presume que el papá de un bebé no buscado no va a querer tenerlo de ningún modo? ¿Hay acaso estadísticas para semejante afirmación?

¿Es válido cercenar el derecho de los papás a querer con vida a su hijo por nacer? ¿En qué lugar estamos poniendo a la figura paterna?

Si queremos hacer relevante el papel de los padres, también necesitan derechos. Si un padre está dispuesto a comprometerse a criar a su hijo, ¿por qué negarle esa posibilidad?

Si la persona humana por nacer es distinta a la parte femenina y a la parte masculina que le dio origen. ¿Es correcto que la decisión sobre la interrupción de un embarazo sea de la madre por el solo hecho de ser biológicamente la única capaz de llevar el embarazo?

En este contexto, ¿cómo definimos a la igualdad de género? ¿Por qué no se respeta el impacto emocional que pudiera tener el aborto en un hombre?

Creo que en la discusión del aborto desaparece la persona humana tal como fue recientemente reconocida en nuestro derecho, y también desaparece la figura paterna, sin la cual obviamente no hubiera posibilidad de que esa vida existiera.

Si estamos colocando una vida por sobre la otra no hay igualdad. Nunca el ejercicio de un derecho (el de la madre) debería hacerse a costa de abolir otro (el del padre) y el del hijo, claro está.

Si las posturas a favor o en contra -como parece- defienden la vida, el aborto como tal merece una discusión más profunda y superadora.

Antes bien, deberíamos volver a debatir y resignificar la existencia de la persona humana en el vientre materno, qué entendemos por igualdad, y qué valor en definitiva le estamos dando los argentinos a la vida.

Me olvidaba de contarles que la respuesta a mi hijo fue: “Claro que los varones también pueden tener bebés, o vos, acaso, ¿no tenés papá?”. Ante lo cual, simplemente sonrió.

En el proyecto legislativo para legalizar el aborto no se menciona ni una sola vez al padre del bebé, éste no tiene ningún derecho sobre la vida de su hijo, pero sí obligaciones en tanto y en cuanto la madre quiera llevar adelante el embarazo.