Expectativas en todo el mundo

Cumbre entre las dos Coreas: una nueva oportunidad de paz llena de obstáculos

Los presidentes de los dos países dialogarán sobre el desarme nuclear y la forma de sellar una paz definitiva. En junio habrá una cumbre con el mandatario estadounidense Donald Trump.

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Un gran poster colocado en Seúl, Corea del Sur, muestra a dos manos estrechándose.

Foto: DPA

 

Dirk Godder y Andreas Landwehr - DPA

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El próximo viernes las dos Coreas tendrán una nueva oportunidad histórica para alcanzar la paz permanente, cuando el presidente surcoreano, Moon Jae-in, se reúna con el líder norcoreano, Kim Jon-un, en el pueblo fronterizo de Panmunjom.

Es el tercer encuentro al más alto nivel entre las dos Coreas, que siguen técnicamente en guerra tras el frágil acuerdo de alto el fuego que sigue en vigor desde la guerra de Corea de 1950-1953. Moon espera poder establecer las bases de un nuevo acuerdo de paz que lo reemplace y que selle la paz en la península coreana.

Pero el camino hacia ese objetivo está repleto de obstáculos. Corea del Sur está de acuerdo con su aliado estadounidense en que la paz solo se puede alcanzar con el desmantelamiento del programa armamentístico nuclear norcoreano.

“La completa desnuclearización de la península coreana es la tarea más urgente y debe resolverse pacíficamente”, dijo Moon la semana pasada.

Pero no está claro de que sea posible convencer a Corea del Norte, que durante muchos años ha invertido una gran parte de sus recursos en el desarrollo de armas nucleares, de que abandone el programa.

Moon y también el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que se prevé se reúna con Kim a principios de junio, esperan obtener compromisos concretos de desarme en sus reuniones con el líder norcoreano, que ha sorprendido recientemente a muchos al perseguir la vía del acercamiento.

Esta actitud dista mucho de la de hace apenas unos meses, cuando Trump y Kim intercambiaban amenazas e insultos en una guerra dialéctica que elevó los temores al estallido de un conflicto armado.

El miércoles de la semana pasada, Trump confirmaba vía Twitter que el director de la CIA nominado para el puesto de Secretario de Estado, Mike Pompeo, visitó en secreto a Kim en Pyongyang para preparar la cumbre.

Pero los planes aún pueden fracasar. Trump también ha supeditado su reunión con Kim al éxito que tenga el encuentro de los mandatarios coreanos el viernes, algo que ha aumentado la presión sobre Corea del Sur, aunque Trump ha dado su “bendición” a la posibilidad de que las dos Coreas negocien el final de la guerra.

Un funcionario de alto rango surcoreano confirmó que ambas partes quieren negociar un mecanismo de paz, pero no pudo predecir si se declarará “un final de la guerra”.

En la guerra de Corea se vieron involucradas varias partes, entre ellas China, que respaldó al norte comunista, y Estados Unidos, que apoyó al sur.

“El éxito de la cumbre intercoreana es vital para el resultado de la reunión entre Estados Unidos y Corea del Norte”, explica Cheong Seong-chang, director del Departamento de Estudios de Unificación en el Instituto de Sejong en Corea del Sur.

Kim podría expresar su disposición a una desnuclearización en su conversación con Moon. “Pero esto no es suficiente. También debemos discutir un calendario”, destaca Cheong.

El peligro de las conversaciones de Trump con Kim radica en que no alcancen un acuerdo, lo que haría que fuera más probable un conflicto armado. El riesgo es enorme porque las dos partes tienen ideas completamente diferentes sobre lo que significa la “desnuclearización”.

El líder norceoreano podría creer que Estados Unidos retirará sus fuerzas de Corea del Sur o su escudo nuclear protector para Corea del Sur y Japón. “Todas estas exigencias son posibles”, señala el profesor chino Jin Quiangyi, de la Universidad de Yanbian, en la provincia fronteriza de Jilin. “Corea del Norte podría exigir esto para reducir la presión militar”.

Por lo tanto hay ideas en conflicto en el camino hacia la paz. “Mientras que Estados Unidos quiere que Corea del Norte abandone completamente sus armas nucleares tan rápido como sea posible, Kim podría querer proceder paso a paso”, dice el experto en Corea del Norte. “Y esto podría tener lugar muy lentamente y a largo plazo”.

En su visita sorpresa a Pekín a finales de marzo, Kim habló de “pasos sincronizados”. Por lo que el nuevo consejero de Seguridad Nacional estadounidense de la Casa Blanca, John Bolton, teme que Kim esté tratando de ganar tiempo. Y no es el único. Estados Unidos no quiere repetir los errores de negociaciones pasadas.

“¿Es posible que Corea del Norte elimine sus armas nucleares sin condiciones? ¿Establecerán alguna condición como por ejemplo una compensación económica? ¿Cumplirá Estados Unidos con las condiciones?”, pregunta Jin Qiangyi. “Todo esto son problemas”.

“Mantener la presión”

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo hoy que es necesario “mantener la presión” a Corea del Norte, en alusión a las sanciones implementadas por la ONU por su programa de ensayos nucleares, hasta que no se produzcan “cambios concretos en las acciones” de Pyongyang. Stoltenberg manifestó que en su visita a la región en otoño “sintió la tensión” pero consideró que la cumbre histórica entre Seúl y Pyongyang es “muy alentadora” y “un paso muy importante para negociar una solución pacífica a la crisis en la península”. El secretario general también valoró la decisión de Corea del Norte de suspender sus pruebas nucleares el pasado día 21, “un progreso” que -interpretó- se debe a la fuerte presión a ese país.

Kim cruzará la frontera caminando

Para su primera cumbre cara a cara, Kim Jong-un se convertirá mañana Kim en el primer líder máximo norcoreano que cruzará la frontera desde el final de la Guerra de Corea (1950-53) hacia Corea del Sur para reunirse con el surcoreano Moon Jae-in.

Después de las cumbres de 2000 y 2007 en Pyongyang se trata de la tercera reunión intercoreana, pero la primera después de la fuerte escalada del conflicto nuclear y que se celebra en Corea del Sur.

Kim será el primer líder recibido en Corea del Sur con honores militares. Luego Moon y él se dirigirán a la Casa de la Paz de Panmunjon para hablar primero en “petit comité” antes de ampliar luego la ronda a toda la delegación.

A mediodía el grupo norcoreano volverá a cruzar la frontera para comer y hacer una pausa y por la tarde se reanudarán las conversaciones y acabarán con una cena por la noche.

La cumbre estará cargada de simbolismo: los dos dirigentes plantarán juntos un árbol en la línea de demarcación que divide a los dos países desde hace 65 años. Será un pino que representará la paz y el bienestar, dijo el presidente del comité organizador.

El líder norcoreano estará acompañado en la cumbre por el jefe de Estado protocolario, Kim Yong-nam. Se desconoce si también estará presente la esposa de Kim, Ri Sol-ju.