Negocios asaltados

A mano armada

Redacción El Litoral

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Tres comercios de la zona norte de la ciudad fueron asaltados durante la tarde de este viernes en la ciudad de Santa Fe.

El primero de los ataques tuvo lugar en una de las esquinas que forman la avenida Aristóbulo del Valle y calle Javier de la Rosa.

Eran aproximadamente las 18 cuando un hombre que ocultaba su rostro con un casco puesto ingresó a un local comercial del rubro de indumentaria para bebé.

Con un arma de fuego, amenazó a la propietaria, a quien le sustrajo la suma aproximada de 5.000 pesos y su teléfono celular. El ladrón finalmente se dio a la fuga a bordo de una moto roja de 110 centímetros cúbicos que era conducida por un cómplice que lo aguardaba afuera.

Aproximadamente, una hora más tarde, el blanco fue otro negocio ubicado en las cercanías, en avenida Aristóbulo del Valle al 7100.

En este caso, dos asaltantes irrumpieron en una perfumería, redujeron a la comerciante y se llevaron un suculento botín: 12 mil pesos en efectivo, dos teléfonos celulares, una chequera y varios perfumes importados. También en este caso, los malvivientes huyeron en moto.

El tercer episodio se desencadenó cerca de las 21, en una panadería de calle Gobernador Freyre al 6900.

Delincuentes con armas de fuego se adueñaron por unos minutos del local e hicieron acostar sobre el piso a los dueños y a su sobrino.

Bajo amenazas de muerte, se apoderaron luego de más de 20 mil pesos en efectivo, una notebook, una tablet y un celular de alta gama. Finalmente, los ladrones escaparon a gran velocidad a bordo de un utilitario Peugeot Partner blanco que le robaron a un cliente.

El vehículo fue localizado cerca de la medianoche, estacionado en la cuadra de calle Estanislao Zeballos al 5000.

Piedrazo

Por otra parte, una situación de extrema tensión se vivió durante la madrugada de este sábado en una farmacia de la ciudad de San José del Rincón, más precisamente de calle San Martín al 1700.

Cerca de la 1, un hombre llegó al lugar y solicitó un medicamento que requería receta médica, pero no tenía el correspondiente documento.

Cuando el farmacéutico se negó a entregarle lo solicitado, el “cliente” tomó una pesada baldosa y la arrojó contra la ventanilla de atención, que quedó destrozada.