El hombre fuerte del Mundial 2030, Pupi Zanetti y el embajador argentino, con El Litoral

Señor Marín, Santa Fe quiere ser subsede del Mundial 2030

El hombre que gobernó los destinos de Racing y de Fútbol para Todos fue muy crítico con los dirigentes del fútbol argentino. “Hicieron todo mal”, señaló.

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Fernando Marín, en la sede de la Conmebol, muy cerquita de la Plaza Roja y enfrente de la imponente Catedral de Cristo Redentor.

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Moscú, Rusia)

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Todo empezó en Santa Fe, pero sigue en Moscú. Aquella vez, el gobernador Lifschitz se lo pidió a Tapia. “Presidente, mire que la provincia quiere ser subsede y ya mismo se pone a trabajar”, fueron las palabras del gobernador. Aquí en Moscú, Fernando Marín se carga la agenda para empezar a trabajar en el proyecto de la organización “tripartita” del Mundial del centenario. ¿Será factible?, es la pregunta. Y parece que sí, porque Fernando Marín —referente argentino en la organización del Mundial 2030— llegó a Moscú con esa intención, la de convencer junto a los dirigentes de la Conmebol a Infantino y al resto de los principales directivos del fútbol mundial. Por eso se armó la sede de la Conmebol muy cerquita de la Plaza Roja y por eso también se aprovecha cada momento para generar reuniones. En ese ámbito, Fernando Marín charló con El Litoral.

—Fernando, el presidente de Colón, siempre crítico con los manejos de AFA, elogió a la Superliga. ¿En qué lo ha cambiado y beneficiado al fútbol argentino?

—La Superliga marcó una realidad del fútbol mundial, se adaptó y dio un paso hacia el profesionalismo. La AFA también ha demostrado calidad y cambio en su dirigencia. Nada es mágico, llevará su tiempo.

—¿Deben ser los mismos dirigentes que llevaron al caos los que tienen que levantarlo?

—Pregunto, cuando se derrumbaron Alemania, Inglaterra, Francia, ¿quiénes fueron los que reconstruyeron esos países?, ellos mismos. Bueno, son los dirigentes los que tienen que resurgir. Como decía “Mostaza” Merlo, hay que resucitar paso a paso. No hay que subir en ascensor, sino en escalera.

—¿Es ilusión o realidad que Argentina, Paraguay y Uruguay organicen el Mundial de 2030?

—Se acabó la ilusión y comienza la cuenta regresiva. Vamos a convocar a las mejores consultoras del mundo y demostrar que se puede hacer el Mundial. La inversión que se haga, el día después, tiene que ser para la educación, para el deporte, para la sociedad y no ser una cáscara de escenografía.

—Santa Fe pretende ser subsede de las ocho que hay para Argentina y está trabajando para eso. Se lo dijo el propio gobernador al presidente de la AFA...

—No se pude hablar de candidatura, eso es resorte de AFA y de los gobiernos. Recién damos los primeros pasos. Pero con la historia que tiene Santa Fe, al igual que Córdoba, Mendoza, Buenos Aires, allí estará un poco la cosa. Vamos a empezar a analizar los presupuestos con los gobiernos y empezaremos a dar pasos profesionales.

—¿Qué fue Fútbol para Todos?

—Me tocó dirigirlo y por suerte terminó. Era una plataforma política utilizando una pasión para hacer propaganda. El Estado no tiene por qué estar en el fútbol, sino que debe ser de la AFA. El Estado se entrometió abusando del rating que genera el fútbol para hacer propaganda política.

—¿Cómo se tiene que dar el cambio en el fútbol argentino?

—Tiene que ser moral. Se tocó fondo y hay que cambiar. Y deben ser los mismos que tocaron fondo. Los argentinos venimos de 30 años de encarar el fútbol de manera equivocada.

—¿Y cómo estamos?

—En un punto bisagra y abriendo la ventana para ver el sol.

—¿Qué hicieron mal los dirigentes del fútbol argentino?

—Todo hicieron mal... Argentina tiene los mejores jugadores del mundo, ¿verdad? Esto no es una utopía, sino una realidad. Pero resulta que aun así, los dirigentes dejaron las arcas vacías y los clubes con deudas. Muchos me dicen que salimos campeones del mundo dos veces... Y sí, porque tenemos a los mejores jugadores y a la pasión. Quizás sea drástico en la respuesta, pero el momento merece atención. Este semáforo amarillo, casi anaranjado que pasaron los dirigentes, hay que verlo a partir de ahora y no cruzar más la calle.

—¿A favor de las sociedades anónimas?

—Las sociedades anónimas ponen el pecho y su inversión. Lo ideal es la asociación civil sin fines de lucro, pero tiene que ser con equilibrio y con idoneidad por parte de los dirigentes. Pero si hay que apuntar a una sociedad comercial, no hay que rasgarse las vestiduras porque esto no lo decide ni un país ni la AFA, sino que lo deciden los socios de los clubes. No es tan grave.

—¿Cómo funcionó donde funcionó bien?

—Inglaterra, Alemania, México, Chile son buenos ejemplos. Racing se salvó cuando llegó una inversión genuina que hice como hincha, porque con el sentimiento no se come. El sentimiento es el que lleva al hincha a la cancha aunque llueva y no porque haya una inversión externa, los hinchas del Liverpool o del Aleti no cambiaron. Siguieron yendo a la cancha de la misma manera, porque el hincha es hincha de los colores.

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Javier Zanetti fue el hombre-récord en presencias con la camiseta de la selección, hasta que lo desplazó Mascherano. Él dice que hay tres partidos que no le computaron, con lo cual Mascherano recién lo igualaría este jueves. Fue entrevistado por este enviado especial de El Litoral.

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Javier Zanetti le decía a todos los que querían escucharlo en la sede de la Conmebol, que el récord de partidos jugados todavía le pertenece, porque no le computan tres partidos con lo cual llegaría a 145. “Mascherano tiene 144 y me va a pasar, obvio, pero yo tengo 145”, contaba entre risas el hombre que desde un club chiquito y del ascenso como Talleres de Remedios de Escalada, llegó a ser lo que fue y a convertirse en uno de los hombres que manda en un club tan importante como el Inter de Milán. Y hasta se dio el gusto de derrochar una sonrisa cuando le recordamos aquel brillante mediocampo con Donato y Pompei, cuando todavía era “8”.

—¿Qué nos pasó contra Islandia, Pupi?

—Se complicó porque Islandia hizo un gran planteo. Ellos jugaron con dos líneas de cuatro y dos delanteros que pasaban muy rápidamente la línea de la pelota, eso nos quitó espacios. Y además, cometimos el error de no abrir más la cancha. Ahí está la importancia de los marcadores de punta, de los jugadores que pasan al ataque bien pegados a la raya. Utilizar los 70 metros de ancho del terreno nos habría dado una solución.

—¿Y ahora?

—Con Croacia va a ser distinto, vamos a tener más espacios y no habrá tanto ahogo sobre nuestros jugadores. En el Mundial 2002 arrancamos bien y nos equivocamos un solo partido: con Inglaterra. Con Suecia, hicimos todo lo posible para ganar y no lo logramos.

—¿Icardi se merecía estar?

—Mauro tendría que haber estado, es uno de los mejores delanteros del mundo y se merecía un Mundial.

—¿Messi?

—Es un jugador extraordinario, el mejor de todos y tiene que estar bien, va a estar bien. Lo necesitamos y deseamos que pueda hacer el Mundial que anhela. Yo creo que así será.

—¿Te asombran los resultados que se vienen dando?

—Es un Mundial y hay que estar preparado para todo.

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El embajador Ricardo Lagorio está feliz. Y lo demuestra. Hace un año que está en Rusia como embajador y no se cansa de elogiar lo que está haciendo el gobierno de Macri, antes de hablar de fútbol. “El país está muy bien, es maravilloso y debemos tenerle confianza al presidente. Los argentinos somos así. Lo demostramos en el fútbol y también en nuestras cosas cotidianas. A veces no nos damos cuenta, somos más críticos de lo que deberíamos ser y represento orgullosamente al gobierno. Con la selección nos pasa lo mismo, empatamos y ya nos desesperamos”, señaló el embajador en el inicio del diálogo con El Litoral.

Admitió que de acuerdo con los datos del fan ID (el “pasaporte” que se le entrega a todos los hinchas, al estilo del malogrado “AFA plus”), son 32.000 los argentinos que se encuentran en tierra rusa y que pretenden asistir a los partidos, una cifra que realmente sorprende.

“Éste es un país absolutamente normal, la gente es muy latina, se divierte, son de estar hasta largas horas en la noche y a mí me han tratado de una manera estupenda”, continúa el embajador, quien no oculta su pasión por River. “Soy hincha de River, hasta el sábado pasado que me puse la camiseta de la selección y estoy preparado para gritar los goles de Pavón”, dice entre sonrisas, a la vez que cuenta una linda anécdota. “Yo estaba al lado de la embajadora de Islandia. Cuando hicimos el gol, a través de Agüero, lo grité pero de una manera muy prudente y hasta casi silenciosa. Cuando Islandia nos empató, ella pegó un grito tremendo y se abrazaba con los que estaban a su lado. Entonces me dije para mí que si convertimos el segundo, se lo grito con todo... Pero no pudo ser”, dijo también entre risas.

“El mejor jugador que vi en River fue Amadeo Carrizo. Él y Yashin, la Araña Negra, fueron los mejores arqueros de la historia”, señaló Lagorio, quien habló muy bien de Santa Fe y dijo por último que “venimos con mucho interés y con ilusión a presentar la candidatura para el Mundial 2030. Tenemos mucho que aprender de los rusos, porque las instalaciones son fantásticas y la organización no tiene fisuras”, señaló.

A propósito y como dato final, todos los que estamos en Rusia recibimos en forma diaria un mensaje en el que se nos informa un número de teléfono de la cancillería por cualquier problema que se le pudiere presentar a cualquier argentino.

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El embajador argentino en Rusia, Ricardo Lagorio, es hincha de River y dice que se prepara para gritar los goles de Pavón, “por más que sea de Boca”. También conversó con El Litoral.

DIARIO DE VIAJE - DÍA 7

Enrique Cruz (h)

Si mi última alternativa para comer sería la de cocinar, bajaría kilos de una manera alevosa. Pero en todo grupo siempre hay uno que se las ingenia. O que directamente sabe. Es el caso, este último, del grupo que integro en esta aventura rusa. Tenemos el cocinero oficial. La cuestión es que deben comprarse los elementos para cocinar y allí arrancan los problemas.

Al “chef” del grupo se le ocurrió hacer milanesas. Era una excelente idea hasta que hubo que comprar la carne y, lo que es peor, el rebosador o pan rallado. No había ninguna forma de hacerle entender al carnicero cómo tenía que cortar la carne para que no se convierta en un bife de chorizo, ni tampoco que nos indique en qué lugar se vendía el pan rallado.

Entonces, y a tono con lo que se estaba viviendo en ese momento de auténticas dudas e incertidumbre, se nos ocurrió aprovechar que al lado de la carnicería estaba la panadería en el supermercado, para mostrarle algunas miguitas al panadero.

“Ahá”, exclamó. Y balbuceó algunas palabras en ruso que, naturalmente, nadie supo de qué se trataba. Y a los pocos segundos volvió con una bolsita de semillas de sésamo... Estábamos en serio problema, entre la carne cortada tipo bife de chorizo y las semillas de sésamo. Hasta que un alma caritativa apareció de la nada y casi milagrosamente con un paquete de rebosador. Fue como si hubiese traído una botella del mejor champagne del mundo. La alegría invadió nuestros corazones y así nos fuimos en busca de esta aventura, aunque a los bifes de chorizo los hayamos tenido que cortar por la mitad... Algo que si se lo queríamos explicar al carnicero, nos hubiese puesto en un serio aprieto.