Héctor Chumpitaz y el día que algunos creen que Perú “fue para atrás” en el Mundial de 1978

“Videla entró al vestuario pero nunca nos dijo que teníamos que ir a menos”

El apodado “Capitán de América” habló con El Litoral en Moscú. “Creo a ciegas en mis compañeros y no tengo por qué esconderme”, señaló al referirse a aquel 6 a 0 de hace 40 años en la cancha de Central. Dijo que “Argentina se creyó que Messi iba a hacer todo solo”.

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Para la FIFA es uno de los mejores defensores de la historia del fútbol sudamericano. Ostenta un récord difícil de igualar: diez partidos como capitán de Perú en mundiales.

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Moscú, Rusia)

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Lo llamaban -lo llaman- el “Capitán de América”. Según la Fifa, fue uno de los mejores defensores de la historia del fútbol sudamericano. Fue capitán de la selección peruana en los mundiales de 1970 y 1978. Enfrentó a Pelé y protagonizó un partido del que todavía se habla: el 6 a 0 de Argentina ante Perú en la cancha de Rosario Central. No le importa volver a hablar del tema. “¿Vos sos argentino?, preguntá lo que quieras, no me cansaré nunca de responder y de decir que pongo las manos en el fuego por mis compañeros”, señala con una tranquilidad impropia de alguien que, adentro de la cancha, transmitía mucho temperamento. Llegó a Rusia invitado por la Conmebol, habló en un simposio en el que se trató sobre la forma en que se debe trabajar para el crecimiento del fútbol en esta parte del mundo. Y obviamente se hizo un lugar para charlar con El Litoral.

—¿Cuántos mundiales, Héctor?

—Podría decirte dos y medio o tres. Te cuento: efectivamente jugué dos, que fueron los mundiales de México y Argentina. Pero en 1982 no fui porque me había lesionado el tendón en el torneo local, pero participé de las Eliminatorias. Y siempre digo que las Eliminatorias son, a veces, más difíciles que el mismo Mundial.

—Más de cien partidos con la camiseta de Perú y un récord...

—Así dicen. Fui capitán de Perú en diez partidos de mundiales, cosa muy difícil de poder igualar además, porque fíjate que Perú volvió a jugar un Mundial después de 32 años.

—¿Qué recuerdo tiene de aquel partido en la Bombonera, cuando nos dejan afuera del Mundial de 1970?

—Nosotros teníamos un buen equipo, pero Argentina también. Supimos aprovechar el partido de local, así que nos permitió ir más tranquilos a jugar en la Bombonera. Perú llevaba como 40 años sin ir a un Mundial, así que aquello fue histórico. A ese equipo lo dirigía Didí y teníamos buenos jugadores, como Teófilo Cubillas, Challe, Cruzado, Baylon, “Cachito” Ramírez. Didí era un técnico que nos hacía jugar al fútbol.

—Y en ese Mundial de 1970 quedan eliminados por Brasil...

—Perdimos 4 a 2. Pero nosotros fuimos el equipo que más goles le hizo a Brasil. Ese partido fue considerado como uno de los mejores del Mundial, lo dijo Havelange. Recuerdo que dijo que le había encantado porque la pelota prácticamente no había salido de la cancha.

—¿Qué recuerdo tiene de haberlo enfrentado a Pelé?

—Un jugador tremendo. Hacía todo bien, manejaba las dos piernas, era hábil, inteligente, fuerte, cabeceaba bien. Y aparte, una gran persona. En Estados Unidos nos hemos encontrado en varias ocasiones y siempre ha mencionado públicamente mi nombre y el de Teófilo Cubillas, cada vez que hablaba de los jugadores peruanos. Es lamentable que no esté bien. Vi unos videos de la Fifa, creo que fue en el sorteo, donde no se podía ni parar. A mí me está pasando un poco lo mismo, son las consecuencias de tantos golpes que uno ha sufrido en el fútbol.

—¿Y de ese 6 a 0 contra Argentina?, ¿qué tiene para decir?

—Eso fue una cuestión de piernas. Los jugadores peruanos no estamos acostumbrados a jugar tan seguido. Ese fue nuestro sexto partido en poco tiempo. Habíamos perdido con Brasil y con Polonia, así que veníamos mal. Muchos pensaron que el presidente Videla entró para pedirnos que perdamos.

—Entonces, ¿es cierto que Videla entró al vestuario?

—Sí, es cierto. Se trató de un saludo protocolar, una bienvenida. No habló nada del partido, nos deseó suerte. Se habló mucho y mal de ese partido. Nosotros no teníamos más fuerzas, Velázquez era nuestro punto fuerte en el medio y no terminó el partido y hubo otros que no jugaron.

—¿Le molesta todavía que se siga hablando y mal de la actitud de ustedes en ese partido?

—Yo era el capitán y estoy seguro de que nada sucedió. En Perú yo dije que si había alguien que había arreglado para perder el partido, debería ir preso porque eso es una defraudación a la camiseta. Yo creo a ciegas en mis compañeros y no tengo por qué esconderme.

—¿Habla a menudo con Quiroga, el arquero argentino nacionalizado peruano que atajó en ese partido?

—Sí, claro... Acá el lío lo armó Velázquez. Él dijo que varios jugadores le pidieron al técnico que no atajara Quiroga. ¡Yo era el capitán y jamás me enteré de eso!... ¡Mirá que no iba a saber si eso realmente ocurría!... Él dijo que seis jugadores fueron para atrás... Quiroga se enojó mucho con él.

—Y usted no desconfió en ningún momento...

—Para nada... Yo sé que él hizo un juicio, porque se siente muy molesto y perjudicado. Yo también lo dije en varias ocasiones, que iba a llevar a esa gente malintencionada a la Justicia... ¿Para qué se iba a nacionalizar peruano Quiroga?, ¿para ir para atrás contra Argentina?, ¡por favor!...

—¿Se sigue hablando en Perú de ese partido?

—Poco y nada.

—¿Y qué pasó cuando volvieron a Perú?

—Algunos nos reprochaban el 6 a 0, obvio. Pero los que estaban más enojados eran los brasileños. Recuerdo que antes del partido, nos decían que perdiéramos 3 a 0... No nos pedían ni que ganáramos ni empatáramos, sino que perdiéramos por tres goles, así ellos jugaban la final. Yo sigo tranquilo. A mí ese partido no me cambió nada. Y lo digo como capitán de ese equipo. Pongo las manos en el fuego por mis compañeros.

—¿Qué le pasó a Messi en este Mundial, Héctor?

—Es una pena... A mí me parece que en el Barcelona juegan todos para él, hay un equipo que lo respalda y él se luce. En Argentina fue todo al revés. Era él quien tenía que activar a sus compañeros, lo marcaban mucho y no encontró a alguien que pudiera ayudarlo. Varias veces leí y escuché que en Argentina lo criticaban. Y eso no puede ser. Es un jugador único, excepcional, pero no puede hacer las cosas solo. Y en Argentina parece que todos esperan que todo lo haga él. Eso es imposible en fútbol.

—¿Es cierto que cuando usted jugaba, los peruanos querían vestirse como usted y lo imitaban hasta en la forma de caminar?

—(Risas) Eso dicen... Nosotros tuvimos una gran actuación en el Sudamericano de 1975, que era algo similar a la Copa América de la actualidad. Recuerdo que, en Argentina, recién empezaba el ciclo de Menotti. Fue un torneo tremendo. Nosotros le ganamos la semifinal a Brasil, eran partidos de ida y vuelta. Y la final se la ganamos a Colombia. Habíamos perdido allá, ganamos en casa y fuimos a un partido definitorio en Venezuela. La gente se enloqueció con ese equipo. Fue nuestro mejor momento, más allá de que tampoco nadie se olvida de la clasificación al Mundial del 70. Y en ese momento, yo era el capitán.

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El famoso partido del Mundial 1978, sobre el que se tejieron y se seguirán construyendo mil hipótesis. Nunca hubo prueba alguna de algo raro.

Foto: Archivo

DIARIO DE VIAJE

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Rusia)

Es cierto que “The Sun” tiene algo -o mucho- de sensacionalismo. Pero su tapa de anuncio del partido entre Colombia e Inglaterra fue dura. Estaba la foto de Harry Kane y una inscripción que decía: “Colombia nos dio a Shakira, gran café y eh, otras cosas que no decimos... ¡Vamos Kane!”, haciendo jugar el título con la fonética de “Go, Kane” y “cocaine”.

En el Centro de Prensa consultamos a varios colegas colombianos para ver qué decían y opinaban sobre eso. La mayoría lo relativizó por completo. “Hermano, cada uno que haga su portada como quiera. Sabemos cómo son los diarios sensacionalistas”, era la respuesta que nos encontrábamos a cada paso.

Hasta que uno de ellos me miró y fue contundente: “¿Sabés cómo deberíamos contestarle?... que es cierto... Colombia produce la droga para que los ingleses la consuman”, ¿qué tal?

Ah... No sé si por esto o por otra cosa, pero “el que no salta, es un inglés”, se escuchó afuera y adentro del estadio. Y pensaba: ¿habrá tantos argentinos mezclados entre los colombianos?... Todo puede ser.