En la actividad agrícola

Santa Fe lidera la presión impositiva

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Campolitoral

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Santa Fe es la provincia con mayor carga impositiva para la actividad agrícola, según el índice FADA de junio, que lo ubicó en 59,5%, casi 4% más que el 55,8% que arrojó la media nacional para ese mes. El ránking lo completan Buenos Aires con 59,1%; Córdoba con 55,3%; La Pampa con 53,8%; mientras San Luis cierra con 52,8% como el más bajo.

Al discriminar la presión impositiva de cada distrito por cultivos, el trabajo de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina muestra que Santa Fe registra la participación más alta en trigo y girasol, mientras que Buenos Aires, la más alta en soja y maíz. Al mismo tiempo, Buenos Aires registra el menor nivel en girasol, y Córdoba registra el menor nivel en soja, maíz y trigo.

En estos resultados, se conjugan los rindes, los impuestos provinciales y locales y los fletes, que generan efectos distintos sobre cada uno de los cultivos.

En los casos de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y La Pampa, se consideran los cultivos de soja, maíz, trigo y girasol, mientras que para el caso de San Luis, sólo se consideran soja y maíz, ya que explican el 95% del área.

Para comprender las razones por las que Santa Fe lidera la presión tributaria en el sector agrícola, el informe precisa que los impuestos nacionales (Impuesto a las Ganancias, Créditos y Débitos e IVA ) van en línea con el valor de la producción y con la rentabilidad en cada provincia, por lo que son más altos en términos absolutos en Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires, y más bajos en San Luis y La Pampa.

A su vez, los impuestos provinciales presentan divergencias y el inmobiliario rural tiene a “Santa Fe a la cabeza”, mientras San Luis es el más bajo. Sin embargo, en Buenos Aires, La Pampa y San Luis se pagan Ingresos Brutos, mientras Córdoba y Santa Fe la actividad está exenta.

La medición del Índice FADA de junio2018 calculado con el efecto de la sequía marca una participación de los impuestos sobre la renta agrícola del 55,8%. Esto quiera decir que cada 0 de renta que genera una hectárea agrícola promedio, ,80 se lo llevan los distintos niveles de gobierno. Este índice bajó en relación a la anterior medición de marzo de 2018, que había arrojado un 64,1%.

Mientras que el promedio ponderado de cultivos a nivel nacional es de 55,8%, la participación del Estado en soja es del 66,4%, maíz 40,6%, trigo 39,8% y girasol 51,4%.

Salto en los costos

Los costos agrícolas se incrementaron 13,8% entre marzo y junio con mayor impacto de los costos de labores y fletes (que también fueron afectados por los incrementos de los costos de los combustibles) y también porque los insumos que, al estar dolarizados, suben conforme a sube el dólar.

Según Fada, si se analiza la estructura de costos de los cultivos de acuerdo a la moneda en la que están expresados, se puede identificar que 59% de los costos de una hectárea de soja están estrictamente dolarizados mientras que el restante 41% están pesificados.

En el caso del maíz, como los fertilizantes y semillas tienen más peso que en el caso de la soja, los costos dolarizados ascienden a 62% de la estructura, mientras que los pesificados alcanzan 38%.

Al ser la soja el único cultivo con derechos de exportación, la participación del Estado en ésta es del 66,4%, mientras que en el maíz es del 40,6% en la medición de este junio 2018. Por esto, al haber menor cantidad de soja en el área sembrada, hace que baje el índice general.

En enero de este año, comenzaron a bajar un 0,5% por mes los derechos de exportación a la soja, por lo que pasó de a 30% en 2016 y 2017, a 27% en junio de 2018. La baja de 3% que lleva el 2018, representa unos 12 dólares por tonelada.