Llegan cartas

Oíd, mortales, el grito sagrado”

MARGARITA GIORDANINO

margaritagiordanino @hotmail.com

¡Tucumán!, palabra que rodaba por la Patria, pregonera de un territorio de amaneceres, era surco promisorio, rumor bravío de esperanzas. Fue cuna de voces y de manos reclamando libertad. Es jardín que sabe a limones, cañaverales en zafra, frutillas, lavanda, menta piperita, panales de uva, racimos morados de paltas, tabaco burley, arándanos, a naranjales anaranjeándose de azahares...

En el encadenamiento de causas y consecuencias de la línea de la historia, nuestra Patria nació el 25 de Mayo de 1810, pero fue el martes 9 de Julio de 1816 que tuvo su inscripción en partida de nacimiento. “En la benemérita y muy digna ciudad de San Miguel de Tucumán” se alquiló propiedad colonial a Francisca Bazán de Laguna y las sesiones se iniciaron el 24 de marzo con 33 diputados: 18 abogados, 4 militares, 9 sacerdotes y 2 frailes que hablan de la buena relación Estado e Iglesia. Para ser elector o representante se requería: educación, oratoria, ser selectos en su provincia por su cultura amplia y profunda, conocedores de doctrinas filosóficas y políticas, formados en claustros universitarios o con maestros europeos (ya había universidades: Rep. Dominicana -1538-, Lima-Perú y México -1551-, Charcas-Bolivia -1552-, la de Córdoba fundada por los jesuitas el 19/6/1613, la cuarta más antigua de América, que apodaría a la ciudad como La Docta, ya que durante más de 2 siglos fue única en el país). Fueron jóvenes soñadores de una patria grande y unida: “Que por cada quince mil almas se nombre uno”. Si basta con mirar a esos autores del pasado, artífices modélicos de caminos en las agendas fundacionales, para remedar su valía, compromiso, honestidad, su decencia: “Los representantes consagraron a tan arduo asunto toda la profundidad de sus talentos, la rectitud de sus intenciones e interés que demanda la opinión suya en pueblos representados y posteridad. Aclamaron llenos de santo ardor de la justicia, y uno a uno reiteraron su unánime y decidido voto por la independencia...” (¡Dechados, ¿verdad?!). La asamblea soberana fue presidida por el sanjuanino Francisco Narciso de Laprida, cargo rotativo que cambiaba cada mes. La Liga de los Pueblos Libres con la Provincia Oriental, Corrientes, Entre Ríos, Misiones y Santa Fe no concurrieron. Hasta el 16/1/1817 deliberó en Tucumán y del 12/5/17 al 11/2/1820 en Bs. As.

Fue tribunal y poder legislativo y su misión constituyente fue la Declaración de la Independencia: “Nos, los representantes de las Provincias Unidas en Sud América, reunidos... invocando al Eterno... protextando al Cielo... declaramos solemnemente que es voluntad unánime e indubitable... romper violentos vínculos, recuperar derechos e investirse del alto carácter de nación libre e independiente de los reyes de España, sucesores y metrópoli”. Medrano agregó: “Y de toda otra dominación extranjera”. ¡Cómo se sorprendió la casita, cómo volaron campanas tañedoras y brotaron malvones en las rejas, orquídeas galeandras, madreselvas azules y se encendieron de rosa los lapachos ante tanta congregación de fe! El pulso oscuro del Salí, el sombrerito del Aconquija, cálidas yungas en laderas calchaquíes, truchas, pejerreyes y tarariras de los diques y hasta una corzuela y un halcón peregrino salieron a avisar del alumbramiento seguro de la patria. En ámbitos de paz se alegraron la golondrina del pino, los gorriones de los álamos, la cotorra del sauce, el canario, el tucán, la tijereta del cedro, un casal de horneritos, las perdices que viven en el robledal, benteveos, caranchos, lagartijas, vizcachas y comadrejas, gatos monteses, hurones, guazunchos, coatíes, quirquinchos, jaguares, tapires, acémilas, guanacos en las alturas y una liebre que tamborileaba en los melones perfumados. Los hombres patrios, hasta hoy, siguen replicando “Oíd el ruido de rotas cadenas...” son albañiles de harina, leñadores de ríos, hacheros de cobres, vendimiador de llanuras, viticultor de puertos, empozadores de arados, arrieros de manadas, brigaderos de relinchos, arquitectos de arenas, médicos de palomas, joyeros de martillos, carpinteros de algarrobos, curtidor de vellones, ascensoristas de aires, hilvanador de sueños, maestros de claro colmenar de niños. Del Gral. San Martín como gobernador de Cuyo organizando el Ejército de los Andes e instando a los diputados, hay expresiones memorables enviadas a Godoy Cruz, “¡Hasta cuándo esperamos a que empiecen a reunirse! Les suplico hagan cuantos esfuerzos quepan en lo humano, las provincias están en expectación. Ánimo, que para los hombres de coraje se han hecho las empresas. Veo lo que usted diputado me dice que la independencia no es soplar y hacer botellas, yo le respondo que mil veces me parece más fácil hacerlo que el que haya un solo americano que haga una sola -botella-”. “... y se celebrará el día festivo en misa con Te-Deum de acción de gracias, pronunciándose sermón análogo a la fecha” dice el decreto del 11/6/1835 por J. M. de Rosas.

Por la calle ancha viene, lento, don Damián, vendiendo globos, algodones de azúcar, ilusiones...