El viaje de padre e hijo al Mundial

“Me encantaría un Unión-Colón en la Sudamericana”

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Fernando y Alan Amor, padre e hijo, santafesinos, hinchas de Unión que armaron el viaje para ver un partido de este Mundial que inicia su semana decisiva.

 

Enrique Cruz (h)

La historia de Fernando y Alan Amor es la de muchos argentinos. Dejaron a Daniela y a Brisa en Santa Fe y resolvieron hacer un viaje de padre e hijo. Se la jugaron a que Argentina no ganaba el grupo y por eso El Litoral los descubrió en Nizhny antes de Francia-Uruguay. “Compramos las entradas hace tres meses. Estudiamos el fixture y pensamos que aquí podíamos ver a Argentina en cuartos de final. No le teníamos fe a que ganase el grupo y por eso apuntamos a esta ciudad y a este partido. Pero se nos complicó con Francia”, dice Fernando, que es sobrino de un ex síndico de Unión en los tiempos de Ángel Malvicino y tiene una abuela, Blanca Susana Ceresole, a la que no se cansa de mandarle saludos por sus 93 años.

Se declara “muy tatengue” y dice que “la parte de la historia, la cultura y la infraestructura es para resaltar en este país. Y obviamente que el orden y la limpieza son de un primer mundo”, cuenta Fernando, mientras que Alan apura el paso para ir a ver el partido de cuartos en su segundo Mundial. “Ver a Messi en vivo y en directo en el Mundial de Brasil fue lo mejor que me pudo pasar en la vida”, señala el joven Alan.

Fernando prepara el pasaporte para acompañar a Unión en la Sudamericana del año que viene, pero tiene un deseo que lo hace público: “Me encantaría jugar contra Colón y que se dé un choque de santafesinos en una copa internacional. Sería histórico y muy bueno para la ciudad”, reconoce Fernando.

“El presupuesto no dio para traer a todos. Mi esposa Daniela y mi hija Brisa, que extraño un montón, se tuvieron que quedar. El partido es una anécdota más de un viaje que vengo planificando con mi hijo desde hace siete u ocho meses. Estar con él acá no tiene precio. De acá, nos vamos un par de días a Madrid y luego nos volvemos”, señala Fernando en el final de la charla y ya arribando, mezclados entre franceses y uruguayos, al majestuoso estadio, uno más de la impecable infraestructura que nos ofrece Rusia en este Mundial.