A más de cinco meses del crimen

Todavía no se peritó el celular de la “seño Vane”

La abogada de la familia de la maestra asesinada en Alto Verde en febrero explicó que su teléfono todavía no pudo ser desbloqueado. Solicitan la colaboración de Gendarmería.

Joaquín Fidalgo

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La “seño” Vanesa salió de la escuela ya con el casco puesto y andando sobre su moto. Apenas pudo recorrer unos metros antes de que se abalance sobre ella el asesino. Juan Ramón Cano se sentó en la parte trasera del asiento, aferró con fuerza el cuello de la maestra con su mano izquierda y con la derecha comenzó a apuñalarla en la espalda. La mujer giró y trató de volver a la escuela para pedir ayuda, pero -ya gravemente herida- chocó contra uno de los enormes montículos de tierra que había en la calle y cayó al suelo con su vida pendiendo de un hilo. El criminal no tuvo piedad. Siguió hundiendo en el cuerpo de ella su larga “faca” (arma blanca casera) de aproximadamente 30 centímetros de hoja. La autopsia iba a determinar luego que fueron al menos 13 los puntazos. No le importó la moto, ni las dos mochilas que llevaba la docente (adentro de una de las cuales había casi 9 mil pesos), ni su celular. Sólo quería quitarle la vida y lo consiguió.

Vanesa Castillo tenía 30 años y falleció minutos después, en horas de la siesta del jueves 15 de febrero de este año, cuando era llevada de urgencia al Hospital Cullen. El ataque se consumó frente a la Escuela Victoriano Montes, en el distrito Costero de Alto Verde de la ciudad de Santa Fe.

Toda la comunidad educativa lloró por su muerte, especialmente los alumnos a los que ella abrazaba y contenía. A más de cinco meses del hecho, la investigación avanza lentamente y todavía hay peritajes que faltan realizar. El asesino está preso, pero aún falta determinar los motivos. Para la familia de Vanesa no hay dudas de que todo está relacionado con un caso de abuso infantil que denunció. Ella era así. No pudo mirar para el costado cuando una pequeña alumna de 12 años le confesó que estaba embarazada de 8 meses y que el responsable era su propio hermanastro, mayor de edad. En el barrio se rumorea que Cano fue un sicario contratado por familiares del abusador, que había terminado preso por la presentación de la “seño” ante la Justicia.

Peritajes

“La investigación comenzó a moverse más desde que tomó el caso la fiscal Mariela Jiménez, por solicitud de la querella. Nosotros consideramos desde un primer momento que se trataba de un caso de violencia de género, no sólo porque se trataba de un ataque de un hombre contra una mujer, sino también porque había un abuso sexual infantil de por medio”, puntualizó la abogada que representa a la familia de Vanesa, Carolina Walker.

“Desde el principio no se hicieron cosas fundamentales, como la reconstrucción del hecho, que se pudo realizar recién a los cuatro meses. En realidad, tampoco fue una reconstrucción, sino más bien una inspección ocular para entender qué pasó ese día, pero después de tanto tiempo muchas cosas habían cambiado. Además, recién en ese momento se solicitó en la escuela la documentación que era de Vanesa. Sus registros de lo que hacía en su trabajo. Obviamente, los papeles ya se habían extraviado”, se lamentó la querellante.

“Otros peritajes fundamentales son los de los celulares -agregó-. Recién pocos días atrás recibimos el resultado del análisis del teléfono de una maestra compañera de Vanesa. Es la docente a la que alguien le advirtió que ese día no se ponga el casco, porque ‘no era para ella’. Cuando fue citada a declarar, se desdijo y por eso el fiscal la imputó por encubrimiento. Ella sabía que iba a pasar algo y no le dijo nada a Vanesa. Esa docente estaba aterrada y ese día no fue a trabajar”.

Traba

Finalmente, Walker señaló que todavía falta peritar el celular de la maestra asesinada. “El teléfono de Vanesa apareció en circunstancias poco claras. Varios días después, cuando en los medios salió la noticia de que el aparato no aparecía, nos avisaron de que lo habían encontrado el mismo día del crimen, envuelto en ropa ensangrentada, en la parte de atrás de una camioneta policial. En realidad ni siquiera sabían que era de Vanesa. Lo comprobamos nosotros, luego de comparar el IMEI. Lo mandaron a Rosario, pero resulta que la provincia no tiene la tecnología necesaria para desbloquearlo, por lo que solicitamos que se le pida colaboración a la Gendarmería Nacional. Ya pasaron cinco meses y todavía no tenemos esos datos, que son cruciales”, explicó la abogada.

Móvil

Para la doctora Walker no caben dudas de por qué mataron a Vanesa. “Se está tratando de establecer con certeza la conexión del asesino con el otro sujeto acusado por la maestra por el abuso contra su alumna. Nosotros estamos convencidos de que la hay. Cano fue a matarla directamente. Era adicto, pero no estaba drogado en ese momento. No tenía antecedentes de haber matado, pero fue y la mató. No trató de robarle nada”, concluyó.