CON EFECTO SOBRE EL RESTO DEL MUNDO

Nubarrones por el peligro de una guerra comercial entre EE.UU. y China

Andreas Landwehr

dpa

Una guerra comercial entre Estados Unidos y China afectaría gravemente a la cooperación entre las dos mayores economías del mundo y también tendría consecuencias para el resto del mundo. No sólo las cadenas mundiales de suministro sufrirían el impacto negativo del conflicto, sino también, y sobre todo, las empresas estadounidenses que operan en China.

“Las nubes en el horizonte son cada día más oscuras”, advirtió la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde. “La nube más grande y más oscura que estamos viendo es el deterioro de la confianza”, señaló Lagarde en alusión a los peligros para la economía mundial.

Si el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lleva a la práctica su amenaza de imponer más aranceles de un diez por ciento a productos importados de China por valor de unos 200.000 millones de dólares, China no sólo aplicará tarifas similares a sus importaciones desde Estados Unidos, sino que probablemente devuelva el golpe con más medidas. Y es que las exportaciones estadounidenses a China (130.000 millones de dólares en 2017) no son lo suficientemente voluminosas para que Beijing pueda imponer aranceles punitivos de la misma magnitud.

Trump, entre tanto, ha echado más leña al fuego. “China, la Unión Europea y otros países han manipulado sus tipos de cambio”, escribió el presidente el viernes en Twitter. También dirigió sus críticas contra las bajas tasas de interés en esos países, cuando éstas están subiendo en Estados Unidos.

Estafados

En declaraciones a la emisora CNBC, Trump se mostró decidido a gravar con aranceles todas las importaciones procedentes de China. “Durante mucho tiempo hemos sido estafados por China”, afirmó el mandatario norteamericano. “No quiero infundirles miedo, quiero que les vaya bien, realmente me cae bien el presidente Xi, pero en eso (el comercio) ha sido muy injusto”.

Las empresas estadounidenses asentadas en China están alarmadas. Temen ser víctimas de la disputa y se están preparando para lo peor. “A nuestros miembros, les preocupa mucho lo que pueda pasar en el futuro”, dijo a DPA en Beijing el presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en China, William Zarit. “Las crecientes tensiones entre las dos partes ya están repercutiendo en el trabajo de muchas de nuestras empresas”. Según Zarit, la psicología de la disputa comercial ya está teniendo “importantes” efectos. “Nuestras empresas sienten la presión”.

Todavía no se ha puesto en marcha una campaña contra empresas estadounidenses en China. “Sin embargo, si la guerra comercial estalla plenamente, es posible”, opina Huang Weiping, profesor de economía de la Universidad Popular de Beijing. Las autoridades chinas podrían imponer inspecciones más rigurosas en materia de protección contra incendios, higiene o seguridad laboral. Podrían cerrar temporalmente algunas empresas o denegarles licencias para complicarles la vida. “Van a hacer sufrir un poco a las empresas”, asegura Huang.

Una primera víctima prominente parece ser el fabricante estadounidense de chips Qualcomm. Sus planes de adquirir la empresa holandesa NXP Semiconductors NV por 44.000 millones de dólares dependen del visto bueno por parte de las autoridades reguladoras de China, donde Qualcomm genera más de la mitad de sus ventas. Sin embargo, desde que comenzaron las tensiones comerciales, China ha congelado la aprobación.

Perspectivas

China tiene muchas opciones para causar daño a Estados Unidos. Como ejemplo, se suele citar la campaña contra empresas surcoreanas en 2017, cuando el gobierno en Seúl instaló, pese a la oposición de China, un sistema estadounidense de defensa antiaérea. Aunque este escudo está dirigido contra Corea del Norte, su sistema de alerta temprana también puede espiar a China. Varios grandes almacenes surcoreanos se vieron obligados el año pasado a cerrar de golpe, supuestamente por problemas en materia de protección contra incendios.

También hubo llamamientos para boicotear productos surcoreanos. Las ventas de automóviles surcoreanos cayeron y los viajes a Corea del Sur fueron suspendidos o boicoteados. La industria turística surcoreana sufrió pérdidas de entre 6.000 y 7.000 millones de dólares.

De acuerdo con una encuesta del periódico Financial Times, uno de cada dos chinos boicotearía “segura o posiblemente” productos estadounidenses en caso de que se desate una guerra comercial. Sólo el 13 por ciento de los chinos encuestados se mostró contrario a un boicot comercial.

“Cada vez hay más populismo y nacionalismo en el mundo, no sólo en China, sino también en Estados Unidos”, afirma Zheng Chaoyu, otro profesor de economía de la Universidad Popular de Beijing, respecto a las posibilidades de un boicot.

Sin embargo, a Zheng le preocupan también las consecuencias de una guerra comercial para las cadenas mundiales de suministro. Por ejemplo, un procesador Intel de Estados Unidos se exporta a China, donde en la ciudad de Chengdu un subcontratista chino que trabaja para un fabricante de computadoras estadounidense lo incorpora a un laptop que luego se exporta otra vez a Estados Unidos.

Huang Weiping, el colega de Zheng, comparte esta preocupación: “Por supuesto que las cadenas globales de suministro se ven afectadas. La base es la confianza y Trump ya ha roto esta confianza”. En el mismo sentido, la portavoz del Ministerio chino de Relaciones Exteriores, Hua Chunying, ha calificado la escalada de la disputa comercial como el mayor “asesino de confianza” para la economía mundial, que frena el impulso de recuperación mundial logrado con esfuerzo y desestabiliza la base del crecimiento.

El diario progubernamental chino Global Times señaló en un comentario aguerrido que Trump subestima lo que puede hacer China si estalla una guerra comercial en toda regla. “Estados Unidos debería abrocharse el cinturón de seguridad”, advirtió el rotativo.