Una leyenda viviente

Rod Laver celebra sus ochenta años

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Érase una vez en New York... Laver, levantando el trofeo del US Open 1969.

Foto: dpa

 

Redacción de El Litoral

dpa

Retumba el interrogante sobre quien fue el mejor tenista de la historia entre expertos, fanáticos e inclusive, los propios pares. Y más allá del hecho de nunca es recomendable comparar jugadores de diferentes épocas, generalmente no muchos aluden a Rod Laver.

El australiano, que ayer cumplió 80 años, fue la primera superestrella mundial, cuando el tenis todavía era completamente el deporte blanco. Ganó dos veces el Grand Slam -los cuatro torneos más importantes en un año natural-, dominando el juego a voluntad.

Pese a su edad, “The Rocket” continúa apegado al deporte que tanto ama y que le permitió ganar once títulos de Grand Slam en los ‘60. Es más: desde el año pasado, existe un torneo que lleva su nombre y que reúne anualmente a los mejores de la temporada.

El estreno de la Laver Cup fue en Praga 2017 y se transformó en un gran éxito, ya que enfrentó a los mejores profesionales de Europa con las estrellas del resto del mundo.

Federer, Nadal y los restantes héroes de la época actual aprovecharon para divertirse en un fin de semana diferente, pero también para honrar a Laver. La segunda edición se llevará a cabo en Chicago, después de la disputa del US Open de este año.

Hace 20 años sufrió un derrame cerebral, que lo obligó a tener que aprender a caminar y hablar correctamente de nuevo. Los diagnósticos médicos no parecían alentadores al principio; pero sin embargo, aún en sus momentos más difíciles, Laver encontró en el tenis la motivación necesaria.

* “El tenis fue una de las razones por las que pude recuperarme; fue maravilloso la primera vez que volví a un court...”, expresó en la ocasión.

Como jugador, Rod Laver dominó los secretos del tenis como nadie lo había logrado antes. En 1962 ganó los cuatros grandes y que su impresionante currículum no cuente con más títulos de Grand Slam, se debe únicamente a que se convirtió en profesional en 1963, cuando este deporte estaba aún separado en amateurs y profesionales.

La situación cambió en 1968, con la irrupción de la Era Abierta: un año más tarde, el deportista aussie volvió a prevalecer en los cuatro grandes; transformándose en el único en lograrlo hasta el momento en la historia moderna.

Su físico decía poco: 1,73 de altura y 68 kilogramos de peso. Sin embargo, el “pequeño gigante de Rockhampton se convirtió en un gran ejemplo para muchas estrellas que lo precedieron.

* “Hay demasiados argumentos que sugieren que Rod es el mejor de la historia”, reconoció en su momento Nadal.

* “Jugar con Rod fue un sueño para mí”, dijo Federer después de compartir un peloteo en Brisbane 2014.