Según José María Fanelli

Prioridad es la moneda sana

Eso, superar la corrupción y encontrar un acuerdo político son las condiciones en las que el economista alimenta esperanzas de desarrollo productivo.

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“Hay mucha reacción en el campo y está cayendo lo que gastábamos en turismo”, dijo Fanelli apuntando oportunidad en medio de la crisis.

Foto: Guillermo Di Salvatore

 

Redacción de El Litoral

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“Estamos en un momento clave donde tenemos posibilidades de reforzar la institucionalidad y hacer un país más transparente. Espero que no lo desaprovechemos”. La definición es de José María Fanelli, especializado en “macro”, moneda y finanzas, que pasó por Santa Fe y dialogó con El Litoral sobre la economía argentina en medio de la crisis de los cuadernos con las coimas “K” y lo que afecta Turquía en la escena nacional.

El consultor e investigador para Cepal, el Banco Mundial, el BID y The G-24, entre otros organismos, fue invitado por la administración de Miguel Lifschitz a participar de una jornada de trabajo junto a más de 150 representantes de instituciones de los sectores económico productivo, trabajador y científico tecnológico, para consolidar compromisos sectoriales a ser incluidos en el Acuerdo Santafesino por la producción, el trabajo y la innovación.

—En febrero, en una entrevista, Ud. dijo que eliminar la corrupción era precondición para entrar en el camino de la producción.

—Desde el punto de vista de largo plazo lo que está pasando es lo mejor que puede suceder. En el corto, esperemos que sea como los dolores de parto. Están afectados los mercados de bonos, las acciones... pero un país menos corrupto es un país más productivo. Y eso capitaliza el valor de los bonos y las acciones.

—¿Se puede capitalizar también en el cambio de las conductas y las culturas políticas y empresarias que nos han traído hasta esta crisis?

—Desde un punto de vista político, y va para todos los partidos, no habría que bajar la guardia. Muchos países tuvieron procesos de lucha contra la corrupción como Italia, pero terminó en Berlusconi. Hay que tener la guardia alta; si vamos a una mayor transparencia institucional, el camino empieza como en nuestros casos.

—¿Qué tanto influye Turquía en lo que pasa hoy en los mercados, y cuánto es nuestro?

—Lo nuestro es déficit de cuenta corriente y falta de confianza, pero nos están castigando exageradamente. No está justificado en lo absoluto el castigo que reciben los papeles argentinos; sobre todo si uno mira cómo viene la cosecha. Se va a arreglar bastante. Tuvimos la mala suerte de la suma de la sequía y la situación internacional; el líder de la globalización es Estados Unidos; si pasa de actuar de líder a país grande... la situación es complicada.

—La crisis es oportunidad; el acero argentino tuvo algún waiver para seguir entrando en Estados Unidos y los chinos pueden comprarnos más si dejan de hacerlo en Estados Unidos.

—Hay mucha reacción en el campo y está cayendo lo que gastábamos en turismo que era fuera de lugar para nosotros. Está aumentando el turismo receptivo. El año que viene va a ser distinto a éste.

—Pero aún si no hubiésemos padecido la sequía, el déficit en cuenta corriente estaba. ¿El gradualismo hubiera tenido chances?

—Tuvimos un déficit de cuenta corriente alto pero con la sequía fue altísimo. Se da vuelta el turismo, caerán las importaciones por caída del nivel de actividad y con una cosecha mejor el sector externo va a estar significativamente mejor.

—El sector privado dice que la presión fiscal es muy alta y tenemos un Estado en déficit. ¿Cómo hacemos para liberar fuerzas productivas?

—¿Qué quiere decir que el Estado pesa mucho? Que estamos gastando mal. La presión tributaria alta y el gasto público alto con 30 % de pobres con mala calidad de educación significa que estamos gastando mal. Tenemos mucho para avanzar en la eficiencia del gasto, pero para eso se necesitan acuerdos políticos. Es muy difícil que el país crezca con altos niveles de corrupción; también es muy difícil que salgamos de las complicaciones sin un acuerdo entre los partidos políticos. No tiene que tener tres tomos; hay dos o tres cosas que tenemos que tomarnos en serio.

—¿ Las puede titular?

—La número uno es una macro sana; eso quiere decir ayudar al Banco Central a que pueda tener una moneda sana como casi todos los países de América Latina. Segundo, reducir el tamaño del Estado que ahoga al sector privado que no genera empleo desde 2012; y sin empleo no hay futuro para la gente. Y tercero, tenemos entre un cuarto y un tercio de la población pobre, por lo que sí o sí tenemos que tener políticas activas. El argentino es creativo y emprendedor; hoy le ponemos demasiadas trabas.

—¿Cómo evalúa la salida de la trampa de las Lebacs y la política monetaria en general?

—Creo que la política monetaria mejoró mucho después de los últimos cambios. El desame de las Lebacs es una condición necesaria; la forma en que se vaya a hacer también dependerá bastante de lo que se habla con la misión del FMI por estas horas. Tanto el Fondo como el Banco Central tienen claro que eso hay que desarmarlo. No hay una sola forma de hacerlo y todas tienen ventajas y desventajas.

La provincia, Pymes y dólar

—¿Qué le toca a una provincia ante problemas macro, y qué a los privados en una economía como la de la provincia, con pymes que padecen?

—Hay un cambio estructural que tenemos que hacer. Nosotros -no digo nada que la gente no sepa- tenemos el fenómeno de stop and go (pare y siga) y eso le pasó al gobierno anterior y a este. Pasa porque nos falta competitividad, y para aumentarla necesitamos otro tipo de cambio y otro tipo de inversión. Va a haber empresas que sufran, esto está claro. No me gusta herir a nadie que sufra en este momento y decir... hay que hacer otra cosa. Pero no se le puede mentir a la gente. Hay actividades ligadas a un consumo que no es sostenible y se van a tener que cambiar; pero hay otras actividades que van a surgir.

—¿Por ejemplo?

—Tomemos turismo. A todos nos gusta hacer turismo en el exterior; el punto es que no podemos financiarlo. Pero es creativo tratar de atraer turismo, generar actividades. Hay una cantidad enorme de jóvenes creativos en le campo del arte, por ejemplo, que tenemos y podemos poner en valor. Hacer eso da trabajo. Hay que tener un poco de fe; no vamos a estar cambiando caballos en medio del río todo el tiempo. Obviamente estando en Santa Fe apostamos a que el campo una vez más nos ayude a salir de la crisis y entender que el tipo de cambio real esté en niveles más altos de lo que hubo.

—¿Sigue atrasado el tipo de cambio?

—Tiene que ser más competitivo que el que teníamos. No es que quiera un tipo de cambio real adelantado, no hace falta; lo que necesitamos es no tener un tipo de cambio real atrasado que tiene dos problemas graves: le saca incentivos a los que producen dólares que es lo que necesitamos; y el problema número dos es que con el tipo de cambio bajo la gente viaja. ¿Qué sentido tiene generar trabajo afuera cuando no lo generamos adentro? Son cosas elementales, no es que a uno le agarre un ataque de stalinismo y no quiere que la gente salga.