Asumió este miércoles

Nuevo presidente paraguayo promete cambios profundos

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Mario Abdo Benítez saluda junto a su esposa, Silvana López Moreira, tras jurar como nuevo presidente de Paraguay.

Foto: DPA

 

Carlos Castillos - DPA

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Mario Abdo Benítez se convirtió ayer en el nuevo presidente constitucional de Paraguay y prometió encarar cambios profundos para superar los graves problemas del país como la corrupción, el crimen organizado y las carencias en educación y salud.

“Esta es la oportunidad de decidir qué tipo de país se espera construir. Será un capítulo repetido o el inicio de una real transformación de la república, cargada de esperanza, ilusiones y desafíos”, dijo el mandatario de 46 años en su discurso de asunción.

Abdo Benítez admitió que “la inseguridad, el tráfico de drogas y el crimen transnacional organizado siguen siendo flagelos en el país y la región” y prometió trabajar con los países aliados, que no identificó, para combatir el crimen en todas sus formas.

“No es aceptable que nuestras fronteras sean espacio para el florecimiento de organizaciones criminales. No les daremos tregua”, insistió y aseguró que tampoco descansará hasta que no vuelvan a sus casas los secuestrados en poder de la guerrilla que opera en el país.

El nuevo mandatario prometió el fin de la impunidad y una justicia independiente.

“¿Por cuánto tiempo más el pueblo va a aguantar una injusticia implacable y rígida como el acero? ¿O vamos a seguir siendo miopes? Me comprometo a construir los consensos necesarios para una justicia independiente”, insistió.

Abdo Benítez aseguró que no será juez de nadie, pero si en su gobierno hay inconductas dijo que será el primero en colaborar con la justicia. “No seré complaciente”, subrayó.

Otra de las prioridades que se fijó la nueva administración es la educación. “Nos enfocaremos en una política educativa llena de valores. Los maestros serán mis mejores compañeros. Son los agentes de cambio. Buscaremos su capacitación constante”, sostuvo el presidente.

Se mostró convencido además de que su misión histórica es unir al país en valores. “Que la unidad sea una herramienta para una transformación decisiva y que venga de las manos (de la gente) la construcción de un mejor Paraguay”.

En materia de política exterior hizo un llamado a una verdadera integración regional, dejando de lado discursos demagógicos, y convocó a un diálogo sincero, a la vez que se solidarizó con los pueblos de Venezuela y Nicaragua, ante la situación de crisis que enfrentan esos países.

“No debe haber fronteras para ser solidarios con los pueblos que sufren violaciones graves. Paraguay no va a mantenerse indiferente al sufrimiento de pueblos hermanos. Es hora de dejar de lado la hipocresía”, sentenció, sin dar otros detalles.

En los actos de hoy estuvieron los presidentes de Argentina, Brasil Bolivia, Colombia, Ecuador, Guatemala, Panamá, Uruguay y de Taiwán, además de 94 delegaciones oficiales de gobiernos y organismos internacionales.

Los actos de cambio de gobierno en Paraguay coincidieron con los festejos por los 481 años de la fundación de la ciudad de Asunción y se cerraron por la tarde con un desfile militar y policial.