Advertencia de Bomberos sobre incendios ilegales

Comenzó la “temporada de quemas” que ponen en jaque a la ciudad

Pese a que no están permitidos, se replican las columnas de humo por toda la ciudad y alrededores. Los bomberos deben acudir a diario a sofocar casi una decena de incendios. Y, en consecuencia, se resiente el sistema de atención para la zona urbana.

12_A_ANDREA_15.jpg

Incendio. Una quema de pastizales en zona de Santa Fe, vista desde una barranca del Parque Urquiza, de Paraná.

Foto: Andrea Pérez (gentileza).

 

Redacción El Litoral

[email protected]

El teléfono de la Central de Emergencias de los Bomberos Zapadores de Santa Fe está “en llamas”. Es que en esta época del año y hasta el verano inclusive no para de sonar. El lunes los Bomberos debieron sofocar 8 incendios por quemas ilegales de pastizales y basura. Y en lo que va del mes fueron 35 los casos.

Las quemas no están permitidas en ninguna zona de la ciudad. Pero hay quienes lo hacen igual. Ya sea para reducir residuos, como para quemar pastizales y preparar así el terreno con el objetivo de generar suelo nutritivo (ver Campos al rojo vivo).

Al ingresar a la ciudad desde cualquier punto cardinal se puede observar la nube que se genera por las quemas o las columnas de humo, sobre todo los días poco ventosos, cuando el humo tóxico demora en disiparse. También se nota en las viviendas urbanas por la ceniza que cae y lo ensucia todo.

“Ningún tipo de quema está permitida pero la gente parece no aceptarlo”, se queja Daniel Almada, a cargo de los Bomberos Zapadores de Santa Fe. Por sus manos debe pasar todos los días el rompecabezas que implica coordinar turnos, guardias y descansos del plantel de bomberos. Y admite que es una tarea difícil, sobre todo en esta época del año con tantos incendios intencionales. “No puedo decirle a un bombero que trabajó sofocando las llamas desde las 10 de la mañana hasta las 6 de la tarde, que se quede a cubrir una guardia”, explica.

“Es humanamente imposible que un bombero trabaje tantas horas seguidas en este tipo de situaciones. Debe hidratarse, descansar y otro gasto que se genera para el Estado es el combustible”, detalla Almada.

Es que los bomberos están expuestos a condiciones de trabajo muy duras. Calor, humo, riesgos y exigencia física extrema. “Por eso es importante que la gente entienda que no debe quemar nada”, dice Almada, “porque después hay un incendio en una vivienda urbana, con presencia de personas, y debemos estar listos para acudir a sofocarlo”. Y entonces tranquiliza saber que “el servicio está garantizado ciento por ciento”, asegura el Jefe de Bomberos.

12_C_DSC_8871.jpg

Humo. La columna gris oscura trepa por el aire y vuela hacia la zona urbana, donde quedan las cenizas.

Foto: Luis Cetraro.

Ilegales

Si bien con los primeros calores llegan de la mano los incendios intencionales, los peores días para los bomberos son los de la temporada de verano. Desde diciembre pasado hasta mediados marzo de este año debieron sofocar unos 800 incendios por quemas de pastizales en los alrededores de la ciudad. Para ello actuaron los cuatro cuarteles de los Bomberos Zapadores de la ciudad.

“Los incendios intencionales son en todas partes, por la Ruta 1, en la zona de la ruta 168, y en la avenida de Circunvalación son los más comunes”, enumera el jefe de Bomberos, “pero también se dan “a la vera de la autopista a Rosario, por la ruta 11, y en la zona de islas, donde no podemos actuar”. Cabe mencionar que estos incendios provocados a la vera de las rutas pueden ocasionar accidentes.

Además, existe el peligro de propagación de las llamas hacia sectores de viviendas. Esto ocurrió en reiteradas ocasiones sobre todo en la zona de countries de Santo Tomé, donde en la última década se extendió la urbanización de manera exponencial a sectores con campos vecinos.

“La gente, en muchos casos, no toma consciencia de sus actos”, asevera Almada, “ya que no está permitido ningún tipo de quema de nada en la ciudad ni en el campo”, insiste. Otro motivo que provoca incendios es la desidia de quienes dejan residuos en la isla o en el campo. “El reflejo del sol en una botella, con altas temperaturas, puede provocar un incendio en un pastizal”, grafica el bombero encargado de coordinar las dotaciones para sofocar los incendios nuestros de cada día. Y suena el teléfono de emergencias.

12_B_IMG_9363.jpg

Peligro. Vestigios de una quema en un campo de la zona de Colastiné, muy cerca de las viviendas.

Foto: Mauricio Garín.

Campos al rojo vivo

El fuego ha sido históricamente un factor determinante de la vegetación existente. En los campos y zona de islas fundamentalmente, es la herramienta usada y la más disponible para que los ganaderos mejoren el valor nutritivo de los campos naturales, especialmente los que presentan pajonales y además, controlar leñosas indeseables en una determinada altura del año, pese a que no está permitido hacerlo.

Más allá de los factores negativos que pueda desencadenar, a nivel agronómico presenta muchas ventajas, siempre y cuando se realice de forma controlada (aunque es ilegal). Las más destacadas son: remoción de material viejo no palpable, proveniente de la estación de crecimiento anterior; la estimulación del crecimiento nuevo; la destrucción de parásitos de los animales; el control de las plantas indeseables; lograr una mejor distribución de los animales; establecer contrafuegos naturales; preparar la “cama de siembra” para resiembra natural o artificial. Además, estimula la producción de semillas.