Brasil

Bolsonaro es operado de emergencia una semana después de ser acuchillado

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Personas participan en una manifestación en apoyo al candidato presidencial brasileño por el Partido Social Liberal, Jair Bolsonaro, en Sao Paulo. Foto: DPA

 

Redacción El Litoral

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El ultraderechista brasileño Jair Bolsonaro, candidato favorito para las elecciones presidenciales de octubre, fue operado de forma imprevista por una complicación en su salud tras el ataque con un cuchillo que sufrió la semana pasada.

La operación fue necesaria debido a una “obstrucción en el intestino delgado”, según comunicó en la noche del miércoles el Hospital Israelita Albert Einstein de Sao Paulo, donde Bolsonero está internado desde el atentado.

La operación se llevó a cabo al filo de la medianoche, después de que el político presentara molestias en el abdomen y naúseas, según el parte médico. El percance surgió en el sexto día de recuperación de Bolsonaro, tras varios días de mejoras.

Su hijo Flavio Bolsonaro informó tras la medianoche que la intervención se desarrolló sin complicaciones.

“La cirugía de emergencia acabó bien, gracias a dios. Mi padre está pagando un precio muy alto por querer rescatar a Brasil, está literalmente dando su sangre”, agregó Flavio Bolsonaro, también político, y que había escrito antes que el estado de su padre “aún es grave” tras la cuchillada que recibió la semana pasada.

Los médicos que lo tratan habían informado el miércoles que su “cuadro clínico” era estable, pero habían suspendido la alimentación oral, recién reanudada, debido a las primeras molestias intestinales.

Bolsonaro presentó “una distensión abdominal progresiva y náuseas”, señaló el parte médico. “Fue sometido a una tomografía de abdomen que evidenció la presencia de una adherencia obstruyendo el intestino delgado”, agregaron los médicos al anunciar la operación.

Bolsonaro ya había sido intervenido en los últimos días y había sido trasladado a una unidad de cuidados semiintensivos según se iba recuperando.

El candidato favorito para las presidenciales del 7 de octubre fue apuñalado por un hombre el jueves pasado mientras participaba en una acto proselitista en la ciudad Juiz de Fora, en el estado de Minas Gerais, en el sureste del país.

El ataque contra el político, controvertido por sus posiciones extremistas y su discurso nacionalista, revolucionó aún más una campaña electoral convulsa desde hace meses en Brasil. Bolsonaro, un ex militar de 63 años calificado como el “Donald Trump brasileño”, lidera las encuestas con hasta el 26 por ciento de los apoyos.

Su ascenso es visto como un reflejo de la grave crisis institucional y el descrédito de la clase política en el gigante sudamericano, debido a los numerosos escándalos de corrupción de los últimos años. Aún no está claro cómo influirá el atentado en los comicios y en la popularidad de Bolsonaro. El candidato escaló hasta cuatro puntos porcentuales en la intención de voto tras el ataque, pero sigue teniendo un índice alto de rechazo, superior al 40 por ciento.

En las poco más de tres semanas que quedan para la cita electoral no podrá presentarse probablemente en público. Su familia comunicó recientemente que Bolsonaro sólo hará campaña en las redes sociales.

Las elecciones en las que Brasil elegirá al sucesor del presidente Michel Temer, previsiblemente en una segunda vuelta el 28 de octubre, son las más inciertas en décadas en el gigante sudamericano, justo cuando el país empieza a salir de una grave crisis económica.

Bolsonaro pasó a liderar los sondeos después de la exclusión de la carrera electoral del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, el político más popular de Brasil y recientemente inhabilitado porque cumple una condena a 12 años de cárcel por corrupción.

El encarcelamiento del ícono de la izquierda y su posterior exclusión de los comicios aumentó las tensiones en los últimos meses.

Bolsonaro tiene altas posibilidades de pasar a la segunda vuelta, pero el ultraderechista pierde en la mayoría de hipotéticos escenarios ensayados por las encuestadoras, sea con el rival que sea. Otra de las incógnitas es saber quién pasaría a la segunda ronda con Bolsonaro. Los últimos sondeos reflejaban casi una situación de empate técnico entre el izquierdista Ciro Gomes (11 por ciento en la última encuesta), la ecologista Marina Silva (9 por ciento) y el centroderechista Geraldo Alckmin (9 por ciento).

Incierto es también si Fernando Haddad (ocho por ciento), heredero de Lula como candidato del Partido de los Trabajadores, conseguirá atraer a los votantes del carismático ex mandatario, que alcanzaba el 39 por ciento en los sondeos antes de ser inhabilitado.