Llegan cartas

Por delitos aberrantes

ILEANA MARTÍN

DNI. 4.268.257

He leído opiniones de lectores sobre el horroroso crimen del pequeño de 3 años y su previa violación, y la golpiza a su pequeña hermanita. La descripción de lo sucedido, al llevar a cabo dicho crimen, me colmó de indignación contra esos asesinos.

Uno de los lectores dijo que sólo Dios da la vida y la quita, que sólo Él tiene ese derecho, y tiene razón. El señor Herminio Álvarez propone a los legisladores y a los jueces que se dicte una ley que permita la pena de muerte para casos tan aberrantes. También otro lector, Alejandro Cañete, pidió lo mismo para semejantes bestias.

Estuve esperando que alguien lo manifestara, porque yo lo estoy pensando desde hace años; pero, ante el mutismo de toda la sociedad, sentía que mi manera de pensar quizás no fuera la correcta.

Agradezco a Herminio y a Alejandro que se hayan animado a decirlo. Yo los apoyo y creo que muchos más lo harán.

Es más: espero que los legisladores tomen en cuenta esta propuesta y la discutan, porque sería una solución para un problema que no la tiene.

Sólo me cabe agregar que, en caso de delitos gravísimos, habría que aplicar pena de muerte. Ese tipo de gente tiene un cerebro degenerado y no hay nada que justifique tal descabellado proceder.

No tenemos por qué pagar con nuestros impuestos su mantenimiento en la cárcel. Los que hacen este tipo de cosas no se arreglan más, no tienen cura. No hay por qué dejarlos sobrevivir a sus aberraciones.

Asesinos seriales, violadores, homicidas o abusadores de niños no merecen seguir viviendo.

¿Que las cárceles están más que llenas y que falta lugar en ellas para los nuevos delincuentes? La solución es simple:

- De entrada, sentenciar a muerte a los criminales referidos, ni bien se compruebe su aberrante delito.

- Los demás: que vayan a trabajar a una cárcel perdida en el desierto; que no se les pague sueldo y que produzcan alimentos y ropa para la gente muy pobre, pero honrada que es mucha en nuestro país y no tenemos que dejar que estos innombrables sigan viviendo de arriba a costa de nuestros bolsillos.

- La cárcel no tiene por qué ser un hotel de varias estrellas.

¿Dirán que soy una retrógrada? El que lo diga, pregúntese y averigüe qué porcentaje de delincuentes se ha logrado recuperar con la legislación actual.

Por último: al conocer que hay jueces “blandos” que dejan libres a muchos de los que delinquen, les pregunto a mis conciudadanos si no han pensado que estos jueces no lo hacen porque son buenos, porque sí...

Si alguno decide “tomar la posta” con este tema y empieza a recoger firmas para presentar a los legisladores, yo sería la primera en firmar.