Viene unas horas antes, juega y se vuelve

De la Redacción de El Litoral

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En Buenos Aires, más allá de la frase de Gallardo -“nada dura para siempre”-, todos los medios capitalinos acribillaron al “Muñeco” con una sola pregunta: ¿por qué se viaja a Santa Fe apenas unas horas antes del partido con Colón? A todas luces, asoma como algo no usual en delegaciones deportivas (o no tanto, al menos en River, acorde con lo que averiguó El Litoral).

Está claro que Marcelo Gallardo y todo el mundo River tienen como objetivo central la Copa Libertadores de América y con las semis ante Gremio a la vuelta de la esquina, la idea es estar en todos los detalles.

En consecuencia, el “Muñeco” sorprendió a todos: el plantel viajará a Santa Fe, para jugar con Colón por la fecha 9 de la Superliga, el mismo día del partido. O sea, mañana a la noche.

“No es la primera vez que tomamos una decisión así y no sufrimos ningún inconveniente. Tiene que ver con la dinámica de partido que tenemos, para estar presente en el entrenamiento del viernes. Si salíamos mañana (jueves) íbamos a perder un día de práctica”, explicó.

— Primer punto: el martes a la noche, imprevistamente, River Plate dio de baja la reserva hotelera que tenía en su lugar habitual en Santa Fe. Como se sabe, en los tiempos de Gallardo al “Muñeco” le encanta la zona portuaria y especialmente Amarras.

— Segundo punto: solicitaron permiso formal en el Aeropuerto Metropolitano de Santa Fe para aterrizar en Sauce Viejo el día viernes 19 de octubre, desde las 14, en adelante. “Y pidieron un tiempo máximo hasta las 1.30 del sábado con el retorno”, explicaron a este diario. ¿Por qué piden hasta esa hora si el juego termina a las 23.30? Porque contemplan la demora en orinar para los futbolistas sorteados en el doping.

— Tercer punto: River Plate llegará en una máquina Bombardier CRJ200, de una familia de aviones regionales fabricados por Bombardier, y desarrollados del reactor ejecutivo Canadair Challenger. La empresa que lo comercializa es Flyest Líneas Aéreas, un operador aéreo argentino certificado y habilitado por la Anac (Administración Nacional de Aviación Civil) para operar vuelos internacionales y domésticos, con aviones de gran porte, para el transporte de pasajeros, carga y correo. Tiene capacidad para 50 personas.

— Cuarto punto: es cierto lo que dice Gallardo cuando afirma que “no es la primera vez que tomamos una decisión así y no sufrimos ningún inconveniente”. Ejemplo: lo hizo en esta misma ciudad el 22 de julio, cuando goleó 7 a 0 en el estadio Brigadier López a Central Norte de Salta por la Copa Argentina. “Lo que pasa que como era por Copa y contra los salteños, no se enteró nadie”.

— Quinto punto: se cae en lugares comunes: “Demasiado arriesgado”...“Mirá si pasa algo!!!”...“No te podés confiar con los pronosticadores de tiempo porque a veces fallan”... etc... etc... etc... Pero, como ya se dijo, Gallardo en River es Napoleón. Así le dicen, así se siente. “Cuando venís tan en ganador, podés hacer esas cosas y nadie te dice nada”.

Concretamente: más allá del mayor invicto de su historia, de los 32 partidos sin perder y de los 5.000 hinchas -inédita vuelta de los visitantes en el Brigadier López- que gritarán en la cabecera del Fonavi, varios actores del Mundo Colón creen que River subestima el partido de esta novena fecha de la Superliga.

La palabra “actores” apunta a parte de la gente, a algunos dirigentes y a varios jugadores de Colón que lo reconocen en off, pero no quieren hablar del tema. “A Eduardo -por Domínguez-, te lo aseguro, le chupa un huevo...”, contó una fuente inobjetable del Mundo Colón.

Lo real es que hasta ahora, en la Superliga, el sabalero -que también estaba de copas- no pudo aprovechar las circunstancias del fixture: perdió con los suplentes de Independiente, Atlético Tucumán y Boca en La Bombonera.

Pero también Gallardo tiene su karma contra Colón, a pesar de sus logros y de sus 32 juegos invicto: no puede ganar el “Muñeco” en el Cementerio de los Elefantes.

El apodado Napoleón parece vivir en “La Isla de la Fantasía”. Y todo cierra con ese viejo grito televisivo de... “el avión... el avión...”. Lo que está claro es que, aunque nadie lo diga públicamente, a Colón no le cayó bien lo del avioncito de River en esto de llegar, bajarse de la nave, jugar y volverse. Sin hotel, sin concentración. Claro que, como pasa siempre en este maravilloso juego llamado fútbol, “en la cancha se verán los pingos”.