Pretenden llegar a Estados Unidos

México sólo permite el ingreso de hondureños documentados

Tras una jornada de alta tensión, provocada por el arribo de una caravana de miles de migrantes proveniente de Honduras, la frontera mexicano guatemalteca recuperó la calma. Por ahora se privilegia el paso de mujeres y niños que estén documentados, en condiciones de ser refugiados.

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Primero ellos. La policía federal mexicana permite el acceso de niños y mujeres a Ciudad Hidalgo, después de haber impedido el ingreso masivo de migrantes hondureños. Foto: Agencia DPA

 

Redacción el Litoral

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Ayer, después de algunas horas que pueden calificarse como tensas y difíciles, finalmente se arribó a un estado de cierta calma en el límite entre México y Guatemala. Allí, tal cual informaron fuentes policiales, las autoridades mexicanas empezaron a permitir el ingreso ordenado a su territorio de decenas de mujeres y niños, pertenecientes a una caravana de migrantes hondureños que habían permanecido apostados en la citada frontera. A su vez, personal del Instituto Nacional de Migración confirmó que unas 50 personas fueron subidas a un autobús para ser llevadas a las instalaciones del organismo a iniciar sus trámites migratorios en Ciudad Hidalgo, Estado de Chiapas. La televisión mexicana mostró cuando policías federales, apostados junto a una reja blanca, empezaban a dar paso, de manera limitada, a los migrantes, que formaban una larga fila en el puente internacional Rodolfo Robles, sobre el río Suchiate.

De acuerdo a lo explicado por la policía mexicana, que estaba apostada sin armas, lograron contener un intento de irrupción masiva violenta de aproximadamente unos 5.000 integrantes de la caravana (según estimaciones periodísticas), quienes habían cruzado desde la localidad guatemalteca de Tecún Umán. Los migrantes habían salido el sábado último desde San Pedro Sula, en el norte de Honduras, conformando una caravana que iba en aumento, a medida que avanzaba en su trayecto de cientos de kilómetros por suelo guatemalteco hacia México, pero con la intención de continuar con destino final en Estados Unidos. Todo esto ocurre, justamente, en medio de las presiones del gobierno de Donald Trump, que exigió al mexicano que detenga la migración.

Situación crítica

Los momentos de zozobra a los que hacemos referencia se vivieron cuando la columna de miles de hondureños rompió con violencia el cerco de seguridad en la frontera, en un intento dramático por cruzar hacia el lado mexicano, que fue controlado de manera pacífica por la policía, si bien ésta resultó brevemente atacada. La crisis provocó una gran tensión en el puente internacional, mientras que en la capital mexicana, en forma paralela, el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, mantenía una reunión con funcionarios del gobierno local.

“Ahora la frontera está en paz y va a haber un ingreso ordenado”, dijo el jefe de la policía federal mexicana, Manelich Castilla. “Se cumplió el primer objetivo, que era evitar que con violencia se vulnerara nuestra frontera”, agregó. Unos pocos migrantes lograron pasar antes de que las puertas vulneradas del cruce migratorio mexicano fueran cerradas otra vez por los policías, que con escudos y cascos lograron frenar a la multitud pidiendo orden, pese a que algunos les lanzaron piedras para exigir que les permitieran el ingreso (seis policías resultaron heridos).

Una vez en la frontera, la multitudinaria caravana ocupó el puente que une a México y Guatemala, a la espera de ser atendidos por las autoridades migratorias. La policía, tras soportar el enviste inicial, permitió el ingreso de pequeños grupos de migrantes, especialmente mujeres y niños. De a poco se irán sumando contingentes de pocas personas. Quienes reúnan las condiciones necesarias podrán solicitar refugio en México, pero los que intenten ingresar sin documentos serán deportados. “No se permitirá la entrada de indocumentados”, advirtieron las autoridades locales.

Solicitudes de refugio

El ministro de Relaciones Exteriores de México, Luis Videgaray, manifestó ayer que deportarán a los migrantes que intenten entrar de forma ilegal, ya que los hondureños necesitan visa para ingresar legalmente. De ocurrir casos como el descripto, aclaró, “serán rescatados por la autoridad migratoria y devueltos a su país de origen”. Asimismo, Videgaray se preocupó en señalar que el gobierno mexicano ya ha solicitado apoyo a las Naciones Unidas para afrontar este problema, a la vez que analiza el proceso de solicitud de refugio “en masa” que se ha iniciado.

El canciller reconoció que dicha solicitud de refugio es una de las formas en la que los migrantes podrían quedarse en el país, pero recordó que el trámite para solicitar asilo por lo general tarda unos tres meses. Por eso mismo, también aclaró que “aunque México tiene la capacidad para recibir estas solicitudes, el proceso va a ser lento, debido a la cantidad de pedidos que se recibirán”. indocumentados”.