RUTA PROVINCIAL Nº 4

Restringen la circulación de tránsito pesado sobre el puente en el Salado

Redacción El Litoral

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Los mismos consisten en relevamientos topográficos y ensayos en el hormigón de los elementos estructurales para determinar la calidad del mismo.

Por este motivo, personal de la Agencia Provincial de Seguridad Vial estará apostado en el lugar para controlar que los transportes de carga no pasen por dicha zona. No obstante, los vehículos de pequeño porte podrán transitar sin interrupciones.

En tanto, desde Vialidad provincial consignaron que hay un gran caudal de transportes que se dirigen del Noroeste Argentino hasta los puertos del sur provincial, y aconsejaron a dichos choferes que desvíen a la altura de la comuna de María Luisa por la Ruta Provincial Nº 62, para luego enlazar la Ruta Nacional Nº 11.

Asimismo, quienes se dirijan de sur a norte por la Ruta Provincial Nº 6, deberán tomar un tramo de la Ruta Nº 4 hasta la localidad de Nelson, allí conectar con la Ruta Nacional Nº 11 hasta Emilia, y de ahí circular por la Ruta provincial Nº 62 hasta María Luisa (continuación de la Ruta Nº 4).

Estos estudios en el puente ubicado sobre el Río Salado se enmarcan dentro del plan estratégico del gobierno provincial de potenciar la red vial, para los cuales ya se llevan invertido 19 mil millones de pesos.

Por este motivo, los transportistas del NOA podrán ver cómo se está repavimentando la Ruta Provincial Nº 4, en el tramo comprendido desde Elisa hasta La Pelada, y desde allí hasta María Luisa, donde también deberán conducir con precaución y respetar la señalización de obra.

Historia

El corte del puente ubicado sobre el río Salado entre las localidades de Cululú y Manucho, trajo un sinfín de inconvenientes debido a que es el paso obligado del transporte liviano, de pasajeros y de cargas para acceder a toda una amplia región.

Lo llamativo es que se trata de una obra reciente que no tiene más de 7 años. El derrotero de esta obra comenzó cuando, en febrero de 1998, la Dirección Provincial de Vialidad decidió interrumpir el tránsito en el anterior puente -que se mantuvo en pie durante algo más de medio siglo con muy poco mantenimiento- debido a que se produjo un importante deslizamiento en el terraplén de aproximación al puente principal en su cabecera este y un socavón en un aliviador del lado norte.

El 21 de febrero de 1998, El Litoral daba a conocer la situación. A pesar de ello, los problemas siguieron y en ese lapso se produjeron innumerables accidentes (algunos fatales) y, por la sobrecargas del transporte, cedieron los parantes Bailey (uno superior y otro inferior) lo que obligó al retiro de las planchas para realizar la reparación y nuevamente se interrumpió el tránsito.

Un año más tarde el 11 de octubre de 1999, los pilares del viaducto estaban prácticamente en el aire, por un importante socavón del lado oeste. A lo largo de los años, El Litoral siguió mostrando el deterioro de esa traza vial e informando el reclamo de los vecinos y habitantes de la región por seguridad. Luego de intensas gestiones, reuniones y promesas, finalmente el 22 de julio de 2006, el entonces gobernador Jorge Obeid, anunciaba la obra, que en su momento costó 29 millones de pesos.

Fue una noticia que cubrió todas las expectativas de toda una región, pensando que ante semejante obra la seguridad del tránsito no iba a tener más problemas.

Años más tarde, el 19 de enero de 2009, se inauguró el nuevo puente, dos meses antes del plazo estipulado.