llegan cartas

Santa Fe ¿libre de humo?

MARTA SNAIDERO

DNI. 12.215.210

Se impulsa la prohibición de fumar en espacios públicos abiertos, para evitar que la cercanía afecte a la salud, especialmente de los chicos.

A la sazón, hace más de una década, este vespertino me publicó una carta titulada: “Fumar o no fumar”. Una vez sancionada la ley, fui una de las millones de personas que pudo respirar también fuera de su casa.

Me pregunto, ¿cómo puede ser que se pretenda votar y luego sancionar una ley que no prohíba “totalmente” fumar al aire libre, pero sí lejos de niños, niñas y personas mayores? Asimismo digo: si un mayor que fuma lleva a un/a menor/a a hacer uso de un juego en una plaza, ese adulto ¿debería alejarse lo suficiente como para no dañar la salud del niño/a? ¿Cuántos metros sería, de modo que no determine descuidarlo/a, al punto de no llegar a tiempo ante un accidente o un secuestro del menor en cuestión?

También escuché que “a nadie le gusta que le echen el humo en la cara”. Obviamente que no. Salvo en las películas de Humphrey Bogart, o por ejemplo cuando se quiere lanzar el sutil mensaje de querer tener sexo, o algo por el estilo, con el destinatario/a del humo...

Se invoca a niños y ancianos, argumento archiconocido hoy en día para cualquier instancia. De la misma forma en que se hacen campañas advirtiendo lo malo que es que embarazadas fumen, también debería educarse y alertarse que “el fumar siempre, cuando y donde sea, rodeado o no de terceras personas, es mortal”.

Con lo que se pretende, podría vislumbrarse que tarde o temprano proyectarán espacios al aire libre para fumadores/as y no. Entonces, habrá que ocuparse no sólo de poner en valor aquellos que todavía muestran poco interés municipal, sino también estacar carteles que indiquen la prohibición de: “tirar basura”, enterrar perros, tener sexo y cuanta mala costumbre fuera adoptada como natural.

Durante muchos años, fui fumadora pasiva; tristemente he perdido a seres queridos por ese mal hábito; sigo familiarizada con quienes no sólo respetan no hacerlo frente a mí, sino que se apartan de extraños pidiendo disculpas al notar la incomodidad de éstos últimos.

Entonces, una vez en vigencia la aludida ley: ¿quién estará para disuadir, sancionar o reprimir?, ¿alguien que no fume?