Lavallén se chocó con la pared de una realidad...

Vio en el banco lo que no vio en el palco

Colón volvió a ser el de los peores momentos de un torneo olvidable. Cambió “de pe a pa” lo que había mostrado con Racing y el DT intentó algo que no le dio ningún resultado.

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“Corren... pero corren mal”

Una de las tantas frases que dejó el triste vestuario de Colón en Mar del Plata, donde el debut de Pablo Lavallén no generó el cambio anímico, físico o futbolístico que siempre se espera para este tipo de circunstancias. Para colmo, ahora hay que viajar a Perú a jugar por el partido de ida en la Copa Sudamericana en Lima y el sábado que viene frente a San Lorenzo en el Cementerio de los Elefantes. ¡Un arranque tremendo para Lavallén!.

Foto: Gentileza La Capital de Mar del Plata

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Mar del Plata)

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Quizás Lavallén se haya confiado en una idea que no prosperó; quizás también haya que poner sobre la mesa la cantidad de jugadores que están afuera y que son potenciales titulares en este equipo; quizás también haya ponderado y priorizado el partido del martes por encima de este con Aldosivi. Todas estas cuestiones son posibles, pero la realidad es que ese paso gigante hacia adelante que el equipo dio hace una semana ante Racing, sobreponiéndose al rival y a los groseros errores arbitrales, se dio también gigante hacia atrás con una actuación floja, desteñida, frágil y que otra vez pone un manto de preocupación y duda respecto de la verdadera jerarquía de este plantel.

En ese retroceso tampoco hay que dejar exento al entrenador. Cambió medio equipo (cinco modificaciones en función del que jugó con Racing), apostó a la experiencia de algunos jugadores que ya no están para cargar ciertas responsabilidades como era antes y en la vorágine del partido, no pudo encontrar ninguna solución.

Pareció un banco de pruebas ante un equipo armado, estructurado y que mostró estar en otro nivel físico, táctico y anímico. Algo de esto, respecto de lo anímico, fue motivo de charla larga con Lavallén a la salida del vestuario, ya con el 3-0 consumado. Se nota que Colón es un equipo que está con la estima baja, pero la pregunta es: ¿qué pasó entonces el sábado pasado con Racing?, ¿cuál fue el empujón anímico y la fuerza moral que tuvieron los jugadores?, ¿por qué se la jugaron de la manera en que se la jugaron, en una reacción totalmente elogiable ante la adversidad que fue muy bien ponderada por la gente?

Decíamos la semana pasada que el problema era el DT pero que, aunque parezca paradójico, tampoco fue el DT. Era el DT porque resulta evidente darse cuenta de que la relación de Comesaña con el plantel nunca fue buena (ni siquiera pasó a despedirse cuando lo despidieron); y tampoco fue el DT porque, salvo que Goux sea capaz de hacer milagros, no se puede pensar que con dos o tres entrenamientos le pudo encontrar la vuelta con tanta rapidez y generando lo que se generó: Colón jugó el mejor partido de la Superliga.

Lavallén intentó un 4-4-1-1 como sistema madre, tiró sobre las puntas a Chancalay y a Bueno buscando favorecerlos con el perfil y a Estigarribia de media punta. Está claro que nada de eso funcionó. Que quizás lo ideal hubiese sido que vaya Estigarribia sobre el lateral y arranque de atrás, como sabe hacerlo y lo hizo en el segundo tiempo; que sea Chancalay el que juegue más cerca del Pulga y armar algo un poco más sólido y compacto en el medio. Allí, en ese sector, Colón perdió. Pero era razonable que ocurriese. Porque más allá de la desubicación y confusión futbolística de algunos jugadores, se debe sumar que jugó con un volante por derecha que le cuesta la función de carrilero (Chancalay), otro que jugó muy pocas veces de titular y que estaba más afuera que adentro del plantel (Bueno) y otro (Bastía) que ya tiene poco hilo en el carretel a sus 40 años, que necesita estar bien acompañado y que de paso cometió un error muy grosero que le costó un segundo golpe, en el primer tiempo, del cuál Colón no se pudo rehacer.

Tampoco se puede pensar en fórmulas mágicas (aunque parece que Goux logró tenerla) para que Lavallén encuentre respuesta rápida: arranca con tres partidos en ocho días y mucho viaje en el medio. Pero hay algo sobre lo que tiene que insistir y avanzar, que es lo anímico. Levantar a un plantel que da una imagen de ser vulnerable a los golpes, que no tiene reacción, que es previsible, que da una imagen de estatismo y de resultar fácilmente controlable para el rival, que llama la atención y preocupa.

La receta más directa son los resultados. El fútbol es así. Pero los resultados son más fáciles de conseguir cuando se juega como se jugó con Racing que cuando se juega mal. Y este equipo ha jugado casi siempre mal, aún teniendo elementos y potencial —se cree— como para intentar hacerlo en otro nivel. No es culpa de Lavallén, más allá de que el mismo Lavallén debe estar arrepentido de decisiones que tomó y en las que confió, y que le salieron mal. Pero a esta depresión futbolera de Colón hay que encontrarle reanimación urgente para que no termine consumiendo la confianza que hoy el hincha deposita naturalmente en Lavallén.

El mismo DT declaró, cuando llegó, que Colón representa “una situación ideal para trabajar”. Pero ante Aldosivi se chocó con la realidad y todo lo que apreció el sábado pasado desde el palco —que lo debe haber entusiasmado y mucho— ante Racing, se le desinfló de una cuando adentro de la cancha y en su lugar en el banco, encontró la cara opaca, aburrida, descolorida e insípida de Colón.

síntesis

ALDOSIVI 3

COLÓN 0

Cancha: Estadio mundialista José María Minella de Mar del Plata.

Arbitro: Andrés Merlos.

Aldosivi: Pocjrnic; Iñiguez, Amor, Galeano y Villalba; Gino y Miloc; Pisano, Colman, Alan Ruiz; Chávez. A.S.: Assman. Estuvieron en el banco: Mena, Yeri e Iritier. D.T.: Gustavo Alvarez.

Colón: Burián; Clemente Rodríguez, Olivera, Ortiz y Escobar; Chancalay, Zuqui, Bastía y Bueno; Estigarribia y Luis Miguel Rodríguez. A.S.: Chicco. Estuvieron en el banco: Schmidt, Toledo y Zuculini. D.T.: Pablo Lavallén.

Goles: en el primer tiempo, a los 24 m Chávez y a los 36 m Stracqualursi. En el segundo tiempo, a los 5 m Alan Ruiz.

Cambios: en el primer tiempo, a los 33 m Stracqualursi (A) por Chávez. En el complemento, al comenzar, Bernardi (C) por Bastía, a los 13 m Videla (A) por Pisano y Morelo (C) por Chancalay; a los 21 m Juárez (A) por Alan Ruiz y a los 30 m Hernández (C) por Bueno.

Amonestados: en Colón, Zuqui.

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Denis no lo cantó...

El segundo gol de Aldosivi, un regalo navideño en Mar del Plata del “Polaco” Bastía, le quedó a Denis Stracqualursi, un rafaelino de 31 años que desde chico fue hincha de Colón y que lleva el escudo sabalero tatuado en varias partes de su cuerpo. A diferencia de Alan Ruiz, que sí lo festejó, una vez Denis le hizo un gol a Colón y prefirió el silencio. Hincha de verdad.

Foto: Gentileza La Capital de Mar del Plata

Bajo la lupa

BURIÁN (5).- En el primer gol le faltó fuerza en la mano para desviar el remate previo de Gino (luego del rebote en el palo, la empujó Chávez al gol). Tapó un par de remates con destino de red.

CLEMENTE (5).- Se las arregló para marcar en el primer tiempo, más allá de que la subida de Villalba (buen jugador) fue un trastorno constante. Intentó empujar en el segundo tiempo, pero fue voluntarioso y nada más.

OLIVERA (5).- No estuvo en el nivel firme de otros partidos. A él y a Ortiz le faltó reacción para llegar antes que Chávez en el primer gol.

ORTIZ (5).- El mismo concepto que su compañero de zaga. Se le nota que ha perdido la confianza que antes tenía. Ni siquiera le quedó la cinta de capitán como consuelo.

ESCOBAR (5).- Otro que redondeó el nivel discreto y nada más. En general, a Colón le costó encontrar solidez defensiva y eso que, a excepción de Toledo, jugaron los mismos que ante Racing.

CHANCALAY (4).- Sigue insinuando más de lo que concreta. Le falta que alguien no sólo le dé confianza sino que lo ponga en el lugar en el que debe rendir más. Arrancó de carrilero y estuvo deambulando luego por el medio y por izquierda.

ZUQUI (5).- Apretó bien buscando la segunda pelota cuando el equipo avanzaba, en el primer tiempo, y quedó solo para marcar en el segundo tiempo.

BASTÍA (3).- Cometió un error grosero, cuando bajó a recibir una pelota en la salida, metido dentro del área y entre los centrales, perdiéndola y dejándosela servida a Stracqualursi para que marque el 2 a 0. Puede ser una alternativa para cerrar un partido pero ya da la sensación de que no está para empezarlo.

BUENO (4).- Un par de desbordes en el primer tiempo y nada más. Sintió la falta de actividad competitiva que tuvo en los últimos tiempos. Jugó abierto por izquierda e intercambió posiciones por el otro carril.

ESTIGARRIBIA (5).- Levantó algo en el complemento, pero estuvo perdido cuando cumplió la orden de Lavallén de jugar de media punta, detrás del Pulga.

RODRÍGUEZ (5).- Tuvo una chance en el segundo tiempo en la que demoró mucho para darse vuelta adentro del área y debió darle el pase a Bernardi que remató afuera. De todos modos, el único con cierta precisión e inteligencia.

BERNARDI (4).- Entró rápidamente en la impotencia generalizada. Pareció querer demostrar todo en una sola jugada y terminó chocando casi siempre.

MORELO (4).- Pasó de jugar bastante bien ante Racing a ingresar con un partido ya definido y sin poder cambiar nada.

HERNÁNDEZ.- Otro que poco pudo hacer para cambiar una historia totalmente negativa. Se tiró por izquierda.