Aún no termina

Una fase recesiva de alto impacto

No está acompañada por los mismos niveles de la crisis social (desempleo y cierre de empresas) ni institucional de 2001-02. Pero abarca a más sectores económicos al mismo tiempo, y con mayor profundidad.

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Redacción de El Litoral

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La fase recesiva de la economía que se inició en febrero de 2018 es “la de mayor impacto” de las cinco que vivió el país desde diciembre de 2001, según reveló un informe del Centro de Estudios y Servicios de la Bolsa de Comercio de Santa Fe. Abarca a más sectores de la de 2008-2009, pero a diferencia de lo que se desató en diciembre de 2001, no está acompañada de la crisis social ni del desempleo o cierre de empresas. Tampoco de la crisis institucional de aquellos días.

“Cada recesión, cada ciclo tiene su individualidad. Uno trata de encontrar comparaciones, analogías; lo que uno observa es que esta recesión tiene características más similares a las de 2001-2002 que al resto porque afecta a muchísimos sectores de la economía: en las últimas tres recesiones anteriores solamente alcanzó a afectar al mismo tiempo a un 40 % ó 60% de los sectores; ésta llegó a afectar al 80 %”.

Pedro Cohan, licenciado en Economía e integrante del CES, explicó que la presente recesión “todavía no terminó” pero que el ciclo ya muestra una extensión “más larga que las anteriores”.

El informe del CES expone que “tomando la crisis socioeconómica de 2001-02 como punto de partida, en 16 años la economía nacional registró cuatro fases recesivas completas y atraviesa actualmente la 5ta. (iniciada en febrero de 2018).

“En el mismo período -sintetiza- la actividad económica de la provincia de Santa Fe mostró un patrón cíclico similar, con pequeñas disparidades en las fechas de inicio y finalización de las fases. En promedio, las fases expansivas completas duraron 28,4 meses, 6,6% más cortas que las nacionales, mientras que las fases contractivas completas se extendieron por 9,0 meses, 15,4% más”.

Aclara que estudiando las recesiones según la cantidad de sectores económicos que aportan positiva o negativamente a la actividad económica, “el análisis indica que la actual recesión es la de mayor impacto dentro del período analizado, seguida por la contracción de 2008-09.

“Por el lado de las expansiones, los mejores registros se dieron en el intervalo 2002-08, mientras que en las últimas tres expansiones la cantidad de sectores que impulsaron la economía, en promedio, fue menor”.

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Según pasan los años

La actividad económica nacional experimentó una prolongada expansión (F1 expansiva) luego de la crisis socioeconómica que culminó en 2002 con el fin de la convertibilidad. En 2008 (F1 contractiva), la actividad se resintió en un contexto internacional adverso, producto del desenlace de la crisis financiera con epicentro en Estados Unidos. Seguidamente, la economía del país retomó la senda expansiva (F2 expansiva), en la cual superó los niveles alcanzados en los momentos previos al inicio de la recesión precedente. Es decir, se registra un crecimiento genuino hasta septiembre de 2011, momento en el cual la economía vuelve a revertir su movimiento ascendente (F2 contractiva).

En los años ulteriores la economía transcurre un período de altas y bajas caracterizado por fases más cortas y de menor amplitud. De esta manera, al comparar el nivel de actividad entre el pico en septiembre de 2011 y el máximo relativo contabilizado en febrero de 2018, el cálculo arroja una variación neta de +3,68%, y una variación anualizada de +0,56%.

En consecuencia, es lícito señalar que desde septiembre de 2011 la economía argentina no logró repetir nuevamente un patrón de crecimiento análogo al de las 1º y 2º fases expansivas. Más aún, finalizados los procesos de recuperación que llevaron al nivel de actividad al registro del pico precedente, la economía nunca pudo incrementarse por un intervalo superior a 10 meses (estancamiento de mediano plazo).

En cuanto a la provincia de Santa Fe, el comportamiento del ciclo registrado por el Icasfe (Indice Compuesto de la Actividad Económica de Santa Fe) expone la misma cantidad de recesiones, replicando el patrón de la economía nacional. Vale aclarar que esta coordinación no infiere estrictamente un sentido de causalidad entre el desempeño económico de un espacio geográfico sobre el otro; pero expone una correspondencia que existe entre ambas economías y la clara influencia de un marco contextual que afecta por igual a todo el país y sus provincias.

Emae e Icasfe

Para la consecución de los objetivos propuestos, los investigadores del Ces utilizaron dos indicadores coincidentes. A nivel nacional, el Estimador Mensual de Actividad Económica (Emae), confeccionado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec). Este índice refleja la evolución mensual de la actividad económica, y permite anticipar las fluctuaciones del Producto Interno Bruto (PIB).

Para el análisis de la actividad económica santafesina, los investigadores tomaron en cuenta el Índice Compuesto Coincidente de Actividad Económica de Santa Fe (Icasfe), de publicación mensual y que es elaborado por el Centro de Estudios de la Bolsa de Comercio de Santa Fe. La serie histórica se puede consultar en http://www.bcsf.com.ar/ces/

Tres en todas

El informe revela que “tres sectores de gran envergadura en la economía, los cuales son la industria, el comercio y el sector inmobiliario, contabilizaron contracciones en todas las recesiones estudiadas. Los dos primeros sectores lo hicieron siempre en mayor magnitud respecto al último. El comercio, en promedio, menguó 10,5% durante las cinco fases recesivas, mientras que la industria manufacturera lo hizo en 8,8%”.