El joven emprendedor participó de un laboratorio de ideas en Madrid

Emiliano, el fabricante de placeres: fernet, cerveza y nachos artesanales

Vende sus productos en ferias y eventos. Los nachos son elaborados con desechos de la cerveza artesanal. Logró transformar sus emprendimientos en su sustento de vida.

missing image file

De Mi Tierra Santa Fe. Es una marca colectiva de certificación que otorga la provincia a Microindustrias agroalimentarias. El joven emprendedor, en una de las tantas ferias en las que ofrece sus productos.

Foto: Gentileza.

 

Nicolás Loyarte

[email protected]

Pareciera ser que Emiliano Moretti encontró el secreto de la felicidad. Es que este joven emprendedor santafesino de 31 años elabora productos que dan placer: primero fue un fernet, luego una línea de cervezas artesanales y no conforme con ello, ahora se le ocurrió producir algo para acompañarlas: una línea de nachos (snack salado) a base de bagazo (desechos de la malta macerada de la cerveza).

La idea de los nachos —su última creación— tomó impulso con una beca obtenida a principio de año para participar de un importante laboratorio de ideas en Madrid, España: el Medialab Prado. En este encuentro colaborativo para la producción de proyectos culturales abiertos —cuyo lema fue “Comer contra el colapso”— recibió capacitación y pudo desarrollar sus nachos “SB” (Snack Beer). Los 8 proyectos becados debían contemplar alternativas sustentables al sistema actual de producción que tiende al deterioro del planeta.

“Como cervecero artesanal sé que el bagazo siempre termina siendo un problema, ya que es el residuo de la elaboración”, explica Emiliano. “Entonces me puse a pensar qué hacer. Primero surgió la idea de producir pan. Me puse a investigar un poco más, conversé con amigos cocineros, hasta que nació la idea de los nachos”, cuenta.

Emiliano escribió su proyecto y lo postuló para la beca en España. Eran los primeros días de enero cuando montó un stand y ofreció sus productos en la feria artesanal durante el Festival de Guadalupe. Entre la venta de fernet y cervezas, se olvidó de revisar su correo electrónico. Hasta que un día lo abrió y se encontró con cinco mensajes, el último le pedía una respuesta urgente. Algo así como un “Felicitaciones, ha ganado la beca. ¿Viajará a Madrid con todo pago?”. Lo respondió al toque y a los pocos días ya estaba en Europa para vivir un proceso de capacitación único.

Salen unos nachos

Ahora, el proceso creativo sigue en la fábrica montada en su casa de barrio Guadalupe, a pocos metros de la laguna Setúbal, siempre acompañado por el mate humeante, la música lofi & chillhop o jazz, y el patio verde como telón de fondo. De España trajo unos moldes que le servirán para confeccionar los nachos. También trajo mil ideas y una visión de cómo comercializar su nuevo producto. “Los ocho emprendedores intercambiamos ideas; como estoy solo en esto fue muy bueno compartir mis ideas con otra gente creativa”, rescata de la experiencia.

Emiliano sabe que el bagazo no es un desecho, sino un co-producto cervecero, “así no baja de categoría”, cuenta; “este producto termina en una economía circular, ya que en un mismo bar se puede producir cerveza, el snack (nacho) y ni siquiera se necesita trasladar estos productos a otro lugar”, explica.

Entre las conferencias de las que pudo participar en Europa, Emiliano destaca la de la filósofa hindú Vandana Shiva, una activista ecofeminista que recibió el Premio al Sustento Bien Ganado, también llamado Premio Nobel Alternativo, en 1993. “No la conocía, pero me sirvió de inspiración para elaborar mis ideas”, dice.

missing image file

Elaboración. Moretti en medio del proceso de fermentación de cerveza pale ale, con lúpulos fuggle y cascade; color claro, y un sabor de bajo amargor, sabor maltado y notas herbal procedente del lúpulo.

Foto: Gentileza.

Cómo nace un emprendedor

Emiliano no recuerda con claridad desde cuándo se transformó en emprendedor. Fue más bien una búsqueda personal la que lo llevó a emanciparse de los trabajos en relación de dependencia. Antes había sido lava coches, cortó papas en la cocina de una rotisería, colaboró en la veterinaria de su padre, estudió esa profesión y se dio cuenta que no era lo suyo, hasta que volvió de Esperanza —estudiaba en la FAVE— y empezó a estudiar cine en el Iscaa (está a punto de graduarse). En paralelo a sus estudios y participación en rodajes (lo apasiona la producción), surgió la idea de elaborar un fernet artesanal, al que bautizó con su apellido: “Moretti”.

Para emprender la elaboración del fernet fue autodidacta. Como casi todos los jóvenes, googleó con la búsqueda “cómo hacer...”, rastreó recetas, ingredientes, tipos de elaboración y desarrolló su idea. “Mi vieja me acercó una receta, la adapté con los ingredientes de acá y armé mi propia receta”, cuenta. Así nació también más tarde su cerveza artesanal, a la que bautizó “Strega”.

Una vez que concretó su idea y pudo desarrollar sus primeros fernet y cervezas artesanales, Emiliano se contactó con el Club de Emprendedores (Santa Fe Activa) de la Municipalidad de Santa Fe, y con la marca regional “De mi tierra”, del Ministerio de la Producción provincial. “Ellos acompañaron este proceso y me dieron una mano grande —dice—. Me abrieron las puertas a ferias donde que empecé a vender el producto”. De esa manera fue consolidando su vínculo con sus clientes.

Además, al vincularse con estos organismos accedió a capacitaciones y cursos que lo preparan para hacerse de herramientas que le permitan insertar su producto en el mercado. “Ahora me acaba de llegar la invitación a un taller de marketing digital en Rosario”, ejemplifica el joven emprendedor. “Es básicamente a donde hay que apuntar hoy en día: las redes sociales, allí se mueve el mercado”.

Capitales, se buscan

En definitiva, hoy Emiliano ya tiene la receta de sus nachos, tiene un prototipo, creó la marca y ahora está buscando financiación para adquirir las máquinas que precisa para la elaboración, mientras estudia la mejor manera para colocar su producto en el mercado. Y en la manga tiene un as, se el ocurrió una variante: una barra de cereales y un nacho-cuenco comestible que puede ser utilizado como recipiente de salsas o alimentos (como el cucurucho de helado). “Este subproducto puede ser útil para ferias y festivales, en reemplazo de las bandejas de plástico y cartón”, explica. Es que Emiliano abrió las puertas creativas. Y su mente ya no para.

El próximo paso será presentar su idea en el Emprende Joven, un programa del gobierno provincial que busca generar y fortalecer emprendimientos juveniles de triple impacto (sociales, económicos y ambientales), además de otros concursos. Busca financiamiento.