Tribuna política

Desarrollismo

Juan José Sagardía

El ABC del desarrollismo es invertir para producir.

A partir de la producción, podemos plantear trabajo y consumo.

Nunca va a haber producción con los actuales intereses a plazos fijos y tantas otras herramientas financieras, que al ser tan tentadoras, invalidan el interés por invertir para producir.

Es lógico que las personas saquemos cuentas, pensando qué nos conviene más. ¿Por qué voy a producir, pagar impuestos y servicios, si el Estado me da mayor utilidad jugando al financista especulador?

¿Qué industrial, comerciante o autónomo, va a tomar un crédito bancario cuando los intereses a abonar superan el 60 al 70%, o hacer cambio de cheques o usar la tarjeta de crédito y además pagar impuestos? Hoy los intereses defendidos por el staff económico del gobierno nacional es usura, y con usura no hay producción.

Con esta política, no se fomenta la producción, se fomenta el comercio en negro. Es histórico el trabajo en negro y la pregunta es, ¿qué hace el Estado a través de Afip?

Lo concreto para revertir la situación actual es bajar los intereses a los préstamos bancarios al 2% mensual e igualmente bajar los interese que se pagan a los plazos fijos; eliminar el IVA a comestibles; eliminar impuestos a combustibles; reducir notoriamente los impuestos a los autos; eliminar impuesto a las Ganancias a asalariados y jubilados; eliminar el impuesto al Cheque... todos estos ítems aumentan el porcentaje de inflación.

Lógicamente suspender la venta de dólares de parte del Bcra; para eso están los Bancos. Los dólares son necesarios sólo para realizar transacciones internacionales. ¿A quién se le ocurre vender dólares que ingresan como préstamo del FMI o de bancos internacionales al público para la timba y la especulación? Pagamos intereses por dichos préstamos y luego vendemos los dólares que nos prestaron.

Siempre, y esto no cambiará, los préstamos son para incentivar la producción, no para la especulación. Nuestra Constitución Nacional no establece que el gobierno tenga la potestad de vender dólares, entiendo que pueden quedar incursos en el delito de traición a la patria.

Si no se emitiesen billetes y la economía doméstica se manejara a través de transacciones con tarjeta débito, se evitaría el uso de efectivo y la economía en negro. Haciendo este shock, se bajaría la inflación, porque toca las partes sensibles de la economía de los ciudadanos.

Lógicamente con estas medidas se debe establecer una política de austeridad en el Estado o sea, en el manejo de la Administración de los Bienes del Estado; clarito gastar menos.

Hoy y siempre se habla de la pobreza y quienes lo hacen son los que gobiernan, los políticos y los periodistas -que en todos los casos están sobre el escalón del bienestar económico y que no hacen ningún sacrificio para bajar la pobreza-; quienes plantean que sea el Estado quien tiene que resolver este flagelo, pero ninguno define políticas a largo plazo que no sean seguir malgastando en subsidios.

La pobreza es un gran negocio para los políticos. El que esté libre de culpa que tire la primera piedra.

Estas líneas están dirigidas sólo a aquél que se maneje con lógica y tenga coraje.