También se recordará a su mentor, el padre Cirilo Zenklusen

Mónica Ritacca

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Mayo es un mes especial para la familia de la Parroquia San Pablo, emplazada en el barrio Guadalupe Este de nuestra ciudad. Y mucho más lo es en este 2019: es que se conmemoran 50 años de que el Arzobispo de entonces, Monseñor Vicente Zazpe, firmara el 2 de mayo de 1969 una carta de valor canónico donde reconocía la nueva comunidad parroquial y le daba al sacerdote Cirilo Zenklusen la responsabilidad pastoral.

Hoy, la San Pablo es guiada por el padre Hugo Dalla Fontana. En diálogo con El Litoral, el sacerdote contó que fue designado allí hace poco más de 4 años, aunque al escucharlo parecen más, ya que conoce toda la historia de la parroquia y de quien fuera su principal mentor: el padre Cirilo.

“El 2 de mayo, Monseñor Zazpe firmó el acta; pero la historia de esta iglesia arranca antes, cuando el 8 de diciembre de 1968 se coloca la piedra fundamental. El Padre Cirilo vivía en el Seminario de Guadalupe y empezó a frecuentar esta zona, de muy pocas casas y mayoritariamente campo. Ahí empezó la evangelización, en una pequeña comunidad. Yo diría que fue ahí cuando empezó a cobrar fuerza la fe de la gente”, dijo Dalla Fontana. Y agregó: “Celebrar 50 años de una Parroquia significa celebrar el amor de Dios, su obra entre nosotros”.

La Iglesia San Pablo forma parte de una de las pocas parroquias de la ciudad que desarrolla y promueve la actividad de los grupos Scouts. Chicos de distintas edades concurren con entusiasmo a la congregación donde no sólo aprenden a trabajar en equipo, sino que también se instruyen en el desarrollo de habilidades manuales y en el contacto con la naturaleza.

Esta actividad se lleva a cabo en grupos diferentes, divididos en niños por un lado y niñas por otro. Las mujeres utilizan el nombre de Guías, una rama desprendida de los Boy Scouts que es la denominación masculina.

Gracias, padre Cirilo

El Pbro. Cirilo Víctor Zenklusen nació en Villa San José, en el Departamento Castellanos de la provincia, el 25 de septiembre de 1928. Fue ordenado sacerdote el 8 de diciembre de 1951 por el Cardenal Nicolás Fasolino. Al comienzo de su Ministerio fue profesor, prefecto, director espiritual del Seminario Menor Nuestra Señora de Guadalupe y director del coro “Schola Guadalupana”.

Desde el seminario comenzó sus actividades en Villa Guadalupe y Villa Setúbal, actual jurisdicción de la Parroquia San Pablo, visitando las pocas casas que en ese tiempo había en la zona, congregando poco a poco a los fieles y celebrando misa los domingos en un galpón abandonado de una empresa constructora.

El 8 de diciembre de 1968 colocó la piedra fundamental de la futura Iglesia, que fue el inicio de la construcción del complejo parroquial que incluye, además, la casa parroquial, los salones parroquiales San José y María Madre, las salas de catequesis, las sedes del grupo scout y de la comunidad de guías argentinas, y el jardín de infantes San Pablo. Más adelante se concluyó el edificio de la Capilla Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa.

Su celo pastoral lo motivó a traer a Santa Fe el Movimiento Encuentro de Cristiandad para evangelizar a los jóvenes y crear el Movimiento Misionero Parroquial, y así llegar con el anuncio de la fe a cada familia de la comunidad.

Pero hay un hecho que le da aún mayor valor a la obra del padre Cirilo: en plena tarea pastoral, lo sorprendió una grave enfermedad que lo obligó a dejar por un tiempo su comunidad para someterse a una compleja intervención quirúrgica. Las secuelas físicas que le dejó dicha operación y que lo acompañaron hasta su último día no constituyeron un obstáculo para que mostrara su tenacidad, fortaleza y celo por toda la comunidad. El padre Cirilo Zenklusen concluyó su paso por esta tierra el 23 de enero de 2016.

“El Padre Cirilo fue un gran apóstol, por eso le llegó tanto la figura de San Pablo. Era un hombre muy organizado, de acento alemán que también imprimió en la comunidad. Tenía un gran espíritu misionero, que lo plasmó en la formación de diferentes grupos. De hecho fue el primer boy scout de la ciudad y el iniciador del scoutismo en Santa Fe. Aún enfermo trabajó muchísimo. Su enfermedad le dio mas fuerza”, recordó el sacerdote Hugo Dalla Fontana.