El personal del hospital analizó su funcionamiento

Cullen: el triaje permitió clasificar a unos 4.600 pacientes en sólo un mes

La guardia tipifica a los usuarios con el sistema “por colores”. Al 36% se les asignó el amarillo, naranja y rojo, que son las urgencias, emergencias y resucitación; el resto eran dolencias menores. “En Santa Fe vivimos en una guerra urbana”, reflexionó el jefe del servicio.

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Tomás Rico

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A poco más de un mes de haberse inaugurado, la nueva guardia del hospital José María Cullen muestra no sólo cambios en su estructura edilicia, sino que el funcionamiento del sistema triaje modificó la recepción y atención de los usuarios, y con creces superó las expectativas del personal del nosocomio local. Este mecanismo sirve para tipificar la atención de los más de 180 usuarios que llegan en promedio por día a la guardia. “Somos el único hospital de la provincia que tiene al triaje como un área más y funciona muy bien”, valoró el doctor Gabriel Martínez Dorr, jefe de Guardia del Cullen, en diálogo con El Litoral.

Si bien el sistema funciona hace poco, los cambios que observa el doctor ya son evidentes y comparó que antes de implementar el triaje, a las personas que llegaban “las manejaba sólo un admisionista y no podían organizarse en forma adecuada”. Ahora, cada persona que llega con diferentes patologías se encuentra con una guardia mejor ordenada. “El servicio de admisión rotula al paciente y carga los datos, luego pasa al triaje que es manejado por nuestros enfermeros, quienes hablan con el paciente y les dan un color para ponerlos en orden de espera”, describió.

El sistema triaje clasifica a cada paciente por color, según la gravedad. Durante abril, la guardia del Cullen atendió a 4.608 pacientes. Martínez Dorr analizó los registros según la categoría por los que fueron atendidos: el 18% fue azul (sin urgencia - espera 4 horas), el 46% verde (urgencia menor - 2 horas), al 19% se le asignó el amarillo (urgencia - 1 hora), el 8% naranja (emergencia - 10/15 minutos) y el 9% de pacientes recibió el rojo (resucitación - atención inmediata).

El jefe de Guardia hizo un análisis de estas cifras e indicó que “al sacar cálculos, el 64% es el que viene porque le duele algo pero espera adecuadamente, y el resto que es el 36% es lo que viene en aumento, y hemos recibido desde una neumonía hasta un accidente grave”. Además, dio cuenta de lo que percibe en la ciudad en relación a las atenciones urgentes. “En Santa Fe vivimos en una ‘guerra urbana’ que llevó a la creación de una nueva patología que es el trauma, y para poder tratar esa patología social necesitás elementos como: la educación médica continua; el apoyo institucional -hospitalario, ministerial-; el tratamiento multidisciplinario; la auditoría en la calidad de la atención del paciente; y ahora le agregamos el triaje, que nos lleva a trabajar adecuadamente, e inclusive a disminuir más la morbimortalidad. Estoy convencido de que nos sirve”, sostuvo Martínez Dorr.

Lo que generó el triaje

El sistema de triaje -que en la ciudad funciona también en el hospital Alassia- generó un desafío para el personal de enfermería de la guardia. Norberto Machunske, jefe de enfermería, detalló cómo es la atención de los usuarios: “Una vez en la sala de triaje, el paciente recibe una clasificación por parte del enfermero, tras un interrogatorio de enfermería. De acuerdo a los síntomas que presenta, a la persona se le toma la presión, se le mide la saturación del oxígeno en sangre, se le hace un electrocardiograma y una valoración en general de lo que tiene, y entre los enfermeros tenemos una ‘escala del dolor’ para determinar el color”. En el caso de que el paciente necesite una atención urgente, se lo ingresa directamente a las salas de shockroom o quirófano.

Sobre este primer mes de la modalidad, el enfermero señaló que “superó las expectativas, y lo que solucionó es que antes el paciente llegaba a la ventanilla de admisión y sólo era recibido por un administrativo. Ahora, en el área de triaje, encuentra contención con el enfermero y se le indica la espera que va a tener, sin el nivel de estrés que se generaba antes, cuando era atendido por orden de llegada”.

La enfermera Jimena Odriozola trabaja en la sala de triaje y entendió que la situación es otra con el nuevo sistema. “Por ejemplo, si viene una persona con un esguince de tobillo, en la sala de triaje enseguida le damos un calmante y va a rayos X. Esto hace que todo se agilice”. En esta línea, Machunske agregó que permite canalizar los recursos que se tiene en el momento: “No es la misma situación a la mañana, a la tarde, a la noche o un fin de semana; entonces según los recursos que tenemos podemos distribuir mejor en las diferentes áreas del hospital. Nos ha pasado de tener cinco o seis urgencias juntas y a la gente hay que explicarle ‘no es que no lo van a atender, pero lo suyo no es una urgencia, va a tener que esperar’, y se quedan y aguardan porque saben que van a ser atendidos. Vemos una muy buena recepción en la gente y para nosotros es mejor, porque trabajamos mucho más cómodos”, concluyó el enfermero.

La nueva guardia

“Cuando pensamos el proyecto de la nueva guardia dijimos que queríamos tener todo junto y así fue. En la guardia ya no hay más ‘cuevas’, podés atender menos o más, es otra historia, pero la estructura, el proceso, hacen al resultado que es el paciente”, aseguró Martínez Dorr sobre la nueva área que incluye la admisión; sala de espera; sanitarios públicos; área de diagnóstico y tratamiento con cuatro consultorios, uno exclusivo para el triaje.

En el área restringida se ubica una sala de shockroom con seis camas; una habitación de observación con 10 camas; un quirófano para suturas; y está en obra un lavado de pacientes. A su vez, tiene un pasillo conector con el tomógrafo y el resonador.

También dispone de un sector de maniobras para estacionamiento de las ambulancias bajo techo, con una superficie semicubierta de 88 metros cuadrados, facilitando el ingreso de las emergencias hasta el shockroom y la sala de procedimientos.