Causa “Vialidad”

Comenzó el primer juicio oral contra Cristina Fernández y otros 12 imputados

La ex presidente Cristina Kirchner escuchó las acusaciones en su contra, como presunta jefa de una asociación ilícita en el manejo de la obra pública, sentada en la última fila de la sala de audiencias, en el primer juicio oral y público a la actual senadora, por supuestos delitos de corrupción ante el Tribunal Oral Federal 2.

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Báez y De Vido en primer plano, detrás, en la última fila, se ubicó Cristina Fernández. El juicio seguirá el próximo lunes.

Foto: Agencia NA

 

Redacción de El Litoral

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NA - Télam

La ex mandataria se sentó junto a su abogado Carlos Beraldi, con quien conversó en algunos tramos de la audiencia y se mantuvo distante del resto de los acusados, mientras escuchó la primera parte de la acusación en su contra.

La audiencia transcurrió entre las 12 y las 15 en la sala Amia, la más amplia del edificio de los tribunales federales de Comodoro Py, y luego pasó a un cuarto intermedio hasta el lunes próximo a las 10: la ex presidente está obligada a volver a concurrir porque continuará la lectura de la acusación.

Todos los acusados son juzgados por los presuntos delitos de “asociación ilícita y defraudación a la administración pública” a raíz del supuesto direccionamiento del 80 por ciento de la obra pública en Santa Cruz a favor del detenido empresario Lázaro Báez, durante los gobiernos kirchneristas.

La ex mandataria se ubicó en la tercera fila de imputados, dos por detrás de los detenidos Báez, Julio De Vido (ex ministro de Planificación Federal) y Carlos Kirchner (ex subsecretario de Estado y primo del fallecido Néstor Kirchner).

“Estén atentos a todo lo que van a oír y a lo que ocurra en este debate”, expresó el presidente del Tribunal, Jorge Gorini, al dirigirse a los acusados luego de leer uno por uno sus nombres y ubicarlos con la mirada.

Gorini se ubicó junto a sus colegas de Tribunal, Andrés Basso y Rodrigo Giménez Uriburu, mientras que la cuarta jueza suplente, Adriana Palliotti, no se presentó a la primera audiencia porque debía concurrir a otro debate oral.

Gorini anunció el inicio de la lectura del requerimiento de elevación a juicio de los fiscales que investigaron el caso, Gerardo Pollicita e Ignacio Mahiques, y casi de inmediato fue interrumpido por el abogado de De Vido, Maximiliano Rusconi.

Primer cruce

En lo que fue el primer fuerte intercambio apenas iniciado el debate, Gorini se negó a darle la palabra para efectuar un planteo previo sobre la nulidad del juicio, y el letrado respondió aludiendo a la “gravedad” del caso.

El juez tuvo que pedir silencio en la sala y de inmediato comenzó la lectura de la acusación fiscal, que demandará varias jornadas.

La ex presidenta arribó al edificio minutos antes de las 12 junto a Beraldi, e ingresó por una puerta lateral sin realizar declaraciones y con solo un breve saludo con la mano a quienes la esperaban para verla.

Ya en el hall de acceso a la sala fue aplaudida y saludada por dirigentes kirchneristas, y de inmediato se ubicó junto a Beraldi en asientos en la última fila de la sala, de espaldas al blindex que separa a las partes en el juicio del público. A De Vido y Lázaro Báez, ni los saludó.

Los puntos centrales de la acusación

La ex presidente Cristina Fernández de Kirchner comenzó a escuchar de qué se la acusa en el juicio por el direccionamiento de la obra pública vial de Santa Cruz en favor del detenido empresario Lázaro Báez.

Se trató de una “organización criminal orientada a la sustracción de fondos públicos por medio de la asignación discrecional” de la obra pública, fue lo primero que escuchó cuando el secretario del Tribunal Oral Federal 2 comenzó a leer el auto de elevación a juicio formulado por los fiscales Gerardo Pollicita e Ignacio Mahíques.

A continuación los puntos centrales de la acusación:

- Asignar discrecionalmente “prácticamente el 80% de las obras viales adjudicadas en la provincia de Santa Cruz en favor de las empresas de Lázaro Antonio Báez”.

- La adjudicación a esas empresas “representó la contratación del Estado por más de 46.000 millones de pesos”.

- Se habría tratado de “una asociación ilícita de carácter estable y permanente ideada con motivo de un acuerdo de voluntades entre los ex presidentes de la Nación, Néstor Kirchner y Cristina Fernández, ex funcionarios públicos de distintas agencias estatales y otras personas de su extrema confianza”.

- Los jefes de la organización fueron, según los fiscales, los ex presidentes, y como organizadores intervinieron el ex ministro de Planificación Julio De Vido, el ex secretario de Obras Públicas José López, el ex subsecretario de Coordinación de Obra Pública Federal Carlos Santiago Kirchner, el ex administrador General de Vialidad Nelson Periotti y “el amigo personal y socio comercial de los ex presidentes, Lázaro Báez, entre otras personas”.

- “Convirtieron en empresario de la construcción a Lázaro Báez, a quien habrían de enriquecer a lo largo de doce años a expensas del interés de la sociedad”, sostuvieron los fiscales.

- “Seleccionaron a la provincia de Santa Cruz como el lugar en donde con la colaboración de funcionarios locales se ejecutaría la matriz de corrupción”, aseguraron.

- La maniobra investigada se habría edificado en cuatro pilares, según surge de la acusación:

1) La inmersión del amigo y socio presidencial en el negocio de la construcción vial.

2) La exportación de una estructura provincial montada con gente de confianza a un nivel nacional.

3) La mayor concentración económica de obra pública vial de nuestro país en la provincia de Santa Cruz.

4) El direccionamiento de la adjudicación de la obra pública y el diseño de un esquema de beneficios exclusivos y permanentes en favor del empresario Lázaro A. Báez, en detrimento de las arcas del Estado.

Según los fiscales, para que las empresas de Báez se impusieran en las licitaciones también se habrían utilizado mecanismos amañados, como la presentación de varias empresas de un mismo grupo económico y la ausencia de controles.

En la audiencia de la víspera los secretarios del TOF 2 llegaron a leer apenas las primeras 100 páginas de una acusación de casi 600, por lo que esta instancia del juicio se extenderá varios días.

Si bien la lectura de la acusación requiere la presencia obligatoria de los imputados, fuentes del tribunal aseguraron que estudian un pedido formulado por la defensa de la ex presidente para poder ausentarse en las próximas audiencias.