Misiones comerciales del IPCVA

Con la mira en los mercados más grandes

La carne argentina fue protagonista en dos grandes eventos realizados en China y EE.UU., plazas enormes con un tremendo potencial para multiplicar el negocio. Sin embargo, para aprovecharlos al máximo aún hay que trabajar mucho. Por ejemplo en gestión comercial y eficiencia ganadera e industrial. 

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Campolitoral

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En menos de una semana un grupo de “embajadores” de la carne argentina participaron en dos eventos de trascendencia mundial en los que se confirmó el prestigio e interés que existe por el producto nacional. Sin embargo para poder aprovechar la potencial demanda habrá que trabajar bastante, tanto en el campo para incrementar los índices productivos, como en el eslabón industrial para ampliar una capacidad instalada que hoy está trabajando a full.

En la SIAL China, del 14 al 16 de mayo en Shangai, así como en la National Restaurant Association Show del 18 al 21 en Chicago, EE.UU., los industriales frigoríficos que asistieron con el impulso del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) colmaron sus expectativas e incluso concretaron ventas a precios muy superiores de los conocidos un año atrás. Pero prácticamente todos coincidieron en lo desafíos a superar para capitalizar estas oportunidades.

Locomotora oriental

“En esta feria se alinearon todos los planetas”, declaró Ulises Forte, Presidente del IPCVA, al cierre de la expo china. “Una demanda que no tiene techo, precios muy buenos y la creciente instalación de la marca carne argentina gracias a las campañas que lleva a cabo el Instituto”.

Por su parte, Jorge Torelli, vicepresidente del ente e industrial santafesino, agregó que “la peste porcina que afecta China y la guerra comercial con Estados Unidos les genera un déficit de proteínas muy importante”, refiriéndose a los altos precios negociados, que en algunos casos superaron en 1.500 dólares los valores del año anterior, aunque no se sabe aún si son coyunturales por la situación mencionada- o llegaron para quedarse.

Al respecto, algunos referentes de los 25 industriales que conformaron la comitiva al lejano oriente aportaron sus opiniones luego de tres días sin respiro frente a numerosos compradores. Todos se mostraron sorprendidos por la demanda, por los precios y por el protagonismo que está adquiriendo la carne argentina en el gigante asiático. “Hicimos excelentes negocios. Es la mejor feria en la que hemos estado”,dijo Pablo Hernández de Frigolar. “Es todo muy desmesurado, con compradores muy agresivos. Hay que tomarlo con cautela porque podría ser una burbuja por la coyuntura”, advirtió Hugo Borrel de ArreBeef. Y Cristian Martínez, de Friar, consideró: “Si esto sigue así en no mucho tiempo los alemanes van a tener que venir a comprar carne argentina a China”.

En ese contexto, el gerente general del frigorífico Black Bamboo Enterprises S.A. de Hughes, Santa Fe, planteó un interesante análisis sobre la rol de Asia en la futura demanda mundial de carnes rojas. “Mientras Occidente tiende a disminuir el consumo de carne, por cuestiones de salud e ideologías; en Oriente, donde vive la dos terceras partes de la población mundial, mejora la capacidad adquisitiva y van a requerir mucha más proteína animal y la vacuna en especial, así que ahí hay una gran oportunidad especialmente para Argentina”.

Asimismo, señaló que la peste porcina en China impacta “muy positivamente en la venta y la necesidad de suplantar esa proteína”. Al respecto, estimó que durante tres años tendrá una deficiencia de producción que la buscará en el exterior. “Esto se nota desde el primer día en la feria, con una expectativa de negocios y precios que pueden llegar a ser muy favorables”.

En cuanto al trabajo que esto demandará, sostuvo que “el gran desafío de Argentina es trabajar sobre el stock vacuno” para incrementar el abastecimiento a la industria exportadora. “Allí hay mucho para crecer; hay estimaciones sobre la posibilidad del país para triplicar el rodeo”, dijo, pero advirtió: “todo depende de nosotros, es un gran desafío en el cual tiene que haber los incentivos adecuados para que el productor siga apostando a la actividad”. Y no agotó el análisis en la cuestión cuantitativa, sino que sumó el aspecto cualitativo. “El objetivo tiene que ser genera mayores ventas de cortes de calidad; Argentina los tiene y debe salir a ofrecerlos para que, especialmente en Oriente, los conozcan”. Aún así, habrá que lidiar también con la gran competencia de Australia y Nueva Zelanda. “Pero haciendo una buena difusión de los cortes de buena calidad de Argentina, seguramente lo vamos a posicionar muy bien”, afirmó.

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Entre cowboys. Las degustaciones al paso de bife ancho argentino a la parrilla fueron una de las atracciones del National Restaurant Association Show, con cientos de compradores que se acercaron a probar el producto y a establecer un primer contacto con los empresarios. Foto: Gentileza

El norte, más peleado

En Chicago, en tanto, el contingente de industriales y funcionarios del IPCVA desembarcó tras la reapertura del mercado norteamericano. “Fue muy importante haber dado este primer paso después de trabajar tantos años por la reapertura”, aseguró Forte. Si bien se trató de una feria de contactos, todos los empresarios presentes coincidieron en que fue muy importante la presencia para comenzar a trabajar en la reinstalación de la carne argentina en este país.

“Es un mercado muy importante, que exporta mucha carne y también importa de muchos países. Los norteamericanos son especialistas en carne”, agregó Torelli, sobre esta plaza que presenta para la carne argentina dos grandes vetas de negocio: la carne para industria (trimming), con valor de commodity, y los segmentos de demanda de cortes de alta calidad (hotelería, restaurantes y servicios de catering).

Al respecto, todos coincidieron en que Estados Unidos, además, sirve como mercado testigo para la apertura de otros destinos, como los países del Caribe o México, y que puede ayudar en las negociaciones con Japón y Corea.

Sobre la capacidad instalada de la industria en la Argentina, los exportadores aseguraron que se encuentra casi “a tope” por lo que serán necesarias nuevas inversiones, especialmente en lo referido a la generación de frío y congelado de productos. También aseguraron que serán necesarios incentivos para la producción y tasas a valores razonables para poder aumentar la oferta y satisfacer la creciente demanda internacional.

Alberto Gorleri, representante de la firma santafesina Friar, aclaró que exportando carne commoditie -como ocurre con la exportación de vaca a China- “no vamos a tener mucha posibilidad de colocar nuestro producto en EE.UU.”. En cambio, consideró necesario avanzar en la colocación de “cortes finos”, un nicho que “tendríamos que encontrarlo; ver cómo hacemos para entrar porque la nuestra es una carne muy diferente a la norteamericana, con lo cual creo que tenemos una posibilidad buena si es que hacemos las cosas como corresponde y no queremos competir con su carne, que es la de mayor consumo en este país”.

Lo positivo, dijo, es que en ese país la marca carne argentina es reconocida pero no el producto, que lleva décadas fuera del mercado. “Así que hay que aprovechar esa buena imagen para introducirla; pero es una carne tan diferente a la local que habrá que trabajar un poco para hacer un volumen importante”.

Por otra parte, el santafesino sostuvo que la capacidad de la industria exportadora “está a full” a raíz de la cantidad de plantas que se cerraron en los últimos 15 años. En consecuencia, consideró que es indefectible el camino hacia un incremento de la infraestructura industrial, sobre lo que ya se está invirtiendo. “Ya está sucediendo; varias empresas están invirtiendo para aumentar la faena, desposte y congelamiento, donde hoy está el cuello de botella”, detalló.

Gorleri también extendió su análisis hacia la producción bovina. “Ahí tenemos otro problema; para seguir creciendo en la capacidad instalada tenemos que aumentar la materia prima, que hoy me parece que no está”. En su opinión, se debe a un peso muy bajo de faena (escasa productividad por animal) “con lo cual hoy con el mismo rodeo podríamos tener mucha más producción de carne”. Por caso, mencionó el efecto que tendría aumentar 50 kilogramos en cada uno del millón de animales que se sacrifican al mes. “Tendríamos 50.000 toneladas más de carne por mes que podríamos tener; independientemente de la necesidad de mejorar la productividad en la cría y acortar los tiempos de la invernada”, desarrolló.

La limitante para que este potencial se exprese -sostuvo- está dada por factores como una “extremadamente alta informalidad” del sector en el país, donde el 80% de la producción va al mercado interno. En la medida que esto se corrija se podrá “entrar en un camino virtuoso en el que al productor le convenga, que pueda invertir a largo plazo al igual que la industria”. De lo que se trata, resumió, es que “todo el mundo salga ganando en la cadena; que hoy no es así porque la informalidad es tan alta que complica todo; y no solo en lo impositivo, también en lo sanitario, laboral y ambiental”.

 

“Fue muy importante haber dado este primer paso después de trabajar tantos años por la reapertura de EE.UU.”

Ulises Forte

Pte. IPCVA

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En oriente. Las acciones de promoción en SIAL China incluyeron seminarios para cocineros con cortes cárnicos argentinos. Foto: Gentileza

 
  • En Chicago

Cultura nacional: carne, vino y fútbol

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Durante la National Restaurant Association Show, las autoridades del IPCVA fueron invitadas a visitar la carnicería de Sergio Di Sapio, un local que hasta hace algunos meses vendía “cortes argentinos” pero de carne estadounidense, dado que el mercado estaba cerrado. Ahora, tras la reapertura, el propietario fue uno de los primeros en importar carne argentina y comentó con entusiasmo que ese primer embarque se vendió en sólo cuatro días.

La carnicería “El Mercado Food Mart”, en donde también se elaboran chorizos y morcillas al estilo criollo, se complementa con la venta de empanadas y otros productos argentinos, como yerba mate, vinos y hasta camisetas de fútbol.

Di Sapio, hijo de un ex operario del frigorífico Swift que emigró después del golpe de Estado de 1976 y comenzó junto a un cubano con el emprendimiento, también puso en marcha tres restaurantes (“Tango Sur”, “Folklore”, “Bodega Sur”) y un bar (“Ñ”). “A la carne argentina le va a ir muy bien en este mercado porque a los norteamericanos les gusta mucho todo lo argentino. Y la carne es muy buena”, aseguró. Foto: Gentileza