Iniciativa

Proponen un novedoso método como alternativa a las cárceles

  • “El sistema penitenciario le cuesta mucho dinero al estado y no funciona, porque no recupera a los presos”, explican Pablo Duarte y Santiago Adanti. Quieren impulsar en Santa Fe un método originado en Brasil que supone la autogestión de los reclusos dentro de sus lugares de detención: sin policías y sin guardias.
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“El método es apto para cualquier preso, sea cual sea el delito cometido, porque considera que nadie es irrecuperable”, explican Pablo Duarte y Santiago Adanti. Foto: Pablo Aguirre

 

Joaquín Fidalgo

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Representantes santafesinos de la Pastoral Carcelaria están realizando esfuerzos para promover en la provincia un método ecuménico nacido en Brasil como alternativa al servicio penitenciario. Este sistema establece que no haya policías ni guardias de ninguna fuerza de seguridad en los lugares de reclusión y que las llaves estén en manos de los mismos internos. Resulta difícil de creer, pero los responsables aseguran que de esta forma se mejoraron significativamente los resultados y con un costo muy inferior.

“En Brasil, un preso común le sale al Estado entre 3 mil y 4 mil reales ($ 35.400 y $ 47.200), mientras que uno bajo el método A.P.A.C. le cuesta 750 reales ($ 8.800). Además, es asombroso lo que se logra en cuanto a la tasa de reincidencia. En definitiva, se previenen muchos delitos a futuro. Se protege a posibles víctimas”, explica Santiago Adanti.

Se refiere a la Asociación de Protección y Asistencia a los Condenados, una organización no gubernamental que nació en Brasil en 1972 y que busca la recuperación del preso, la protección de la sociedad y el socorro de las víctimas, entre otros beneficios. “Actualmente, en nuestro país nos limitamos a encerrar a los presos. En la cárcel no se valora a las personas. Entonces, ellas tampoco lo hacen. Están unos años recluidos, pero luego salen y peor. Muchas veces hablamos de que la cárcel es una escuela para el delito y así es”.

“Shock”

Pablo Duarte, abogado de profesión, explica que “en la Pastoral, acompañamos hoy al preso, le brindamos contención... a veces, sólo se trata de una charla, tomar unos mates. Le ayudamos a reflexionar sobre su vida; le proponemos talleres para el desarrollo de la persona, para trabajar la autoestima. Les ofrecemos cine-debates, clases de violín o guitarra, canto, arte. Son espacios que los presos valoran mucho, porque no son ofrecidos desde el penal, sino desde afuera. Casi siempre, lo que propone el penal es tomado por los internos como un mecanismo de control. Cuando nos dimos cuenta de que las dos horas semanales que pasamos con ellos no eran suficientes para lograr cambios comenzamos a buscar alternativas y entonces alguien nos mencionó de la experiencia brasileña con el método A.P.A.C.”.

“Nos pusimos a estudiar -agregó- y descubrimos que propone un trabajo íntegro sobre el privado de la libertad y que realmente recupera a la persona para ser reinsertada en la sociedad. Viajamos y vivimos una semana en los lugares de detención. El shock se produce apenas llegás, porque el que te abre la puerta es un ‘recuperando’... así se llama al interno, y no preso. Es una instalación autogestionada, donde las personas que ya están recuperadas se encargan de las llaves de su propia celda. Ellos estudian, trabajan de manera obligatoria y tienen una espiritualidad. Se preocupan por su lugar. Todo está pintado, limpio, ordenado... el césped bien cortado”.

Expansión

La A.P.A.C. es una asociación civil que se financia con aportes de socios y donaciones. Los lugares de detención pueden ser casas o estructuras más importantes. “En Brasil, como ya vio los beneficios, el estado ahora está aportando recursos y contribuye para que se replique la experiencia en todo el país. El método ya se aplica en 20 países (Paraguay, Chile e Italia, entre otros). Los recuperandos cuentan con el apoyo de voluntarios, pasantes, padrinos. Toda la sociedad se involucra, cada uno con lo que puede aportar. Los internos son asistidos por pasantes de las carreras de abogacía, medicina, odontología, psicología y nutrición, por ejemplo. Esto requiere un trabajo conjunto con las universidades. Los profesionales lo valoran mucho a esto como un gran paso en sus carreras y los reclusos también”, manifiesta Adanti.

Más adelante, Duarte señala que con el método APAC todas las condenas se respetan. “Lo que cambia es que una asociación civil se encarga de regular el funcionamiento del establecimiento. Ahí, los voluntarios acompañan a los privados de libertad en el proceso de recuperación. Todo el tiempo tienen actividades. Les dan carpintería, herrería, tejido. Además, tienen charlas diarias para trabajar su autoestima. Pastores, sacerdotes o pasantes de psicología los guían para que se valoren a sí mismos.

Según afirma Adanti, con este sistema se logró bajar el índice de reincidencia del 80 por ciento a no más del 10. “La cárcel no funciona para reinsertar a los presos y este método sí. Pensamos que en la Argentina va a pasar lo mismo que en Brasil. Allá tienen los mismos problemas que nosotros, o peores. Hay superpoblación, corrupción. Están en emergencia carcelaria. Además, no hay tanta diferencia cultural”, concluye.

 

Convocatoria

“Esto es por fuera de la Pastoral. Se está armando un grupo heterogéneo. Estamos comunicados con representantes de la Iglesia Evangélica, por ejemplo. Tratamos de conformar la asociación civil para proponer al estado esta alternativa. Somos concientes de que lo primero que debemos hacer es explicar a la sociedad cómo es el método y para eso estamos haciendo algunas convocatorias. Se realizará una audiencia pública el miércoles 26 de junio próximo, en el Colegio de Abogados, a las 17.30, y otra el sábado 29 de junio en Ate Casa España de calle San Luis”, puntualizó Adanti.

Rescate de víctimas

“Este método, lo que propone es un triángulo: auxiliar a la Justicia, socorrer a las víctimas y proteger a la sociedad. Si se hace bien el trabajo con un preso y se lo recupera, estamos sacando un delincuente de la sociedad. Acá nos contentamos porque lo encerramos 5 o 6 años, pero esa persona va a volver. Si en ese tiempo no se hace algo para recuperarla, va a salir peor de como entró. Con el sistema actual, sólo se esconde el problema por unos años. Sólo eso”, puntualizó Duarte.